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El calor y las tortugas

Por José de Lómvar

Con el aire seco y caliente evaporando el sudor en mi playera al caminar por la calle No-Reelección del centro de Hermosillo el pasado 12 de junio, le di la bienvenida a ese miércoles que rompió el ‘record’ de la temperatura más alta para un Junio, por lo menos, desde el año 2014.

“Nos quedamos a medio grado de alcanzar los 50°C por primera vez en el observatorio meteorológico de Hermosillo”, dijo Gilberto Lagarda Vásquez, meteorólogo de Conagua.

Bajo el sol de las 5:00 de la tarde me pregunté: ¿Por qué estaba la temperatura tan alta? Días después, hice la siguiente pregunta: ¿Cuál sería el efecto de vencer este ‘record’?

La respuesta al ‘record’ roto para el mes de Junio, podría descansar sobre un fenómeno llamado ‘El Niño’, durante el cual, la temperatura en el hemisferio norte tienden a subir.

No obstante, sigue siendo difícil dimensionar las consecuencias de la ola de calor en una ciudad tan compleja como Hermosillo. A primera instancia, mi mente voló hacia la falta de agua de mi departamento. ¿También estarían sufriendo los demás inquilinos del edificio? ¿Compartiré este problema con mis vecinos de la calle o quizá con los de la colonia? ¿Tendría esto algo que ver con el calor? No lo sé, pero por lo menos, el agua de aquí está entubada. Pero, ¿qué hay de los cuerpos de agua que están expuestos al sol y al viento?

Hermosillo tiene varios cuerpos de agua, entre los que están: La presa Abelardo L. Rodríguez, La Sauceda, la Laguna del Río Sonora, así como el propio Río Sonora.  Hidrológicamente, estos están conectados; es decir, lo que sucede aguas arriba, por ejemplo, en La Sauceda o en la presa, afecta lo que suceda aguas abajo, haciendo luz al mismo ejemplo, en la Laguna del Río Sonora.

El calor extremo, como sucedió el 12 de junio, puede afectar el balance hidrológico de este microsistema, perjudicando a las especies que la habitan, entre ellas, a la tortuga del pantano mexicano (Kinosternon integrum). Endémica de México, esta especie está sujeta a una protección especial que está marcada en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Sin embargo, la sequía sufrida recientemente ha disminuido la cantidad de agua que existe en la Laguna del Río Sonora. Esto hace que la tortuga del pantano mexicano busque otros cuerpos de agua que se encuentren cerca, aunque para ello tenga que cruzar el asfalto del Blvd. Río Sonora.

Si los humanos somos vulnerables a los atropellamientos, sea por distracciones o pereza, más lo son las tortugas, que no son conscientes de la existencia de carros ni mucho menos del reglamento de tránsito, y que cruzan para sobrevivir. Esto puede repercutir en una paulatina disminución de la población de esta tortuga (entre otras especies silvestres).

“Hemos visto otro tipo de animales, como zorrillos o tlacuaches, pero no son tan lentos como una tortuga, pues se demoran bastante en cruzar la vialidad, cualquier otro animal es ágil y puede brincar o salirse rápido de la vía, pero una tortuga no”, dijo Ovier Quintero Pérez, vocero del departamento de Tránsito de la Policía de Hermosillo.

No estoy seguro de cuáles serían las consecuencias de que no existan tortugas en Hermosillo, pero al tener una función específica en la red trófica, alimentándose de moluscos, peces e insectos, es importante cuidarlas, disminuyendo a la velocidad permitida en el tramo entre el Blvrd. Antonio Quiroga y la calle Carlos Quintero Arce.