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En manos de seis consejeros domesticados: Democracia agonizante

Por Mónica Calles Miramontes

Hace unos meses los consejeros electorales justificaban sus tropiezos en la organización de la elección judicial diciendo: “Estamos frente a una elección inédita, que no puede compararse con otras”.

Ahora, seis de esos consejeros cambiaron su discurso para alinearlo con el de Palacio Nacional.

El 26 de junio, el Consejo General del INE terminó por validar las elecciones judiciales federales; entre bufonería y desfachatez, vimos a seis consejeros electorales entregados al oficialismo, defendiendo el desastre que ha sido la elección judicial.

Como sabemos, la reforma judicial surgió solo para que Morena y aliados pudieran controlar el Poder Judicial. Cuando cobró vigencia, para muchos, sólo quedó la ingenua esperanza de que el INE organizara una elección sin intervención de partidos y aislada del poder público, como ordena la Constitución.

El INE falló. La elección fue de Morena y para Morena. El fraude ocurrió a la luz del día y frente a todos.

Ante la evidencia, Taddei y otros cinco consejeros electorales, llegaron al grado de defender la abierta intervención del oficialismo en la elección y justificaron las prácticas más fraudulentas que hayamos visto.

Todo el show fue al estilo Morena; con cinismo, con otros datos y comparando peras con manzanas.

Resulta que, para estos personajes, la elección judicial siempre sí se parece a otras en los acordeones y en la fuerza electoral que mostró Morena. Comparan a los acordeones con un folleto de elecciones pasadas, donde los partidos políticos promovían en una planilla a varias candidaturas.

¡Falacias! No hay punto de comparación. Las elecciones de ayuntamientos, congresos y la presidencia de la República son elecciones de partidos políticos. Los partidos pueden y deben promover a todas sus candidaturas. Los ciudadanos pueden votar por una corriente política —aun si desconocen a los candidatos—; no necesitan acordeón, el diseño de las boletas está para eso.

¡En la elección judicial eso sí tenía que ser diferente!

Porque integrar un Poder Judicial desde las filas de un partido político significa acabar con la independencia judicial y la división de poderes. Es la destrucción de las bases de nuestra República.

A pesar de todo, las instituciones democráticas, colonizadas por Morena, siguen fallando y son la clara muestra del por qué nos horrorizamos tanto de que el proceso de captura institucional alcanzó al único Poder capaz de defender los derechos y libertades de las personas que no somos parte de la élite poderosa.

El juez federal en retiro Eduardo Osorio recientemente recordó una frase que dijo, frente a una judicatura, el profesor español Juan Antonio García Amado: “Si la vida de mi hija dependiera de la decisión de la judicatura o una moneda; elegiría una

moneda, sin lugar a duda”.

Eso es lo que, a partir de unos meses, preferiremos los mexicanos cuando busquemos justicia ante un tribunal Morenista. Mejor que sea una moneda.

 

Abogada consultora en materia electoral y derechos humanos.

Web: defensaelectoral.com.mx

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