“Estamos hartos que pisoteen el Contrato Colectivo”: STEUS
La entrada principal de la Alma Máter está tomada por trabajadores del STEUS. El asta de la bandera frete a rectoría luce una bandera rojiblanca. De nuevo el fantasma de la huelga hizo su aparición y lleva inmóvil dos semanas
Por Iván Ballesteros Rojo
Pareciera que a la maquinaria que hace funcionar esta ciudad, le faltara uno de sus engranajes más importantes: el de la Universidad de Sonora. Y es que el movimiento cotidiano que genera la máxima casa de estudios implica el despliegue de miles de personas, entre estudiantes, maestros y trabajadores.
Primera Plana ha querido entrar en el epicentro de este movimiento promovido por el STEUS. Hemos estado en las instalaciones de la Universidad observando cómo se da la organización entre los trabajadores y hemos conversado con Raúl Bueno, del Comité de Huelga. Así mismo buscamos, durante dos semanas, al representante de los estudiantes, el joven Néstor Ortega, a quien por razones que desconocemos nunca pudimos ver.
Miércoles 12 de marzo. Casi dos semanas de huelga en la Universidad de Sonora. Las decenas de carretas de los célebres hotdogs que hay en la periferia de la plaza Emiliana de Zubeldía lucen solitarias. La entrada principal de la Alma Máter está tomada por trabajadores del STEUS. El asta de la bandera frete a rectoría luce una bandera rojiblanca. Los huelguistas se distribuyen obligaciones y en el ambiente se percibe una tensa calma. En unos momentos habrá una conferencia de prensa donde el Secretario del STEUS, Modesto Torres, informará sobre posibles avances en la negociación con Rectoría. Del otro lado del cerco nos recibe Raúl Bueno, del Comité de Huelga del sindicato.
¿Cómo ha sido la relación con los estudiantes desde que estalló la huelga?
Los primeros días sí vinieron algunos estudiantes con pancartas. Exigían, como es su derecho, recibir clases. Una muchacha sí se puso un poco agresiva hasta que un compañero le explicó, con peras y manzanas, las razones por las que decidimos estallar la huelga. Pero la relación con los estudiantes ha sido más informativa que otra cosa. Ellos nos han mostrado su apoyo. Inclusive algunos de ellos han traído despensitas. Los estudiantes nos han mostrado su apoyo.
Sobre lo que apareció en la página de la Unison que ustedes estallaron la huelga solamente porque no les pagaron un bono y un día que no laboraron.
Es completamente falso. Es una información que ellos han venido manejando con la intención de golpear al movimiento. Es mucho más que un día de descuento o un bono. El movimiento estalló por violaciones al contrato colectivo de trabajo. Más de la mitad de las cláusulas de dicho contrato han sido violadas flagrantemente. Rectoría pretende desviar la atención por un movimiento que se dio y en su momento fue algo fuerte, y que sí generó mucha molestia entre los trabajadores. Pero básicamente ahora lo que estamos exigiendo es un cese de la violación de más de la mitad del contrato colectivo de trabajo. Además del trato humillante y prepotente de la secretaria general administrativa, María Elena González Agramón, hacia los trabajadores. Y no solamente hacia los trabajadores sindicalizados, ya que de los mismos trabajadores de confianza hay quejas por las actitudes de esta señora.
Desde su perspectiva, ¿a qué le está apostando el Rector?
El Rector ha apostado por mal informar a la gente y minimizar nuestro movimiento con ese día de descuento, con ese bono, pero la situación es mucho más delicada. Han sido años que se nos han pisoteado esas cláusulas que te comento, pero ahora sí los trabajadores estamos hartos. La base de trabajadores, casi mil, votaron a favor de la huelga. Esto demuestra que este movimiento viene desde la base. Ha apostado por minimizar el derecho que tenemos a irnos a huelga poniéndonos en contra de la ciudadanía y el estudiantado. Nos trata de poner como los villanos de la historia, cuando se ha visto que es su falta de capacidad de diálogo lo que ha mantenido esta administración llena de inconformidades. Si has visto entrevistas te habrás dado cuenta que el señor rector ni siquiera se sabe el clausulado del contrato colectivo. A eso añadimos que las personas de las que se ha rodeado no tienen sensibilidad humana para tratar a la gente. Entendemos que hay una política de austeridad en la Universidad, pero golpear a la clase trabajadora no es la forma de bajar gastos. Imagínate, el rector, al igual que la señora María Elena González Agramón, son maestros y no respetan ni siquiera a su gremio, a sus colegas del STAUS. Qué nos van a respetar a nosotros, los trabajadores.
Para efectos prácticos, ¿cómo le afecta al trabajador de la Universidad este trato y estas violaciones al CCT?
Si hay variaciones de las condiciones de trabajo, se nos tiene que informar mediante oficio, cosa que no hacen. Pretenden mover al trabajador de un lugar a otro arbitrariamente, sin tomarnos en cuenta. La cláusula 57, que es la jubilación, estamos manejando una jubilación integral con salario para los trabajadores, el salario y su cotización en zona cara, entre otras.
¿La organización del movimiento es solidaria?
Sí. Tenemos un comité de huelga donde generamos comisiones para prensa, asistencia, volanteo, cocina y brigadas. Al interior del sindicato estamos bien organizados.
Poniendo los elementos que hasta ahora hay en la mesa ¿Ustedes creen que esta situación se solucionará pronto?
Desde el primer día en que estalló la huelga nosotros hemos estado en la mejor disposición de generar un diálogo. Inclusive antes de que estallara, nuestro Secretario General, Modesto Torres, se acercó a las autoridades y el señor rector evadió completamente su responsabilidad. Qué más quisiéramos que se solucionara esta situación, pero para eso hacen falta las dos partes.
El fantasma de la huelga es un espectro que recorre las instalaciones de la Universidad de Sonora casi todos los años. En la administración de Heriberto Grijalva, el actual Rector de la máxima casa de estudios, dicho fantasma ha sido más constante en sus apariciones.