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El alto costo de la huelga

Por Gerardo Moreno/

Después de 26 días de huelga en la Unison, se calcula una pérdida económica de alrededor de 54 millones de pesos; los estudiantes temen perder el semestre

Los movimientos huelguistas en la Universidad de Sonora dejan un gran gasto tanto en la imagen y reputación de una de las instituciones educativas más importantes del noroeste del país, además de una pérdida de tiempo-clases que cuesta caro a los alumnos, donde será casi imposible recuperarse y que a veces no se puede medir, pero lo que sí se puede medir es el gran gasto económico que estos movimientos resultan.

Según un reporte emitido por Rectoría de la Unison a la agencia Notimex, la huelga que sostiene el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) tiene un costo cercano a los 2 millones de pesos diarios a causa de la nula operación de la institución.

Según esta declaración, con los 26 días de huelga que sostiene el sindicato, desde el día 28 de febrero a las 5:00 PM cuando colgaron las banderas rojinegras en los accesos de la Universidad, se calcula una pérdida económica de alrededor de 54 millones de pesos.

Estas pérdidas invariablemente deberán cubrirse y por lo general a costillas de los ciudadanos. Los recursos de la Universidad de Sonora provienen principalmente de partidas que la Federación y el Estado hacen en sus presupuestos anuales que salen de los impuestos de los mexicanos.

Además la Unison adquiere fondos de aportaciones “voluntarias” al momento de revalidar placas o pagar servicios, las colegiaturas de los alumnos y los recursos propios de sorteos y otras actividades. Todo sumado, para el ejercicio fiscal del 2014, la Universidad aprobó un presupuesto mayor a 1,800 millones de pesos (se puede consultar en la página www.uson.mx).

Según lo comentado por el líder del STEUS, Modesto Torres Delgado, en los cerca de 30 años que tienen tanto el STEUS como el Sindicato de Académicos en la Universidad de Sonora (STAUS) se han estallado ocho huelgas cada uno; un total de 16 movimientos de paralización.

Por su parte representantes de la Coordinación de Estudiantil de Sociedades de Alumnos (CESA) explicaron que según sus cálculos del año 2005 a la fecha suman 150 días totales de huelga en la Universidad de Sonora. Algo que ha impactado fuertemente en la imagen de la institución, tiempo perdido y representa un costo económico muy alto para los sonorenses.

Sin solución aparente

La huelga que estalló el STEUS se debe a violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo y su líder, Modesto Torres ha sostenido que solo ejercen su derecho como trabajadores, que no quieren afectar a los estudiantes y que el rector de la institución, Heriberto Grijalva, es quien se niega a sentarse a negociar. Aclaró que solo se sentarán a negociar con las autoridades en la Junta de Conciliación y Arbitraje.

Por su parte Grijalva Monteverde sostiene que su administración no violó ninguna cláusula del Contrato Colectivo de Trabajo y asegura que no pagará ni un día de sueldo que el sindicato se ha mantenido en huelga.

La administración estatal se ha mantenido al marguen del conflicto y solo ha mencionado que proporcionará salones alternos a los estudiantes para que lleven clases fuera de las instalaciones de la Alma Mater.

Según el reporte de la Universidad de Sonora, el paro de labores afecta a 40 mil 951 estudiantes: 29 mil 311 de Licenciatura, 832 de Posgrado (repartidos en los 45 programas de licenciatura y 40 de posgrados que oferta la Unison), 717 de los Talleres Libres de Arte y 10 mil 95 de los cursos de idiomas.

Dan la espalda a Unison

Sin embargo a la sociedad en general parece no importarle lo que sucede dentro de la máxima casa de estudios, incluso a los mismos estudiantes. El pasado jueves 20 marzo CESA convocó a una marcha de los universitarios para expresar su inconformidad por la huelga, donde el número de manifestantes apenas llegó a los 100 alumnos.

El grito principal ese día fue que no se deje sola a la Universidad y que las dos partes en conflicto, rectoría y STEUS, establezcan un diálogo, se pongan de acuerdo y finalicen el problema para que los alumnos regresen a clases.

El temor principal es perder el semestre, pues ya casi se cumple un mes de inactividad y la problemática puede llegar al punto de que el tiempo de verano no alcance para recuperar las clases perdidas. Y ahí no acaba todo, ya que la amenaza se vuelve mayor debido al posible emplazamiento a huelga para el 30 de abril por parte del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS).

El presidente de la CESA, Néstor Ortega, comentó que en este asunto son los estudiantes los más afectados y a la vez son los más desprotegidos, pues no tienen en dónde quejarse o ampararse. Tanto autoridades y STEUS, les han dicho que están buscando soluciones, pero no ven resultados.

“Ya basta que nos tiren al loco, que no nos escuche, no se trata de que nos digan vamos a tratar, no se trata de intenciones, se trata de acciones, se trata de que también vean por nosotros que somos parte primordial de esta universidad”, añadió.