El derecho a la objeción de conciencia

La polémica Ley C-14 aprobada por el gobierno del liberal Justin Trudeau, defensor del aborto, la eutanasia y la ideología de género, provocó la muerte de 744 personas tan sólo en los primeros seis meses de vigencia
Por Dr. Jorge Ballesteros
Reconocer el derecho humano a la objeción de conciencia, es un acto de Libertad.
La Objeción de Conciencia es un derecho humano, que se ejerce cuando el contenido o deberes que impone una norma legal se oponen a las normas éticas o convicciones morales de una persona. Lo hace por considerarlo un deber de conciencia, una obligación moral ante sus valores. Es cuando por razones éticas, religiosas o ideológicas una persona decide no acatar la ley.
La objeción de conciencia es también un bien jurídico básico, que no existe porque haya sido reconocido por la ley, sino que es reconocido por la ley porque significa y manifiesta el respeto civil debido a la identidad moral de las personas. Por ello constituye uno de los derechos fundamentales.
Estos son los temas más frecuentes en que los médicos y personal paramédico ejercen su derecho a la objeción de conciencia:
-Pena de muerte.
-Tortura y prácticas inhumanas o denigrantes.
-Eutanasia.
-Aborto.
-Intervenciones de reproducción humana.
-Esterilización.
-Contracepción y contra gestación.
-Fecundación asistida.
-Manipulación de embriones.
Recientemente leímos la noticia de que en Canadá, un país democrático y hasta hace poco libre, se ha conculcado precisamente el derecho que toda persona tiene de ejercer el derecho de objeción.
Desde que ganó el partido liberal en Canadá, con su primer ministro Justin Pierre James Trudeau, se ha instaurado una dictadura en ese país. Trudeau y su gabinete, gente de ideas de izquierda, han impuesto una serie de leyes que favorecen a la ideología de género, a la cultura de la muerte con la aprobación del aborto y de la eutanasia y del suicidio asistido en menores, han llegado incluso a la indignidad de cambiar la letra del himno nacional para que sea de género neutro y no ofender a los homosexuales.
Otro ejemplo del sometimiento del poder judicial a la ideología de género es la sentencia de la Corte Suprema, con seis votos a favor y únicamente uno en contra, considera que muchos actos sexuales con animales, es decir, de bestialismo o zoofilia, son legales en el país. El único límite que ponen los jueces es la penetración. Por ello, cualquier relación entre un hombre y su perro está avalada por la Justicia canadiense.
Pero Canadá no se puede únicamente convertir en un país peligroso para las mascotas sino también para sus propios habitantes pues el gobierno canadiense ha preparado una ley de suicidio asistido de las más radicales del mundo.
Una ley que no considera que el suicidio asistido y la eutanasia sean una mala praxis médica por lo que no contempla la objeción de conciencia para los médicos que se opongan a ayudar a matar a un paciente traicionando así el juramento hipocrático que hicieron.
Y como ocurre siempre en asuntos como la eutanasia lo que se legisla supuestamente para casos muy concretos rápidamente se acaba ampliando hasta generalizarse. Y es lo que en Canadá pretende hacer Unicef, la autodenominada ONG de los niños, que ha pedido que los menores que la organización considera “maduros” puedan ser también beneficiarios de este tipo de muerte.
La ley de la eutanasia que lleva funcionando poco tiempo en Canadá sigue cobrándose víctimas tanto de enfermos como del personal médico que se arriesga a ser despedido si no aplica esta normativa que consiste en acabar con la vida de los pacientes a los que juraron curar y cuidar.
La polémica Ley C-14 aprobada por el gobierno del liberal Justin Trudeau, defensor del aborto, la eutanasia y la ideología de género, provocó la muerte de 744 personas tan sólo en los primeros seis meses de vigencia, aunque los expertos esperan que siga aumentando hasta superar el 5% de las muertes totales que se produzcan en Canadá.
Eutanasia o despido
Muchos médicos y enfermeros se encuentran contra la espada y la pared. Es lo que le ha ocurrido a la enfermera Mary Jean Martin, que como católica ha tenido que enfrentarse a esta nueva ley, o practicar la eutanasia o ser despedida. Estas eran las dos opciones que le dieron a esta mujer que ejercía como coordinadora de atención domiciliaria en Ontario. Actualmente, está sin trabajo porque eligió su conciencia y su fe a provocar la muerte de unos pacientes a los que juró curar y no matar.
La región de Ontario añadió además una disposición a la ley estatal en la que eliminaba el derecho a la objeción de conciencia. Si el personal sanitario se niega a practicar la eutanasia tiene la obligación de indicar al interesado quién se la puede realizar.
Para ello, las autoridades sanitarias han obligado a firmar un documento en el que el personal sanitario debía jurar que respetará todas las leyes de Canadá, incluida la eutanasia y el suicidio asistido.
Ante esta tesitura, Mary Jean le dijo claramente a su superior que no podía firmar este escrito porque no estaba de acuerdo con la nueva ley. “Se espera que todos los empleados, como servidores públicos presten este juramento de oficio y lealtad. Si no se firma esto se toma como una renuncia automática de su cargo”, le dijo su jefe.
“Cuando me dijeron que tenía que decidir, o el juramento o la renuncia automática, dije que prefería renunciar a comprometer mis creencias”, aseguró esta enfermera a Life Site News.
¿Acabar con la presencia de cristianos en el ámbito de la Salud?
Detrás de esta ley y de la eliminación de la objeción de conciencia está, según esta enfermera, el objetivo de que no haya médicos y enfermeros cristianos pues son personajes incómodos que impiden que las políticas pro-muerte vayan a mayor velocidad.
Para Alex Schadenberg, director de la Coalición para la Prevención de la Eutanasia, es “absolutamente demencial” que el gobierno y las autoridades sanitarias estén “vulnerando los derechos humanos básicos de los ciudadanos que se niegan a matar a sus pacientes”.
Canadá ya está dominado completamente por la ideología de género y la dictadura del relativismo, convirtiéndose así en un verdadero referente de la deriva de Occidente.
En México, en caso de que ganara la izquierda en las próximas elecciones, tendríamos, no lo duden, un panorama similar.