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El caballo equivocado; la mano de EE.UU. en Medio Oriente

Todo en Washington se mueve de acuerdo a los deseos de la Casa de Saudí, pero todo ha sido un engaño, una ilusión vacía; en la actualidad gracias a los saudís el Medio Oriente está más dividido que nunca

Por Enrique “Kiki” Vega Galindo

Los Estados Unidos basan su política en el Medio Oriente sobre Arabia Saudita. La Monarquía del Desierto ha sido por años la columna vertebral de la planeación americana en el lugar. El Departamento de Estado ha creado una serie de funcionarios de gobierno diseñados para hacerle creer al mundo que Arabia Saudita es la fuerza dominante del mundo árabe y que ejerce una influencia definitiva, tanto en los moderados como en los radicales.

Siguiendo los lineamientos del Congreso de los Estados Unidos, los americanos han hecho hasta lo imposible, desde 1973, para mantener a Arabia Saudita contenta, satisfecha. Tratándola con reverencia y respeto. Le ha vendido armas sofisticadas, y tecnología avanzada. Todo en Washington se mueve de acuerdo a los deseos de la Casa de Saudí.

Los acontecimientos recientes en esa región han demostrado que todo ha sido un engaño, una ilusión vacía, en cuyo altar fueron sacrificados una vez más los verdaderos intereses de Los Estados Unidos en particular y del mundo libre en general.

Los saudís jamás han podido ni querido entregar la mercancía prometida, simplemente porque no la han poseído. Arabia Saudita nunca ha sido la solución al rompecabezas del Medio Oriente. Arabia Saudita está formada por: Irak, Siria, Sudan, Yemen, Libia y Somalia.

El líder iraní Hasán Rouhaní Ayatollah Khamenei, fue el líder supremo del Islam. El principal líder del Imperio Árabe lo fue Yasser Arafat nativo de Jerusalén, quien desde el año de 1948 fundó el partido El Fatah, y el Movimiento para la Organización y Liberación de Palestina (O.L.P.), quien junto con los libaneses controla Arabia Saudita y se han opuesto a la creación del Estado Judío Israelí en Tierra Santa. Tanto los palestinos como los libaneses han creado una guerra denominada: “Venganza Divina”. Son musulmanes y adoran a Mahoma.

El Estado Islámico surgido antes de Cristo. Está dominado de la siguiente forma. Los Chiitas controlan: Bahréin, Irak, Siria y Líbano. Los Sunitas: La Meca y Medina. Irak es dueño de Bagdad y allí viven Los Sunitas grupo extremadamente radical. En Yemen viven Los Hutías quienes son socios de Los Sauditas rebeldes. Pakistán y Afganistán son naciones independientes, pero islamistas extremosos.

7 SoldadosEste territorio es lo que se conoce como el Reino de Arabia Saudita, y pose un gobierno basado en la Monarquía Absolutista. Su poderío se basa en controlar los precios del petróleo. Crearon la OPEP, que es la fuerza política y económica que maneja las riendas políticas del planeta tierra. Controlan: Corea, China, Japón, India, Rusia, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, México y Venezuela.

La Unión Europea esta empecinada en quedarse con Siria y han provocado una guerra civil. Siria es un aliado de Rusia e Irán, y se oponen al gobierno de Los Estados Unidos.

Los saudís ciertamente poseen grandes reservas de petróleo, pero la realidad ya demostró en múltiples ocasiones y lugares que el petróleo no es suficiente para convertirse en factor esencial. La realidad internacional, y la nuestra propia, enseñan que el aceite negro no otorga a ningún país la trascendencia necesaria como para dictar movimientos políticos. Los saudís llegaron en algún momento de su historia hasta exportar diez millones de barriles diarios de crudo, a precios tan altos que sus ingresos llegaron a ser enormes y pudieron comprar la tan ansiada preponderancia repartiendo dinero entre los sirios, palestinos, y yemitas. Financiaron junto con Kadhafi el terrorismo internacional, a condición de que sus actos fueran realizados lejos del territorio árabe.

No hicieron más que comprar tranquilidad y gozar de su inmensa fortuna construyendo ciudades, palacios, hoteles, centros comerciales, parques turísticos y recreativos. Pagaron fuertes cantidades de dinero para satisfacer su complacencia, y mantener controlados los asuntos políticos y conflictos de la región.

Los saudís han asumido una posición neutral. Para mantener ese “Blof” es necesario la astucia e inteligencia, gobernar autocráticamente, y a su vez no tomar parte en ninguna de las instancias. Los príncipes sauditas han demostrado que pueden vivir en ese vacío, creado a propósito, para gobernar, cubiertos de billetes verdes. El dinero que les llega del Tercer Mundo y de Occidente les permite comprar paz y financiar a líderes, políticos corruptos, militares mercenarios, asesinos, terroristas y villanos.

México ha sufrido los embates de los saudís, al obligarlo a bajar el precio del petróleo y controlar su mercado de exportación de una manera radical. México está siendo obligado por los saudís a retomar nuevas alternativas económicas para recuperar su dinámica. Pero la corrupción de los partidos políticos y el tráfico de influencias no están permitiendo que la libre empresa y los grandes capitalistas mexicanos inviertan sanamente en los factores que son: turismo, agricultura y ganadería.

La posibilidad de un crecimiento económico existe, no de este momento, sino a largo tiempo, para poder ofrecer a los inversionistas extranjeros una nueva alternativa de inversión en México. Pero la baja de ingresos que los ciudadanos mexicanos reciben, quienes no tienen nada que ofrecer pues el poco dinero que reciben apenas les alcanza para mal vivir, es una pésima condicionante para los inversionistas.

La posición económica actual de nuestro país es anárquica y no va de acuerdo a la dinámica internacional del desarrollo. La política mexicana es obsoleta e intrigante. El discurso político mexicano está demasiado trillado y no convence a las masas populares. México ya debe de dejar de pensar en el petróleo.

Los saudís han provocado en Latinoamérica un mundo inestable. México es el vínculo que les permite someter a Centroamérica y El Caribe. Muchos proyectos para estos países han sido cancelados y los contratos firmados anulados, dejando a millones de personas desempleados. Lo que ha generado una movilización de las masas hacia América del Norte en busca de mejores expectativas de vida.

El plan de paz hecho entre los jordanos y los israelitas, para liberar a Palestina, no tuvo efecto. Los saudís no emitieron ninguna palabra al respecto. Los saudís no contestan el teléfono y mucho menos si son llamadas de la Casa Blanca. Los príncipes del desierto son astutos. La neutralidad es su mejor arma. Les gusta los dejen en paz para gastar su fortuna.

La Familia Real Saudí fue fundada en 1932 por el Rey Abdulaziz bin Saúd. El actual representante de esta Monarquía Absolutista lo es el Príncipe Mohammed bin Nayef. Nobleza que solo mantiene relaciones con otras monarquías. Los saudís han invertido todo su dinero en la ciudad más impresionante de la actualidad que es: Dubái. Desde donde los Príncipes Árabes ven a los Estados Unidos como un acérrimo enemigo.

La guerra en el Líbano es consecuencia del terrorismo y el hostigamiento de la O.L.P. El Líbano es una base militar rusa. Los libaneses quieren quitarse el yugo de los saudís, los rusos y los americanos. Tratando de sacar de allí a los ejércitos de ocupación. El terrorismo no ha podido ser eliminado a pesar de intentar ser diezmado con las guerras del Golfo Pérsico, Pakistán y Afganistán. Se eliminan células terroristas, pero nuevas células vuelven a brotar y se propagan en una decena de países occidentales.

El Líbano está empeñado en separarse del yugo del Medio Oriente, pero Siria no se lo permite. Siria continúa dominando esta región con sus fuerzas militares. Siria quiere anexarse al Líbano. Este añejo sueño data desde 1976, y han firmado un convenio con fuerzas militares extranjeras para adueñarse de este territorio, y de toda Arabia Saudita. Los demás países árabes se han unido y no permiten que Siria se expanda.

Siria se ha dividido en dos bandos, los que apoyan la decisión de adueñarse del Líbano, y los que buscan negociar la paz con Occidente. Todos buscan una solución al conflicto, pero los saudís siguen financiando a los sirios en su “guerrita”, a quienes ni siquiera les preocupa la presencia de los rusos en la región. La O.L.P. y sus vivales son una organización terrorista, que disfruta del motín, la corrupción y el despilfarro. Estos líderes saudís han inventado una serie de conflictos para que los países de la O.L.P. se aniquilen entre ellos, además de crear la inestabilidad en Israel, para poder maniobrar libremente en esas aguas turbias. Los palestinos se aniquilan mutuamente. Los saudís despilfarran sumas multimillonarias de dinero para expulsar, exportar, o evacuar a los damnificados o víctimas que huyen de la violencia de esta zona de guerra.

De estos conflictos armados hacia la Comunidad Europea y Estados Unidos, donde son aceptados como refugiados. Estos “exiliados” representan una carga pesada para estos países que abanderan y hablan de humanismo y protección. A su vez reciben, fuerzas vivas violentas que aman la sangre, expertos en crear miedo, terror y muerte. De esta forma al abrirles sus puertas, se las abren al caballo de Troya.

Arabia Saudita es tan solo un pozo petrolero que proporciona petróleo, pero ninguna orientación política. El caballo al que le apostaron los Estados Unidos, les resultó un perdedor. Washington es el único responsable de esta mala decisión. A quien no le queda de otra que jugarse su única carta que le queda en el Medio Oriente y que es Israel. Donde intenta imponer su democracia y su alianza.

En la actualidad gracias a los saudís el Medio Oriente está más dividido que nunca, es un dilema, una encrucijada, una puerta sin salida, es difícil y arriesgado hablar de paz y tranquilidad en semejante ambiente sanguinario. En el Medio Oriente existen miles de millones de toneladas de armamento químico-biológico, nuclear y bélico, de fácil acceso, distribuidas en toda la región.

Aquí las armas son parte de la familia, conviven con el fanatismo religioso, la miseria y la ignorancia. Son la sombra de cualesquier intento de pacificación. Los árabes aman la guerra. Les encanta matarse entre ellos mismos. Gracias a esta mentalidad antagónica los grandes países fabricantes de armas han amasado fuertes sumas de dinero.

Este teatro es el protagónico donde opera el oportunismo capitalista. Fuente y base del discurso político de los países de Occidente. Los saudís son expertos agitadores profesionales. Quienes han encontrado un nuevo escenario alternativo para sus explosivos ataques en los Estados Unidos.

 

El Autor es: Sociólogo, Historiador, Escritor e Investigador.

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