Diputadas “rebeldes” del PAN defienden su postura ante castigo

Por Imanol Caneyada y Gerardo Moreno/

Las diputadas panistas que serán sancionadas por su partido aseguran haber actuado por el bien de sus representados y apegadas a los principios de Acción Nacional; los dirigentes del blanquiazul lo ven como una indisciplina

El politólogo Norberto Bobbio lo advierte en “El futuro de la democracia”. Para este pensador italiano, la democracia moderna está amenazada por la paradoja de que los actores políticos llegan al poder impulsados por una mayoría, pero realmente sirven a los intereses de grupos específicos, como partidos, élites empresariales o, en el colmo de la aberración, la propia persona.

En México, los partidos políticos han sido especialmente sensibles a esta paradoja, y en repetidas ocasiones y en diferentes momentos claves de la historia reciente, han traicionado los principios democráticos a favor de un ideal autoritario: disciplina y sumisión.

Para las organizaciones políticas de este país, la disciplina militante es más importante que pensar, disentir, debatir, expresar desacuerdos o confrontar ideas, todos ellos valores esenciales de la democracia que supuestamente encarnan y defienden.

En fechas recientes, y a propósito de la aprobación del presupuesto en el Congreso del estado, el Partido Acción Nacional ha vuelto a demostrar esta vocación autoritaria (la cual comparte con el PRI, véase el Caso Colosio, y el PRD), que convierte a nuestra democracia en un sistema débil y sumiso a los intereses partidarios.

Después de que cuatro diputados del blanquiazul votaran a favor de un presupuesto para Sonora en el que se incluía un endeudamiento, en contra de la instrucción de su grupo parlamentario, la reacción de la directiva estatal y nacional partidista no se hizo esperar.

Aunque todavía no se conocen los términos de la sanción contra las diputadas Carolina Lara Moreno, Sandra Hernández y Lisette López (Manuel Villegas no es militante del PAN), ésta podría ir de la simple amonestación hasta la expulsión de la organización, de acuerdo al Artículo 15 del Reglamento de Aplicación de Sanciones de Acción Nacional.

Al respecto, la legisladora Sandra Hernández, entrevistada por Primera Plana, comentó lo siguiente:

“Estoy esperando el proceso completo, porque me dijeron que íbamos a pasar al Consejo, pero no me han dado nada por escrito ni sé qué viene en la sanción”.

Sandra Hernández, de momento, lo único que ha recibido es una llamada telefónica del presidente estatal del PAN, Leonardo Guillén, para comunicarle que iba a ser sancionada y que el siguiente paso era su comparecencia ante el Consejo estatal, ante el cual hará una exposición de motivos por su proceder en este caso.

La diputada por el Distrito II no considera que haya traicionado los principios de Acción Nacional.

“Al contrario, yo me he apegado a ellos, a lo que es la solidaridad, la subsidiaridad y el bien común, basándome en las necesidades que tiene mi distrito y después de haberlo consensado con los alcaldes (que son panistas) de los municipios que conforman el distrito. Yo represento un distrito y me debo a las necesidades de la gente de ese distrito”.

A la pregunta de si pensaba que su partido estaba violando sus derechos como ciudadana y diputada, además de violar un principio democrático por no permitir la libre expresión de sus miembros, la entrevistada expuso:

“Yo creo que el partido debe escuchar, debe dejarnos actuar porque las necesidades de cada Distrito son distintas; en ese sentido no debe sentir una situación agravante de ellos hacia nosotros ni de nosotros a ellos; somos representantes del pueblo y creo que estamos actuando conforme a sus necesidades”.

Sandra Hernández se mostró confiada en que los miembros del Consejo escucharían las razones que la llevaron a votar como votó en el Congreso y que las entenderían.

Por su parte, la legisladora panista Lisette López no quiso dar ninguna declaración al respecto, pero hizo llegar a Primera Plana un comunicado oficial en el que expresa lo siguiente:

“Quiero manifestar a los medios de comunicación y compañeros de la bancada que mi proceder como Legisladora, siempre será de respeto hacia el Partido Acción Nacional que represento, mis compañeros de bancada y los ciudadanos.

“El resolutivo anunciado por el Comité Directivo Estatal del PAN el viernes pasado obedece a un asunto interno del partido, por lo que me conduciré con respeto en los procedimientos internos del partido y reitero mi convicción y compromiso de seguir construyendo un bien común para los sonorenses bajo la doctrina del Partido Acción Nacional”.

El comunicado suena a arrepentimiento, sometimiento a la disciplina partidaria y antepone en su proceder como legisladora las necesidades del partido, luego las de la bancada en el Congreso y, por último, la de los ciudadanos.

Con la legisladora Carolina Lara nos fue imposible hablar a pesar de las reiteradas solicitudes, sin embrago, recién se supo la intención de sancionar a los diputados “rebeldes” por su voto, a través de su cuenta de Twitter expresó lo siguiente:

“No se debe limitar ni sancionar la libertad de pensamiento, decisión y expresión de los representantes populares”.

También dijo: “Apegada a los principios de Acción Nacional y con la ley en la mano, seguiremos apoyando las mejores iniciativas para los sonorenses”.

Tanto Carolina Lara como Sandra Hernández argumentan que actuaron en nombre de los intereses de sus representados (razón de ser de las democracias modernas); no obstante, Acción Nacional prepara sanciones que podrían ser ejemplares para disuadir a futuros legisladores disidentes.

Diputado Villegas va por la libre

Por su parte el diputado Manuel Villegas Rodríguez defendió su postura asumida durante la sesión del Congreso. “Yo en lo personal tomé una decisión libre, una decisión que además es congruente con lo que fuimos trabajando día a día en la campaña y además es lo que yo quiero visualizar para que vaya a pasar con el municipio de Guaymas y el Estado de Sonora”, señaló.

El diputado Villegas Rodríguez al no ser un militante activo de Acción Nacional no se le pudo sancionar y solo se le realizará un extrañamiento público, según lo declarado por el presidente del partido, Leonardo Guillén Medina. Sin embargo, el mismo legislador comentó que él es diputado del distrito XIII de Guaymas por Acción Nacional, por lo cual dijo que el PAN es su partido.

Pero también indicó está ahí para trabajar por sus representados y en general que a todos los sonorenses les vaya bien, por eso dijo que sigue firme en su votación emitida el pasado 10 diciembre.

“He visto que va en el sentido de un extrañamiento, pero bueno voy a esperar a ver la resolución que haya hecho mi partido. Se han comunicado solamente por medio de mensajes, pero no tengo un documento que haya emitido el Comité Directivo sobre una resolución que hayan emitido en ese sentido”, resaltó.

Manuel Villegas precisó que no tiene datos de que es lo que implica un extrañamiento, por lo cual dijo que esperará para emitir su postura e invitó a los medios de comunicación a no especular con el tema: “quiero ser sincero, yo preferiría esperar a que nos notificarán mi partido y de ahí yo podría darles alguna opinión, ahorita sigue siendo muy prematuro hacerlo”.

Ser un “azul rebelde”

En el PAN existen antecedentes a nivel local y nacional de acciones contra militantes que, a su juicio, actuaron en contra de los principios panistas.

Uno de los casos más recordados es el de Paoli Bolio, legislador federal por el PAN entre 1997-2000, quien se retiró del Pleno cuando iban a votarse los recursos que se asignarían al Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), pues no quería votar en el sentido que dictaba la bancada.

Estuvo a punto de ser expulsado, aunque al final la sanción quedó en un regaño público. Posteriormente, Bolio renunció a la organización.

En Sonora, un caso muy emblemático fue el de Manuel Espino Barrientos, que de ser presidente del Comité Directivo Nacional del PAN, terminó siendo expulsado por sus desencuentros con el entonces presidente de la República Felipe Calderón.

Manuel Espino, por su parte, llegó a Sonora para sacar de la jugada a Adalberto Rosas en su carrera por la candidatura a la gubernatura en 1997, cosa que logró, incluyendo la expulsión del partido del obregonense.

Todos ellos, en su momento, pensaron que el derecho a disentir, expresar opiniones contrarias y actuar conforme a su conciencia estaba por encima de la disciplina partidaria.

Todos ellos se equivocaron.