Discusión de Reforma Judicial, revelará si será estadista o política

Una prueba de fuego para Sheinbaum
Por Redacción
Con todo perfilado para que durante el mes de octubre se presente y discuta la reforma al Poder Judicial de México, incluyendo la elección por voto popular de Jueces y Ministros, expertos ven con preocupación la iniciativa, pero dan un voto de confianza a que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, cumpla con la promesa de abrirlo a debate y analizarlo, aseguró el abogado Germán Guillén.
El representante del Capítulo Sonora de la Barra Mexicana de Abogados, en entrevista para el programa de Soledad Durazo, por TVD Primera Plana, de entrada aclaró que existe una realidad, que en estos momentos no hay oposición al próximo gobierno debido a que los diputados y Senadores de oposición no están en posibilidades reales de ser un contrapeso y sólo queda la posibilidad de reflexión que tengan los ciudadanos.
¿Qué está en juego?
“Y quisiera retomar las palabras que nuestra actual presidenta electa, Claudia Sheinbaum… hablaba que iba a aceptar la pluralidad, que iba a estar en un son de diálogo, respecto al tema en particular, señaló que iba a haber una serie de foros con barras de abogados, con universidades, con miembros del Poder Judicial, para reflexionar los puntos de la reforma, vamos a ver qué tan útil son esos foros, qué tanto se escucha y sobre todo si se resuelven cuestiones tan centrales como elección popular versus capacidad, elección popular versus servicio civil de carrera, elección popular versos vocación”.
El licenciado Guillén explicó que la Reforma al Poder Judicial se trata de una reforma muy profunda, donde se habla de que se desaparecen dentro del Poder Judicial al Consejo de la Judicatura.
Explicó que esto consiste en reducir el número de ministros y existe la posibilidad que los ministros que están actualmente se quedan o se van, pero indicó que hay que esperar a ver cómo queda al final la propuesta, para ver si entran nuevos ministros.
Además, se considera un nuevo esquema donde un porcentaje lo propone el Ejecutivo, otro al Legislativo y otro el Poder Judicial. A decir del abogado Guillén esto último en apariencia suena bien, pero lo preocupantes es la imparcialidad que puedan tener los jueces.
Intromisiones que causan preocupación
“A mí lo que me preocupa es lo siguiente, y no es crítica, es preocupación basada en la formación jurídica de hace muchos años, es qué tan imparcial puede ser un juez que proviene de un Ejecutivo y lo hemos visto en la historia reciente, algún presidente se ha quejado que los propuso y no resuelven como ellos quieren. Igual, lamentablemente los partidos políticos no han sido una solución y que tan imparcial pudieran ser los jueves que vengan de una propuesta del Legislativo”.
Además, dijo que en el Poder Judicial ahí alguno podría tener alguna esperanza, sin embargo, hay un punto que genera confusión que es el proceso de elección de jueces y magistrados, porque este proceso no es una práctica globalizada, ni se lleva a cabo en países con mayores estándar democrático y de desarrollo, entonces no es una solución que en la historia reciente deje claro que sea viable.
Germán Guillén señaló que dejando de lado el tema de crispación que se provocó durante el proceso electoral, porque ciertamente un grupo y un proyecto ganó con amplia mayoría, en término reales también hay un 42% que no votó por ese proyecto y ellos también deben tener garantías y preocupa que no se les respeten.
“No hay liderazgo para ese 42% y aunque hubiera un liderazgo cívico no hay operadores en el Congreso para que hagan contrapeso, por lo menos en el primer trienio”.
Los riesgos de la Reforma
El representante de la Barra Mexicana de Abogados en Sonora, aclaró que los riesgos se pueden medir en dos niveles, primero a nivel global, hablando de la historia de la humanidad y la segunda con lo que tiene que ver con el país.
En lo primero, dijo, la historia de la concentración de poder ha sido terrible y se pueden ver casos como China, Rusia, y a Corea del Norte, Cuba, Venezuela y una lista muy larga de países donde hay problemas y el común denominador es que se concentró el poder.
En el caso de la historia de México, explicó que pareciera que existe una vocación donde no nos gusta mucho la libertad ni la independencia, porque los procesos de concentración de poder son cíclicos, se vio en el Porfiriato, luego con el PRI y ahora estamos en un escenario muy similar con un partido muy hegemónico.
“A estas alturas de mi vida yo veo la gran cantidad de falacias y de inconsistencias que hay en el discurso oficial, y lo quiero aclarar con toda la honestidad y lo he dicho más de una vez, con los priistas cuando era crítico tuve conflictos, con los panistas, pero aquí el nivel de intolerancia es muy grande, porque, empezamos a ver esos vestigios”.
Voto de confianza
Aclaró que las primeras acciones realizadas por la presidenta electa han gustado, ha sido muy propositiva, con apertura y, dijo, merece que le demos una oportunidad, pero hay que ver cómo se desarrolla y qué calidad de propuestas vemos, sobre todo con esta reforma y en estos puestos tan importantes.
“Tenemos que darle el principio de la buena fe, y vamos a ver que conforme se vaya preparando, porque si hay algo que estuve revisando antes de venir al programa, se espera un debate con Barras, con personal del Poder Judicial, con asociaciones civiles, con foros, vamos a ver que tanto se pone en pie una lógica que es inobjetable”.
“El ejercicio de politización de la justicia, es un riesgo de que la calidad de justicia (de por sí mermada), decaiga más, porque hay pilares fundamentales que no se deben tocar”: Germán Guillén, presidente de la Barra Mexicana de Abogados capítulo Sonora
El fantasma de la simulación
Sin embargo, señaló que lamentablemente muchos procesos de sexenios anteriores han terminado en simulación.
En ese sentido citó por ejemplo, el Sistema Nacional Anticorrupción, que al ver el diseño llenaba de expectativa, pero en la práctica quedó en simulación; lo mismo que el nuevo Sistema de Justicia Penal, que tenía objetivos muy definidos, pero retomó viejas prácticas y las adaptó y siguen los problemas de justicia penal graves, donde se acusa y castiga sólo a los pobres.
“La ausencia de independencia del poder genera por ende concentración del poder, y la historia es clara, contundente, concentración de poder llega a abuso”.
Sin embargo, indicó que esto no quita la situación que pasó en México, donde con justa razón la mayoría de los mexicanos decidieron quitarse un sistema “democrático”, así entre comillas, para una democracia presidida ahora por un partido hegemónico, con todo el poder.
“Las personas de abajo, los de a pie, los mortales, son los que pasamos de una democracia presidida por una oligarquía de segundo piso, con poco compromiso social, con abusos, al grado que generó este hartazgo y ahorita las personas le están dando, prácticamente, un cheque en blanco a la nueva presidenta para que diseñe el país que ella quiere, y en ese diseño está una propuesta de reformar el Poder Judicial, y solo espero que efectivamente nos dé derecho, como sociedad civil, para opinar”.
Técnica, no política
En su punto de vista, aclaró que por lógica un juez eficiente, es un juez que tiene que estar formado, no solamente con conocimientos técnicos sino con un sistema de valores y vocación, que son técnicas no políticas.
“Porque el ejercicio de politización de la justicia, es un riesgo de que la calidad de justicia, de por sí muy mermada, decaiga más, porque hay pilares fundamentales que no se deben tocar”.
Precisó que México tiene la posibilidad de tener una mujer presidenta, que es algo llena de orgullo y de expectativas, por el ejemplo que dará a otras mujeres para llegar alto y lejos, además, tiene la posibilidad de hacer lo que muchos otros hombres, siendo presidentes, tuvieron la oportunidad y no lo hicieron, que pudiendo ser estadistas fueron políticos nada más.
“Ella tiene una oportunidad histórica extraordinaria, hoy México necesita la mejor presidenta de su historia, porque tenemos una situación geopolítica, económica y social que no puede postergarse, tenemos deudas que no las quieren reconocer en seguridad pública… Ojalá se reconozca la realidad y no solamente tengamos una buena presidenta, una estadista, una mujer de Estado».