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Grandes líderes y su denominado común

Todos somos líderes, la diferencia radica en que algunos somos en potencia y otros en acción

Por Carlos Jesús Cruz Valenzuela

En la actualidad los ciudadanos gozamos de libertades de tipo político, económico e igualdad jurídica; disfrutamos también de productos que nos brindan las grandes empresas comerciales; nos guiamos por los ejemplos, legados y doctrinas religiosas; también somos beneficiados por las grandes instituciones y fundaciones del sector público y privado con sus respectivos apoyos; nos deleitamos de vivir en nuestros respectivos municipios, estados y países, vaya, nuestros territorios, así como utilizar para bien nuestro, los grandes avances de la tecnología. En fin tenemos diversos productos materiales y morales de los que podemos disponer como ciudadanos para nuestro beneficio.

De lo anterior surge la siguiente pregunta: ¿de dónde o de quienes surgieron esos beneficios y productos materiales o morales a los que hicimos mención? ¿Acaso es que surgieron de la nada? Por supuesto que no, surgieron de una inteligencia clara para ubicar una visión, de mucha fuerza de voluntad para alcanzar y hacer realidad dicha visión y de una capacidad de convencimiento para involucrar colaboradores comprometidos, elementos pues de común denominador de personas que ejercen un gran liderazgo.

Grandes líderes fueron los que forjaron grandes luchas para lograr igualdad política, económica y jurídica de mujeres y hombres; de la abolición de la esclavitud de la “raza de color” (como si no tuviéramos todos unos tonos de piel); líderes de gran trascendencia fueron y son los que concretaron grandes empresas de las que disfrutamos sus productos; líderes que hicieron líderes nos dejaron una gran religión universal y otras que permean e iluminan a todos los seres humanos espiritualmente; personas con un liderazgo influyente nos heredaron grandes tecnologías que facilitan la comunicación y el acceso a la información; por personas que ejercieron militarmente un liderazgo hoy tenemos nuestros territorios donde radicamos libremente. Está claro pues que nada surge de la casualidad cuando hablamos de lo que hoy gozamos las y los ciudadanos; surgieron de personas decididas con los tres elementos esenciales para ejercer un verdadero liderazgo: visión, voluntad y convencimiento, el común denominador de los grandes líderes de nuestra historia que al día de hoy gozamos de sus legados.

Líderes como Martín Luther King, la madre Teresa de Calcuta, Francisco Eusebio Kino, Pedro de Gante, San Pablo, Mahoma, Hernán Cortés, Thomas “Tom” Monaghan, Don Francisco Martín Borque, Salomón Price y por supuesto el más trascendental Jesucristo, son ejemplo de gran liderazgo que en nuestra actualidad seguimos disfrutando de sus obras y trabajos o productos; a todos ellos por mencionar algunos debemos mucho de nuestro crecimiento en todo los rubros de nuestra vida individual y de sociedad. (Recomendación al lector: estudiar a los líderes descritos para conocer sus obras y beneficios que nos han aportado).

Sin duda los anteriores líderes mencionados alcanzaron el nivel más alto del liderazgo: el transcendental, ya que previo a este tenemos el de líder que forma líderes, el que produce, el nivel al que se le da la confianza para ejercer su liderazgo y el más bajo es el del puesto donde solo te siguen porque solo eres un jefe.

Concluimos con la siguiente reflexión: todos somos líderes; la diferencia radica en que algunos somos en potencia y otros en acción, éste último ejerce liderazgo y con esos elementos de común denominador podemos desde ya iniciar una gran obra y concretarla.

La necesidad hace la invención, dice un gran personaje; busquemos dónde podemos aportar más; tal vez en el ámbito político, económico, religioso, cultural, deportivo etc., es cuestión de pasar de la potencia y decidirnos a pasar a la acción y ser parte de los legados y grandes obras que podemos dejar a nuestra sociedad en el presente y en el futuro; todos podemos iniciar desde ya, lo peor es ser un líder en potencia y nunca accionar nada. Dejemos algo a las futuras generaciones y al mundo mejor que como lo encontramos.

 

*Carlos Jesús Cruz Valenzuela; licenciado en Derecho, Universidad de Sonora;

Maestría en Liderazgo Desarrollador, ICES Universidades Corporativas