Habitan en Sonora 60 mil hablantes de lenguas indígenas autóctonas
En Sonora habitan alrededor de 60 mil 800 hablantes de las nueve lenguas indígenas consideradas autóctonas de la entidad, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En la página de internet dirigida a niños, cuentame.inegi.org.mx, dicha institución describe el número de miembros de las etnias, que a continuación aparecen en sus nombres originales o toponímicos, correspondientes a la misma denominación de su dialecto, seguidos de cómo son conocidos, entre paréntesis.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, hay 161 parlantes de tohono o’odham (pápago), 764 de comcáac (seri), además de 39 mil 616 de yoreme (mayo), 17 mil 116 de yoeme (yaqui) y 2 mil 136 de macurawe (guarijío/guarijó).
Entre estas comunidades que igualmente son celebradas con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el 9 de agosto, también están los 851 hablantes de o’oba (pima) y 145 de la lengua kuapak (cucapá).
En cuanto datos de las otras dos comunidades consideradas autóctonas, tehuima (ópata) y kikaapoa (kikapú), pues ésta última llegó a Sonora alrededor de 1824, no son mencionados en ese censo más reciente.
Las cifras sobre los mismos miembros de esas comunidades indígenas son inciertas, así como los hablantes de la herencia oral materna, y varían de acuerdo con los lingüistas o investigadores que los refieren en sus libros y estudios.
Respecto a los tehuimas, el catedrático de Lenguas y Culturas Indígenas de América de la Universidad de Leiden, Holanda, Willem Adelaar, los menciona en el libro de 2009 Unesco Interactive Atlas of the World’s Languages in Danger (Atlas Interactivo de la Unesco sobre las Lenguas del Mundo en Peligro).
En la referencia cita: “No hablantes conocidos de L1 (ópata). Los últimos hablantes reportados previamente murieron alrededor de 1930. Está considerada extinta pero el censo de 1990 enlista doce hablantes”.
La lengua ópata pertenece, como el mayo y el yaqui, al grupo cahita, y los últimos herederos de esa lengua fueron reportados en el poblado Tecoripa, en las inmediaciones del municipio de La Colorada, al oriente de esta capital.
Por su parte, el grupo Lutisuc Asociación Cultural I.A.P. reportó en junio de 2011 que había 90 kikapús en el poblado Tamichopa, municipio de Bacerac, al noreste de la entidad, pero sin especificar cuántos tienen su herencia oral completa.
Lutisuc es una Institución de Asistencia Privada (IAP), con sede en Hermosillo, integrada por un grupo de mujeres profesionistas interesadas en contribuir a la preservación de la cultura indígena en Sonora, según indican en su página lutisuc.org.mx.
De hecho Lutisuc es un vocablo taracahíta -al que pertenecen las hablas autóctonas de Sonora y Chihuahua- que significa «Luna en conjunción», para significar una labor mayoritariamente de mujeres que se realiza en conjunto con los grupos beneficiados, indicaron.
El antropólogo del Centro Sonora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alejandro Aguilar Zeleny, estima que a esta riqueza sonorense de los vocablos autóctonos deben ser incorporadas las lenguas importadas.
Mencionó que esos dialectos fueron traídos al territorio sonorense por los migrantes indígenas provenientes del sur del país, tales como los mixes, mixtecos, nahuas, triquis y zapotecos pero establecidos en la entidad, algunos desde hace décadas.
Por su parte, el coordinador del Departamento de Literatura del Instituto Sonorense de Cultura, Ignacio Mondaca Romero, en las conferencias que imparte en toda la entidad, siempre menciona la importancia de que las lenguas sonorenses autóctonas sean recopiladas en libros escritos.
Estima que algunas de ellas están en riesgo inminente de desaparecer, debido a que cuentan con un bajo número de hablantes, por lo que no puede permitirse que ese patrimonio cultural se pierda.
Notimex