De Primera Mano | Vienen tiempos de mayor confrontación… Y abandono

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
ENTRE algunas coincidencias, existe una diferencia especial entre la personalidad de Fidel Castro Ruz y la de Andrés Manuel López Obrador.
El primero de ellos, negaba inicialmente ser comunista. Incluso, en 1961 ofreció un discurso en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que reiteró en inglés la expresión “I am not communist” (No soy comunista).
No pasó mucho tiempo, como lo sabemos, para que el comunismo dominara todos los rincones de Cuba. Entonces, Fidel anunció la liberación de su pueblo frente al imperialismo yanqui.
López Obrador, por su lado, no ha engañado a nadie. Ha hecho de la mentira una práctica diaria y no lo niega ni se siente preocupado por ello.
Está convencido de que “por el bien de todos, primero los pobres”, sin más afán que llevar a cabo programas que aumenten la pobreza en México.
Habla constantemente de practicar una democracia, cuando todos sabemos que es altamente intolerante y autoritario.
El concepto de la corrupción lo ha tomado de pretexto para combatir a todo organismo autónomo porque desdeña los equilibrios que evitarían los excesos de sus acciones de gobierno.
Jamás ha ocultado su intención de apoderarse de todo fondo de dinero, destinado inicialmente en fideicomisos para motivar la creatividad y la productividad de los mexicanos, porque sus deseos son entregarlos a los más pobres y de esa manera buscar su agradecimiento en tiempo electoral.
Y cuando todo el mundo tiene pleno conocimiento de que el gobierno de Cuba es una dictadura donde se aplasta impunemente al pueblo y sus manifestaciones de libertad, López Obrador no oculta su admiración por ese régimen opresor.
Su empeño en golpear y controlar a organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE), lo reafirma al ordenar que se le limiten recursos, a pesar de que serán necesarios para organizar la consulta de revocación de mandato el próximo 2022.
Son poco más de cinco mil millones de pesos los que la tijera de la “cuatroté” le cercenó al organismo Rector de las elecciones en este país, por lo que sus consejeros procederán a utilizar recursos jurídicos para defenderse de ese ataque y cumplir con sus obligaciones porque, de lo contrario, manifiesta que “no podrá organizar la consulta solicitada por el Presidente para revocar su mandato”.
Y López Obrador es feliz, al asegurar que el INE sí tiene dinero. La confrontación, el pleito. El discurso de odio. Ese es su “estatutos ideal”.
Lo que los mexicanos debemos esperar en los meses por venir, es que el fracaso en el combate a la violencia en el país, se reafirme. También, habrá qué vivir con la cultura de desabasto de medicamentos para los enfermos que dependen de la salud pública, incluídos –lamentablemente- los niños con cáncer.
La ciudadanía será mucho más vulnerable en seguridad, en salud y en nivel de vida.
Serán las consecuencias de tener un Presidente que no nos ha engañado.
Sus mentiras conforman su cartilla política, todos los días.
En realidad, es lo que el pueblo ha elegido.
EN MATERIA de Salud comienza a trascender la información de que una cuarta ola de COVID-19 se presenta en Europa y es seguro, llegue a México… Los países desarrollados están recomendando y aplicando una tercera dosis de vacunas para asegurar la protección de las personas… No sólo eso… En Los Estados Unidos, se están vacunando obligadamente adolescentes a partir de los 12 años y aún niños a partir de los cinco años de edad… En México, la “cuatroté” ha desdeñado estas recomendaciones y considera que no es necesaria una tercera dosis y mucho menos vacunar a adolescentes y niños… Está seguro el vocero de la pandemia, López Gatell, que la cuarta ola llegará pero que “será menos letal”, gracias a que está vacunada cuando menos con una dosis, el 80 por ciento de los mexicanos… ¿Qué significará menos letal?… Lo está diciendo un hombre que en agosto del 2020 aseguró que un escenario catastrófico de esta pandemia, sería que en nuestro país murieran 80 mil personas por Coronavirus… Hoy, existen registros oficiales, de que han fallecido alrededor de 500 mil mexicanos por COVID… Saque usted sus propias conclusiones.