Hermosillo, cada vez más cerca del día cero

Máximo en dos años, la capital de Sonora y la Ciudad de México podrían ser las primeras urbes del país en declararse sin agua, advierten especialistas; el organismo Agua de Hermosillo se ahoga en la inoperancia
Por Imanol Caneyada
A pesar de que el tema dominante en las recién concluidas campañas electorales fue la inseguridad que azota a la capital del estado, una amenaza mucho más preocupante pende sobre Hermosillo: la posibilidad real de que sea, junto con la Ciudad de México, la primera ciudad en el país en llegar al día cero.
A principios de este año una noticia sorprendió al mundo, una noticia de carácter distópico: Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, estaba a un mes de quedarse sin agua corriente, es decir, los habitantes de esa urbe, al abrir las llaves de sus casas, no obtendrían más que aire (día cero).

En ese momento, la jefa del gobierno provincial, Hellen Zille, se dirigió a la población en estos términos: «Tienen que ahorrar agua como si su vida dependiera de ello, porque, de hecho, depende de ello, nadie debería estar duchándose más de dos veces a la semana…».
Entre las medidas que se anunciaban estaba la de que los habitantes de Ciudad del Cabo tendrían que ir a centros de acopio especiales a recoger la cuota permitida de 50 litros al día.
Este dantesco escenario podría estar viviéndose en Hermosillo el año que viene, a lo mucho en el 2020, según han advertido especialistas de la UNAM en un reciente estudio, si no se emprenden medidas urgentes de gran calado.
En este estudio del Instituto de Ecología de la UNAM, los investigadores concluyen que Hermosillo, para el 2019, podría estar enfrentando una crisis de la magnitud de Ciudad del Cabo.
Entre otras causas, además de la histórica sequía que azota a la región, señalan que no ha habido un plan diseñado para ahorrar agua y tampoco ha habido una administración eficaz del vital líquido.
“Hermosillo sigue creciendo y sigue demandando mucha agua, porque mucho del crecimiento de la ciudad es industrial. Va a llegar a un día cero, es definitivo”, sentenció en una conferencia ofrecida en Mexicali el investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, Rodrigo Medellín.
Por su parte, el investigador del Colegio de Sonora, Nicolás Pineda, uno de los estudiosos más acuciosos del tema en Sonora, en su artículo “Hermosillo, ciudad sin agua para crecer”, describe de esta forma el desalentador panorama que enfrenta la capital de Sonora:
“Los conflictos urbano-rurales por la tierra y el agua, la vulnerabilidad social extrema de ciertos grupos sociales, la diversa capacidad adaptativa producto de la desigualdad socioeconómica, y la rápida rotación del personal profesional responsable de la prestación de servicios, planificación y respuesta a emergencias se combinan para presentar un constante desafío a la seguridad hídrica de Hermosillo”.

En la presente época estival, en la que el mes de junio alcanzó temperaturas récord, al menos cinco colonias en Hermosillo presentaron falta de agua, cortes temporales o presión muy baja: Insurgentes, López Portillo, Progresista, Pitic y San Pedro el Saucito.
Si la situación no se ha vuelto más crítica ha sido gracias al acueducto Independencia, cuya construcción significó uno de los primeros conflictos sociales de gran escala en México causados por la escasez de agua.
Norte y sur de la entidad enfrentados a causa de un bien en el que nos puede ir la vida, como advirtió a sus conciudadanos la jefa del gobierno provincial en Ciudad del Cabo.
Agua de Hermosillo: botín político, caja chica, inoperancia
En una región donde la sequía se ha convertido en permanente al menos de una década a la fecha, el organismo operador del vital líquido debería ser el más eficiente y contar con los mejores perfiles.
Sin embargo, como lo han denunciado expertos, académicos e incluso políticos de oposición, Agua de Hermosillo presenta un cuadro alarmante en cuanto a su eficiencia y capacidad operativa.
En el ensayo “Capacidades institucionales y desempeño de los organismos operadores de agua en Hermosillo, Sonora, y Mexicali, Baja California”, los autores, investigadores del Colegio de Sonora, Edmundo Loera Burnes y Alejandro Salazar Adams, reproducen un extracto de una charla que ofreció un ex integrante del Consejo Consultivo de Aguah en 2013:
Revisando el organigrama me senté con el director del organismo […] y cuadrito por cuadrito fuimos analizando. ¿Y éste, cómo llegó aquí? Éste es recomendado por fulano de tal. […] Y la gente que está abajo del director general y después, ya que terminamos, le digo: ya sé que éste trabaja para el alcalde, éste para el secretario de gobierno, éste trabaja para fulanito diputado, éste para determinado funcionario[…]. Ya tenía un mapa correcto de los padrinos de cada uno. ¿Y para Agua de Hermosillo, quién trabaja?
En el mismo ensayo, Loera y Salazar señalan lo siguiente:
“Entre los puestos considerados de confianza, sólo al director general y al comisario del organismo se les exige tener conocimientos previos y un perfil acorde al trabajo que van a desempeñar, aunque el director de 2012 a 2015 no cumplía con estos requisitos. Además, cada tres años la rotación en el área administrativa es alta; del personal de confianza que laboró de 2009 a 2012 sólo 43 por ciento continuó de 2012 a 2015, pese a que se mantuvo el mismo partido en el poder”.
Desde el año 2000, la escasez de agua en Hermosillo era ya un problema toral. En esa época, el recién llegado gobierno panista desechó la posibilidad de construir una planta desaladora porque, aseguró en su momento, había suficientes pozos en Hermosillo para garantizar el agua los próximos 50 años. Además, dijeron que la reparación de la red hidráulica y la eficiencia administrativa del organismo paramunicipal garantizarían el servicio del agua.
Dieciocho años después, esta ciudad cuenta con agua gracias al acueducto Independencia, una obra inconclusa pues el Ramal Norte aún no ha sido acabada.
Al respecto, el candidato independiente a la alcaldía, Norberto Barraza, durante su campaña dijo: “Para garantizar el abasto de agua, evitar los tandeos y la sobreexplotación de los mantos acuíferos, una tarea importante como Presidente Municipal será gestionar ante el Estado y la Federación, la conclusión del ramal norte del Acueducto Independencia”.
Si bien el acueducto significa garantizar el abasto de agua para Hermosillo, el conflicto social impulsado por los productores agrícolas del sur del estado y protagonizado por la tribu Yaqui sigue latente y en cualquier momento podría reactivarse.
Al respecto, la candidata electa y futura alcaldesa de Hermosillo, en entrevista para Primera Plana unos días antes de las elecciones, dijo lo siguiente:

“Una de las grandes propuestas que tenemos es la de otorgar verdadera autonomía a Agua de Hermosillo, que es la caja chica del ayuntamiento, todos los alcaldes manotean, es donde cae dinerito; aquí no se trata de andar ajustando precios del agua, se trata de ir a la raíz de los problemas, y la raíz es que hay una corrupción impresionante, hay muchas empresas beneficiadas por el organismo, no le conviene tener medidores de agua porque contratan una empresa para hacer las lecturas, y donde no hay medidor aplican 20 metros cúbicos cuando una pareja consume cuando mucho seis metros cúbicos; y el sindicato permite todo esto porque recibe un dos por ciento de cada contrato; hay grandes empresarios que no pagan lo que deben, no hay correcta facturación; la solución no está en manos de los políticos, sino en los expertos, los que saben”.
En un par de meses Célida López asumirá la presidencia municipal de una ciudad que está a punto de llegar al millón de habitantes, pero también cerca de arribar al temido día cero.
Los diagnósticos están ahí, las soluciones, también, solo falta voluntad política.