Elevada misoginia en la política
Por Feliciano J. Espriella/
Los problemas de discriminación de las mujeres sólo pueden ser resueltos por las propias mujeres
“Ustedes son lo mejor que nos ha pasado ¡ESTÁN RE BUENAS TODAS….! Para cuidar niños, para atender la casa, para cuando llega uno, y ‘a ver mijito póngase las pantunflitas’: Francisco Vega de la Madrid, gobernador del estado de Baja California.
Lo dijo en un acto público en Tijuana, B. C. el Día Internacional de la Mujer y en un evento para homenajear a las mujeres. Y por si fuera poco, al terminar, en un recinto que estaba repleto de mujeres, le aplaudieron.
Si esto no es misoginia, la verdad no sé que pudiera ser. La triste realidad todo lo que los varones políticos hablan, dicen y elogian pera defender a la mujer cuando abordan el tema de la equidad de género, es de los dientes para afuera. Demagogia del más alto nivel.
Estamos cumpliendo en México 60 años de la primera vez que las mujeres tuvieron la opción de votar. El derecho al voto se estableció en 1953, pero fue hasta las elecciones de 1955 cuando pudieron votar las mujeres mexicanas. La mejor demostración de que todos los aspavientos de los políticos varones en relación a la equidad de género son pura palabrería hueca, es la magra penetración femenina en el espectro político nacional en la actualidad.
En México nunca ha habido una Presidenta de la República. Actualmente menos del 5% de presidentes municipales son mujeres; tienen el 32% del Senado y el 34% de la Cámara de Diputados; en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sólo hay 2 ministras de 11 miembros y ni una sola gobernadora.
Estas proporciones, son similares a las que prevalecen tanto en Sonora como en el resto de las entidades federativas.
La destacada y galardonada escritora mexicana Sara Sefchovich, quien en algunas de sus obras ha abordado cuestiones de género, sugiere que cuando educan a sus hijos las mujeres, se aboquen a transformar nuestra mentalidad allí mismo, dentro del hogar y desde el seno materno.
En varias ocasiones he escrito sobre este tema. Desde la primera ocasión y hasta la fecha he expuesto mi manera de pensar al respecto: los problemas de discriminación de las mujeres sólo pueden ser resueltos por las propias mujeres. No nos engañemos, a los “machos” mexicanos, los crían las mujeres mexicanas y no es con palabras como lo podrán resolver sino con ejemplos de verdadera equidad en el hogar.
Mientras sigan las madres mexicanas asignando roles de género a sus infantes apenas los expulsan del vientre, la inequidad persistirá. De nada sirve que les digan a los hijos que hombrecitos y mujercitas son iguales cuando en la práctica les demuestran lo contrario.
En la inmensa mayoría de los hogares mexicanos los varones son los reyes de la casa y las mujeres las princesas con ocupación de sirvientas. Las niñas ayudan a mamá en aseo de la casa mientras los niños salen con papá a practicar algún deporte. A ellas se les enseña a cocinar y a ellos a pescar. Si el ingreso familiar es insuficiente, sin importar quien tenga más capacidad y vocación para el estudio, la mujer deja la escuela y se pone a trabajar para que sus hermanos varones puedan continuar.
Por ello, sátrapas como el gobernador de Baja California, hace mofan de los roles femeninos y agreden verbalmente a las mujeres sin que por ello haya consecuencias. Si eso hace todo un profesionista egresado de una de las más prestigiadas instituciones de educación de Baja California, ¿Por qué extrañarnos de que el barbaján alcalde de San Blas Nayarit, un tal Layín, en evidente estado de ebriedad, humille públicamente levantándole la falda hasta dejar descubierta su ropa interior a una mujer con la que bailaba. Tan malo el pinto como el colorado.
Las mujeres valen no sólo por su género, sino por sus derechos y su condición humana. Lamentablemente todavía hay una gran cantidad de mujeres mexicanas que me parece no acaban de asimilarlo, incluyendo (o sobre todo) a las sonorenses. Jamás el varón claudicará a sus prerrogativas de motu proprio como tampoco lo harían las mujeres si la situación fuera inversa. Es la condición humana.
Abordé el tema porque además de lo acontecido recientemente por los dos gobernantes trogloditas que mencioné y el Día Internacional de la Mujer que acaba de pasar, en estos momentos para Sonora el tema de la igualdad de género es crucial.
Por primera vez en toda la historia de Sonora, una mujer, Claudia Pavlovich Arellano, tiene posibilidades reales de ser gobernadora. Y ello, más allá de su capacidad y otros atributos personales, que los tiene, en lo personal creo que de lograr el triunfo en los comicios sería un testimonio vivo para la mujer sonorense de que sí pueden y están preparadas para las grandes empresas.
El talento, carácter, arrojo, sentido de responsabilidad, disposición y, sobre todo honestidad de la mujer sonorense, ha estado presente y ha sido evidente durante décadas. Pero no ha sido catapultado ¿Será Claudia quien lo detone? En breve lo sabremos.
Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.