Expogan… 4 fines de semana de relajo
Por Feliciano J. Espriella/
Para nadie es un secreto, la Expogan se convierte en la cantina más grande del país; no se trata de eliminar algo que de alguna manera ya se encuentra en el ánimo popular pero sí urge se le lleve un mejor control y se reduzcan los tiempos
Para muchos de los habitantes de Hermosillo, entre los que me incluyo, la Expogan Sonora se ha convertido en el curso de los años en un evento que origina más perjuicios que beneficios a la capital sonorense.
Como que ya va siendo tiempo de hacer un ejercicio de costo beneficio y analizar la posibilidad de hacerle modificaciones para que arroje una verdadera utilidad a la ciudad y a la población.
La economía regional sufre un fuerte retroceso. Varios cientos, sino es que miles de millones de pesos son arrancados a los flujos económicos de la región y llevados a otras entidades. El comercio en general y en especial los propietarios y empleados de restaurantes son severamente afectados por los recursos que dejan de percibir no sólo los días que dura le feria, sino durante varias semanas más.
En alguna ocasión me comentó Ernesto Martínez Nieves, directivo de Canirac, que el perjuicio que recibe ese sector empieza a resarcirse hasta dos meses después del evento y tardan todavía varias semanas en lograr recuperarse.
La cantina más grande del país
Los ríos de licor que corren los 25 días que dura la feria seguramente son muy benéficos para la cervecería agraciada con la concesión respectiva y los distribuidores de licor, pero son golpes muy duros para cientos de familias que sufren los excesos e irresponsabilidad de una gran cantidad de asistentes.
Además, a lo anterior hay que añadirle los riesgos que provoca el consumo inmoderado de alcohol, el cual nunca ha podido ser controlado, ni lo será. No tienen las autoridades respectivas los elementos suficientes para hacerlo y mucho menos la voluntad. Son cientos de miles de millones de pesos los que circulan alrededor de este tema con los que se pueden ´convencer’ muchas conciencias.
Para nadie es un secreto, la Expogan funcionado se convierte en la cantina más grande del país, y al parecer, dado que hubo cambio de gobernantes y podría haberse esperado un giro a favor de la población, el cual no se dio, cuando menos en los próximos años no hay esperanzas de que le pongan límites.
Una manifestación cada vez más molesta
La otra gran calamidad que viene aparejada con el evento es la ‘tradicional’ manifestación que se realiza el domingo anterior al inicio de la feria. Este evento desde hace varios años ha rebasado completamente las posibilidades de control de los cuerpos policiacos.
Desde la mañana del día en cuestión, ganaderos y jinetes con carros alegóricos y caballos empiezan a semi bloquear un buen tramo del bulevar Kino, y ya para una hora antes de que se inicie, varias colonias cercanas a las calles donde pasará, son irresponsablemente bloqueadas por todo tipo de vehículos llegados de todos los puntos cardinales de la ciudad.
Carros estacionados sobre banquetas, otros bloqueando el acceso a estacionamientos privados, y el colmo, los últimos los estacionan en el centro de las calles bloqueando totalmente la circulación. De necesitar alguien ayuda urgente por motivos de salud, es muy probable que muera antes de llegarle auxilio, o que puedan llevarle a un hospital.
Además, algunos de los jinetes evidentemente conducen sus caballos algo más que alegres.
No se trata de eliminar algo que de alguna manera ya se encuentra en el ánimo popular pero sí urge se le lleve un mejor control y se reduzcan los tiempos. Para exposición ganadera con 8 o 10 días tendrían suficiente. Para feria no más de 15 días con un máximo de dos fines de semana serían razonables. Lo demás, son excesos permitidos y solapados.
¿Y quién podrá ayudarnos?
¿Quién o quiénes podrían ser los valientes que tomaran el toro por los cuernos y buscaran remedio para esta situación evidentemente nociva para gran parte de la población de Hermosillo?
Muerto Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’, habría que voltear hacia otra parte para buscar auxilio. Obviamente que la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), organizadora y beneficiada por el evento no lo va a hacer.
Las autoridades que otorgan los permisos y que seguramente reciben pingües tajadas de los ingresos vía impuestos y derechos, es muy poco probable. Se estarían dando un balazo en el pie.
¿Los habitantes de Hermosillo cuya gran mayoría no acude al evento y algunos consciente y otros inconscientemente son afectados por el evento? Lo dudo mucho. Si no son capaces de organizarse y unirse para situaciones muchos más obvias, trascendentes y delicadas, menos lo van a hacer para algo que muchos de ellos ni siquiera lo perciben como nocivo.
Quedan entonces sólo las organizaciones de la sociedad civil, como son las cámaras empresariales, colegios de profesionistas y similares. Me parece que estos organismos si presentaran un frente común y sumaran esfuerzos podrían lograr algo.
Son los más afectados y los más conscientes de ello, pero me parece que les falta a sus dirigentes ‘tamaños’ y sobre todo voluntad. En su salud lo seguirán hallando.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima