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Estatuto epistemológico ¿El embrión humano es persona?

Por Dr. Jorge Ballesteros/

No existen “pequeños homicidios” que se puedan cometer sin profanar a todo el hombre; reconocimiento de la identidad personal del embrión humano

Es muy importante contestar esta pregunta: ¿El embrión humano es persona? Y es que precisamente, a través del embrión humano se han dirigido los ataques más fuertes en contra de la vida de la persona en las primeras etapas de su desarrollo.

¿Inicia la vida, después de los 14 días? En cuanto al inicio de la vida del ser humano, se ha llegado a negar la categoría humana del embrión antes de los 14 días de su gestación; se repite a menudo, que en ese tiempo, el embrión es todavía una realidad indivisa y por tanto, no merece ser considerado como persona.

Consecuencias muy graves se derivan de tal postura, si no es persona, y es simplemente un conjunto de células, pero, sin unidad en el ser, es decir, sin vida, se le puede abortar o utilizar para la investigación científica o para extraer células madres, sin violar ningún precepto moral.

Este tema se debatió en 1984 por el Comité Warnock, nombrado por el gobierno británico, donde se sentenció que: “el comienzo de la vida humana no tenía lugar hasta el día 14, a partir de la fecundación”.

Esta negación arbitraria de la pertenencia del embrión —antes de los 14 días de gestación— al género humano, ha sido subrayado en la ambigua noción de pre-embrión propuesta por la conocida embrióloga Anne  McLaren, la cual posteriormente se arrepintió de estas declaraciones, afirmando no eran correctas pero de nada le sirvió ya que el daño estaba hecho y la mayoría de los estados europeos, la Unión Americana, y otros países legislaron el comienzo de la vida según les conviniera.

En los últimos años, se han acumulado pruebas científicas irrefutables de que la vida está ya presente en el embrión de una célula, el cigoto, formado en el instante en el que se funden los núcleos y los mensajes genéticos contenidos en las dos células gaméticas, el ovocito femenino y el espermatozoide masculino. El cigoto es, de hecho, la primera manifestación corporal humana.

El respeto de la dignidad del embrión humano, es decisivo no sólo para la identidad del hombre, sino también es crucial para la calidad justa de una sociedad.

La declaración universal de los derechos del hombre, dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su propia persona” (art. 3) La vida física, por la que se inicia el itinerario humano en el mundo, constituye el valor “fundamental”.

El primer derecho del ser humano es la vida, porque sobre la vida física se apoyan y se desarrollan todos los demás valores de la persona.

La singularidad personal del embrión humano, consiste en que el objeto hipotético del conocimiento sobre el embrión y feto humano, es la persona humana.

Este concepto, que algunos querían dejar aparte en la reflexión bioética, desde hace algún tiempo está retornando con fuerza al centro de la discusión, como punto de referencia imprescindible.

La persona es el fundamento de los derechos humanos, si no se admite la realidad personal humana, no se comprende que el hombre tenga derecho alguno.

Las líneas generales de la metafísica de la persona fueron desarrolladas y explicitadas por Santo Tomás de Aquino.

Se dice persona, según la definición de Boecio “A una sustancia individual de naturaleza racional”. De las dos naturalezas. Boecio (3, ML 64, 1343).

Se considera que la persona es lo más valioso que existe en la naturaleza, solo el hombre, dentro de todos los seres de la tierra, es persona, y precisamente por eso es más valioso. El hombre supera en valor a todo lo material, por el bien personal.

La persona está enraizada en el ser, aquello que hace ser persona es el ser y por tener su origen en su ser propio, es una participación superior del ser. Esto quiere decir que desde el momento que somos o que adquirimos el ser, somos personas, esto es, en el momento de la concepción.

Todas las personas son dignas, la perfección y dignidad de la persona humana es común a todos los hombres, en cualquier situación de su vida, desde el aspecto biológico, psicológico, cultural, económico, político, etc. De ahí que tampoco existan categorías de personas en cuanto tales.

Dignidad personal es igual para todos, así, pues, la igualdad de todos los hombres se fundamenta en esta dignidad personal que les constituye.

En cuanto persona todos los hombres son iguales entre sí, e idénticamente sujetos de derechos inviolables que exigen ser respetados.

La verdad del estatuto del embrión humano, uniendo la perspectiva biológica y la reflexión filosófica, “es que es un individuo humano y por tanto una persona humana”.

Este estatuto es propio del embrión desde su momento inicial, o sea desde la fecundación. Debe reconocérsele pues en todo momento la dignidad y el valor de un ser humano personal.

*Sociedad Sonorense de filosofía ASFIL