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Es hora de que le apostemos a México: Miguel Ángel Figueroa Gallegos

El presidente de la Canaco-Servytur Hermosillo considera que el ensombrecedor panorama del 2017 es una oportunidad única para que sociedad, clase política y empresariado se unan por fin con el objetivo de activar la economía interna

Por Imanol Caneyada

Cada día, los mexicanos parecemos enfrentar el fin del mundo. Las noticias que aparecen en los medios nos hablan de inflación, volatilidad del dólar, aumentos a los precios de energéticos y servicios básicos, estancamiento del crecimiento económico y las amenazas del delirante nuevo presidente de nuestro más importante socio comercial: Estados Unidos.

Hay gente que todo ello lo ve como una catástrofe. No es el caso del presidente de la Canaco-Servytur en Hermosillo, Miguel Ángel Figueroa Gallegos, quien considera que este panorama es una oportunidad única para que los mexicanos nos pongamos las pilas y le apostemos a las inmensas posibilidades que tenemos como país para salir adelante.

De esta forma, su voz se une a la de muchos empresarios, expertos y actores sociales que consideran que lo tenemos todo para salir del hoyo, siempre y cuando nuestra clase política entienda que debe ir de la mano de la sociedad.

Para el dirigente local de la Cámara de Comercio, difícilmente Donald Trump va a poder aplicar las medidas proteccionistas que ha anunciado desde la campaña presidencial, entre otras cosas, porque al menos 20 estados del vecino país tienen como principal socio comercial a México.

Así como el gobernador de Arizona, Doug Ducey ha manifestado su apoyo a la megarregión Sonora-Arizona, reflexiona Miguel Ángel Figueroa, muchos otros gobernadores van a alzar la voz contra las medidas de Trump. Para Estados Unidos esto también es un gran reto, asegura.

Sin embargo, más allá de muros y cancelaciones o renegociaciones del TLC, la situación que enfrenta el país, a decir del dirigente, es la gran oportunidad de que tanto la clase política como la sociedad en general voltee a ver a México, reduzca la dependencia con el exterior y fortalezca la industria y la empresa interna.

Ya no podemos depender del dólar, asegura, es necesario de manera urgente que se tomen medidas como revisar la reforma fiscal, la cual no ha ayudado al micro, pequeño y mediano empresario a crecer; se reduzcan las tasas de interés o, al menos, se mantengan; se facilite el acceso al crédito en condiciones favorables para el comerciante; se reduzca el impuesto al salario para estar en condiciones de pagar mejores sueldos y así reactivar el consumo interno.

De cada peso que se genera en México, argumenta el entrevistado, 60 centavos lo hacen las MIPYMES, sin embargo, este sector ha sido históricamente descuidado por quienes diseñan las políticas públicas, quienes le han apostado al modelo maquilador, a atraer inversión extranjera.

En ese sentido, Figueroa Gallegos asegura haber notado un cambio en la sensibilidad de la clase política, al menos en Sonora, y se han mostrado más abiertos a escuchar y trabajar en colaboración con los sectores empresariales.

Reconoce el esfuerzo de la gobernadora Claudia Pavlovich en acercarse y consultar a las cámaras de comercio, en pedir su opinión y asesoría, aunque a veces las decisiones finales no coincidan con la postura de la organización; así como la disposición del Congreso de pedirles asesoría antes de aprobar iniciativas de ley concernientes al rubro.

Sin embargo, a pesar de ello, cree que falta mucho por hacer para que la clase política sea más sensible a los clamores de la sociedad en general.

Corrupción y regulación

A estas alturas, a los mexicanos nos ha quedado muy claro los altísimos costos que tiene para el país la corrupción.

Las MIPYMES, explica el dirigente de Canaco, son muy sensibles a una clase de corrupción menor, la que propician los inspectores de Profeco, del Trabajo, del IMSS, de Salud, de Alcoholes, en fin, funcionarios menores que amenazan con multar o clausurar negocios, muchas veces por aspectos muy insignificantes, consignados en la letra pequeña de las leyes, y que el comerciante desconoce.

Hay empresarios que se prestan al juego de la mordida, dice Figueroa, pero otros no.

Al respecto, el presidente de la Canaco piensa que es posible flexibilizar y simplificar la regulación, de forma que el empresario pueda modificar lo que no se ajuste a la ley, pero sin la amenaza de que le clausuren el negocio.

Y pone un ejemplo reciente, el del dueño de una ferretería que durante 45 años no cerró ni un solo día; este hombre, por un detalle menor de unos precios expuestos al público, ha visto cómo le clausuraban su negocio.

Él me asegura, cuenta Miguel Ángel Figueroa, que no tenía conocimiento de esta regulación y que está dispuesto a pagar una multa, pero pide por favor que no le cierren el negocio.

Así hay muchos casos, los cuales pueden propiciar arreglos en lo oscuro.

Otro aspecto negativo de la excesiva regulación que padece el micro, pequeño y mediano empresario, agrega el entrevistado, es el de los tiempos para abrir un negocio, queja que existe desde hace muchísimos años y que sigue sin atenderse.

Mientras que en otros países basta un día o dos de trámites para abrir un negocio, en éste puede llevar meses de burocracia con los gobiernos municipal, estatal y federal, a lo cual, el dirigente propone una urgente simplificación para agilizar la apertura de pequeñas y medianas empresas.

Todo ello nos lleva una vez más a quienes diseñan y ejecutan las leyes y los reglamentos, es decir, a la clase política.

En este aspecto, Miguel Ángel Figueroa cree también que, después de los seis años del gobierno anterior, la gente está harta y los gobiernos locales se han mostrado mucho más sensibles y dispuestos a mejorar las cosas.

La prueba, argumenta, es que durante años sólo se habló de corrupción, ahora cada vez más se habla de anticorrupción y transparencia.

Falta mucho por hacer, cierto, concluye el entrevistado, pero poco a poco, paso a paso, iremos saliendo de la crisis que enfrenta este país, tanto social, como política y económica.