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Día mundial de la salud  

Aumenta el consumo de alimentos saludables, ya que en ellos podemos encontrar sedantes, tranquilizantes y todo tipo de productos para mantener un estado de salud óptima

 

 

Por Marina Brauer y Téllez-Girón

Desde una de las máximas de Hipócrates (467) que decía que el alimento de un hombre es el veneno del otro, así como la fórmula recitada aún modernamente por los estudiantes de medicina al completar su formación que constituye el denominado juramento Hipocrático y es la declaración fundamental de los deberes del médico, la ONU declaró el día Mundial de la Salud la cual debe empezar por ellos mismos apoyando a todos los pacientes a lograr dicho cometido.

Estamos conscientes que todos podemos participar comenzando por nuestra salud física y mental para obtener nuestro bienestar y así cuidar el planeta, reduciendo el desperdicio de alimentos, equipos electrónicos, tratar siempre de adquirir productos reciclables, crear áreas verdes.

Como seres humanos pensantes debemos alimentarnos balanceadamente, evitar al máximo los alimentos altamente procesados, hacer ejercicio en forma regular, evitar el consumo de alcohol, tabaco y cualquier otro tipo de estupefacientes.

-Tratar de desplazarnos en la medida que sea posible a pie o en bicicleta.

-Usar el cinturón de seguridad, utilizar cascos de protección si anda en bicicleta o moto.

-Apagar las luces y los equipos electrónicos que no se estén utilizando en el hogar o la oficina.

-Mantener hábitos de sueño saludables.

-Evitar la automedicación, hacer sus chequeos médicos regularmente.

En realidad con un mínimo de esfuerzo y la participación conjunta de todos los habitantes podemos lograr una vida más saludable para uno mismo y los que nos rodean, aumentando el consumo de alimentos saludables, ya que en ellos podemos encontrar sedantes, tranquilizantes y todo tipo de productos para mantener un estado de SALUD ÓPTIMA.

 

Sedantes y tranquilizantes que calman el cerebro

Si la madre naturaleza fue tan precavida en salpicar los alimentos con un poco de Valium, aunque en cantidades insignificantes, al añadir un sedante suave a la cebolla (la quercetina), quién sabe cuántas otras sustancias calmantes del cerebro habrá en otros alimentos sin que se hayan descubierto. Es probable que algunos sedantes naturales actúen como la morfina al unirse a los receptores de los opiáceos en el cerebro. Otros pueden estimular la actividad o los niveles de los neurotransmisores, como la serotonina, la cual calma al cerebro, como es el caso de los carbohidratos, la miel, las papas que afectan a la serotonina produciendo calma y sueño en la mayoría de las personas. El azúcar podría actuar directamente sobre las neuronas del hipotálamo cerebral. Además algunos alimentos contienen péptidos o los liberan en el intestino para enviar mensajes desde el tracto intestinal directamente al sistema nervioso y al cerebro.

¿Si usted creía que el Valium era un invento del siglo XX? Pues estaba equivocado. La patente le pertenece a natura. Al parecer tanto los seres humanos como los animales vienen consumiendo la droga en los alimentos desde épocas inmemorables.  Científicos alemanes descubrieron este hecho asombroso al examinar el tejido cerebral de personas fallecidas antes de 1940. El Valium no salió al mercado hasta los años 60. Sin embargo los cerebros de la era pre-Valium contenían rastros innegables de benzodiacepinas naturales, sustancias que alteran el estado de ánimo, de las cuales el Valium es una de las representativas. Habían llegado a los tejidos varios años antes de iniciarse la producción en los laboratorios Hoffman-La Roche.

Además los científicos detectaron los tranquilizantes en animales salvajes y domesticados entre ellos perros, gatos, ciervos, vacas, pollos, en los huevos y la leche de vaca y la sangre de personas que nunca habían consumido la droga. ¿Cómo llego allí? La explicación más razonable es que esas sustancias están en plantas comestibles y que una parte mínima de ellas quedó “atrapada” en los tejidos cerebrales estudiados. Los científicos se dedicaron a detectar las benzodiacepinas en los alimentos. Se encontraron en la papa, lentejas, los frijoles de soya, el arroz, el maíz, los hongos y las cerezas, aunque en cantidades minúsculas. ¿Porque  salpicó la madre naturaleza a los alimentos con dosis minúsculas de tranquilizantes?  Uno de los científicos piensa que los tranquilizantes de los alimentos podrían servir de mensajeros a los neurotransmisores o neuromoduladores del cerebro. Sin embargo el propósito de natura que perseguía al ponerlos en los alimentos sigue siendo un misterio para la ciencia.

ALIMENTOS CON PROPIEDADES CALMANTES Y SEDANTES: Ajo, anís, cáscara de limón verde, cáscara de naranja, cebolla, clavos, comino, hinojo, jengibre, mejorana, mente verde, miel, perejil, salvia, semillas de apio, té descafeinado.

 

Salcilatos que actúan como la aspirina

Existe una gran cantidad de alimentos principalmente las frutas que ejercen una actividad semejante a la aspirina, y de acuerdo a las investigaciones científicas indican que consumir con regularidad dosis bajas de aspirina ayuda a prevenir los ataques cardiacos, los accidentes cerebrovasculares e incluso el  cáncer de colon. Se considera que consumir en dosis bajas los salicilatos de los alimentos sirva para poner fin a algunos dolores de cabeza. Los salicilatos protegen contra la enfermedad cardiovascular, porque tienen efectos anticoagulantes, antiinflamatorios y analgésicos. También pueden influir sobre las prostaglandinas retardando el crecimiento de los tumores.

Es importante mencionar que las personas que sean intolerantes a  la aspirina deben evitar los alimentos ricos en salicilatos.

ALIMENTOS MUY RICOS EN SALICILATOS: Arándanos azules y rojos, cerezas, ciruelas pasas, curry en polvo, dátiles secos, frambuesas, paprika, pepinillos encurtidos regaliz (no consumir regaliz los hipertensos). Almendras, manzana, naranja, pimiento picante, piña, te estos últimos son moderadamente ricos en salicilatos.

Las frutas en general contienen cantidades apreciables, mientras que las verduras no contienen.