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Ética y lealtad para los enfermos

El paciente se convierte en víctima, cuando la fidelidad se enfoca a los laboratorios clínicos, hospitales y equipo de médicos, la ética médica queda escondida con el argumento de curar al enfermo

 

Por Rosa Chávez Cárdenas

Es sorprendente la cadena productiva que se ha enriquecido en la pandemia. La Industria farmacéutica, hospitales, laboratorios clínicos, los que venden cubrebocas, material médico, oxígeno y los médicos de la iniciativa privada.

La preocupación por la enfermedad los convierte en víctimas del negocio, son muchos las quejas contra los médicos que se han aprovechado en la pandemia.

La señora González me compartió una indignante situación. Sus tíos enfermaron de Covid, en el Seguro Social les dijeron que permanecieran en casa, al ver que no mejoraban solicitaron los servicios de un médico particular, les ofreció el Tocilizumab $65 mil pesos honorarios incluidos con la promesa que se recuperarían. Un fármaco para tratar la artritis reumatoide sin eficacia comprobada, se puso de moda en la pandemia. Confiaron en la recomendación, un familiar que vive en Estados Unidos generosamente patrocinó los honorarios del médico. Desgraciadamente en unos días ambos fallecieron.

La mercadotecnia de la Industria farmacéutica es poderosa, en las facultades de medicina prohíben impartir materias de terapias alternativas so pena de no otorgarles patrocinios financieros, hasta se burlan de los tratamientos ancestrales utilizados por nuestros abuelos. El sistema inmunológico ni lo mencionan en la pandemia. Los médicos se vuelven parte, les patrocinan la asistencia a congresos con todos los gastos pagados, solo por recomendar sus fármacos.

Cuando realicé mi servicio social me quedé sorprendida al escuchar la comisión que otorgaba el laboratorio por enviar a sus pacientes a practicarse los análisis clínicos. Pero, aparte, un médico que recomendó a otro colega pidió le otorgaran comisión extra de los pacientes de su recomendado. El paciente se convierte en víctima, cuando la fidelidad se enfoca a los laboratorios clínicos, hospitales y equipo de médicos, la ética médica queda escondida con el argumento de curar al enfermo.

En la cultura consumista en la que estamos inmersos está arraigada la creencia; entre más costosa la consulta con el especialista y el medicamento creen que es lo mejor. Luego entonces, el fármaco por ser tan costoso lo consiguen en el mercado negro: medicinas robadas y la venta de las muestras médicas.

Me compartió una recepcionista, en el núcleo de médicos donde laboraba reunían las muestras médicas, a ella la obligaban a entregarla al comprador y recibir el dinero que luego se repartían.

El Psiquiatra Thomas Szasz de la Universidad de Syracuse, NY, es un crítico de la medicina moderna, resume su opinión en una fórmula. “Teocracia es la regla de Dios, democracia la regla de las mayorías y farmacracia la regla de los doctores”.

Szasz agrega que las farmacéuticas no florecen por casualidad, los vínculos con las empresas distribuidoras y los gobiernos son fundamentales de ahí su incremento monetario, el lema: “un paciente, un fármaco”. Otro tema es el incremento de investigadores, no solo para un nuevo fármaco, también de enfermedades. Un ejemplo, el déficit de atención en los niños para medicarlos, todos lo padecemos. Levanten la mano a los que no les falla la memoria reciente, los que no les cueste trabajo poner atención en las clases y conferencias en línea. Y que tal las quejas de las maestras en las escuelas tradicionales quieren a los niños desde preescolar sentados, sin hablar, atentos al profesor.

Es un hecho, en la globalización el coronavirus se volvió uno de los más grandes negocios para la industria, pero, la segunda ola será otro negocio, los fármacos para los trastornos mentales causados por el duelo, la pérdida de empleo, los efectos del confinamiento y los trastornos obsesivos por el miedo al contagio. ¿Cuánto derecho tenemos sobre nuestro cuerpo? Pregunta que se hace el médico Arnoldo Kraus experto en el tema de bioética, la relación médico paciente y derecho a la salud.

Estamos sujetos a muchas restricciones, como en la inoculación de la vacuna, que no tiene por qué ser obligatoria y sin respetar las condiciones de salud de las personas, son muchos los que padecen graves efectos secundarios.

El Dr. Kraus recomienda cinco virtudes para humanizar al ser humano: compasión, integridad, fiabilidad, escrupulosidad, discernimiento. En cuanto a los que se dedican a las ciencias de la salud es indispensable el compromiso y la vocación.

 

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