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Iturbide: A 200 años, regresa a la actualidad

Por Manuel Gutiérrez

 

Hoy con un episodio que no termina de la historia de México, la consumación de la independencia, por el Padre de la Patria, luego el Primer Emperador Mexicano, Agustín de Iturbide, que a 200 años debió ser arrollado por el alud de mentiras oficiales y denuestos por consigna, como si todavía estuviera entre nosotros.

Para ese fin, el Historiador Ismael Flores me invitó al Museo de la Ciudad a la conferencia que impartió el Historiador José Salmerón Sámano, invitado por la Sociedad 6 de Estudios Históricos, Económicos y Sociales, de cuya existencia espero no se entere el Peje y Gertz Manero, o los pondría en la lista de proscritos, entre los científicos criminales que abundan en las universidades y que se dedican a estudiar y buscar la verdad.

Hijo de Celerino, autor de fuertes obras que enjuiciaron y condenador a Benito Juárez, por tanto, hijo de tigre, pintito. Resultó un expositor moderno, centrado y muy documentado.

Encontré un historiador, crítico de izquierda y de derecha, colocándose en la difícil tarea de estar en el centro, buscando la verdad. “Quien tiene la verdad, —no nuestra verdad— sino la objetiva e histórica tiene el deber de difundirla”, me dijo en una breve charla personal.

Su plática nada convencional, —esperaba bolitas de naftalina en el entorno— comenzó citando a las campañas que a lo largo de la historia se han emprendido para difamar al Emperador. Su inicio fue un juicio a las pocas luces intelectuales y de calidad moral que tuvo Vicente Guerrero, de quién se acreditó como descendiente, sin embargo. Es protagonista de la consumación, pero el autor es Iturbide.

El consumador de la Independencia fusilado en Padilla, Tamaulipas.

José Salmerón Sámano, es de origen indígena mixteco, y explicó que en el siglo XVIII existía una costumbre de origen indígena, del “padrasgo” es decir, cuando un jefe militar reconocido por su mando, por su valentía, pernoctaba en alguna comunidad, los habitantes cedían algunas jovencitas para que su semilla quedará dentro de la población.

Dentro de esas prácticas a las que fue muy adicto Guerrero, supone el historiador que sale su parentesco, con el proyecto de héroe insurgente, de raza mestiza, con sangre negra, indígena y española, como el propio Morelos.

El siglo XVIII contrariamente a lo que se puede suponer fue favorable a la memoria del emperador, en cuanto a que muchos arrepentidos post-morten decidieron encumbrar su recuerdo, luego de por instrucciones de grupos secretos, traicionarlo, caso del presidente Anastasio Bustamante, quién lo exhumó de Padilla, Tamaulipas, sitio en que fue asesinado por un decreto nunca notificado de muerte sumaria, ya que Iturbide regresó no a reclamar corona alguna sino a ofrecerse como soldado ante la perspectiva de una invasión de España y Francia con la Santa Alianza de entonces para volver a sujetarnos al reino español.

Otro arrepentido de lo hecho al emperador, fue Manuel de Mier y Terán, que con su uniforme de gala murió al lado de la tumba del emperador, por su propia espada y quién pidió que fuera sepultado en su tumba.

Manuel Mier, era un proyecto de probable presidente que en esos años hubiera podido dar otro sendero a México, militar notable, insurgente desde Morelos, optó por unirse de esa forma al destino trágico imperial. Porfirio Díaz, tan certero en tantos asuntos, optó por silenciar a Iturbide y elevar a Juárez.

Entre sus revelaciones, asentó otro impensado iturbidista: Benito Juárez, el hombre de la reforma, que hizo siempre mención respetuosa del emperador, no solo como gobernador de Oaxaca, —periodo en que era un católico y conservador— sino ya en pleno triunfo de la reforma.

Teatro Iturbide en la calle Donceles, donde por años sesionaron diputados.

Juárez veló por la viuda de Iturbide, se le hicieran llegar recursos en su estancia en Filadelfia, Estados Unidos, porque el emperador dejó ocho hijos, uno de ellos se unió con honor a la causa de Simón Bolívar, el caudillo más sanguinario de las luchas por independizar a Sudamérica, y sirvió como oficial sin otra recompensa que su servicio boliviariano a Colombia, Venezuela y Ecuador.

El Palacio de Iturbide, es el edificio de Donceles, donde hasta hace poco sesionaba el Congreso de la nación, en donde diferentes gobernantes de manera oscura optaron por retirar su nombre de los destacados siervos de la nación. Incluso Álvaro Obregón, añadió el intento de borrar ese nombre de la memoria de los mexicanos.

Manuel Ávila Camacho, como presidente optó por suprimir dos estrofas del Himno Nacional Mexicano original, una alusiva al emperador, un bello párrafo que ensalza sus victorias militar, y el otro generado en un momento de gran popularidad y éxito de Antonio López de Santa Anna, —luego pasaría al oprobio y al olvido real— así que esas estrofas no se cantan más, de Iturbide es la de “A la lid de la sacra bandera” y la de Antonio es que menciona “Al guerrero inmortal de Zempoala” por si rescatan una versión completa del Himno Nacional, lazo de unidad entre otros de los mexicanos, según el historiador ahí las encontrarán.

Una conferencia fue de pedazos que fue uniendo, como una sábana complementada por la participación del público al que estuvo animando a preguntar, y con sus respuestas acabo de tejer su historia.

Luis Echeverría, un claro antecedente del actual gobierno 4T decretó que la Consumación de la Independencia fue solamente de Vicente Guerrero, una barbaridad histórica.

Lamentó que cuando el PAN alcanzó el poder en los sexenios de Fox y de Calderón, ambos hubieran omitido hacer entre sus actos de gobierno las rectificaciones históricas que requiere la verdad en torno al tema de Iturbide y de otros muchos episodios.

Dio pasó a críticas desde los requetés carlistas españoles que consideran “usurpador” al emperador mexicano, porque defienden a Carlos IV. Atacó a otras figuras de la derecha que no comprenden la totalidad del contexto histórico a los que consideró anacrónicos.

Iturbide según una pregunta planteada cayó en desgracia por no haber pertenecido a las Logias Masónicas escocesas o yorkinas.

Y por no haber aceptado los mandatos del embajador norteamericano intervencionista, Joel R. Poinsett, precursor del rito yorkino de ceder territorio a cambio del reconocimiento que nunca le dio Estados Unidos.

Recordó que la masonería universal mantiene entre sus puntos cardinales el combate a la Iglesia Católica, a las Monarquías en todo el mundo a excepción de la Británica, y el calvario de Iturbide en su vida, se constituyó en una serie de traiciones que tanto el Congreso como sus allegados.

Así como la falta de recursos ahogó su capacidad de hacer política, hundiéndose el primer imperio para iniciar una guerra civil que parece no terminar todavía hoy.

Vicente de Rocafuerte, fue el primero de los difamadores a los que se sumaran muchos hasta nuestros días. Refirió la anécdota falsa que Iturbide era tan sanguinario que le cortaba las patitas a los pollos para verlos correr en sus tronquitos. Absurdo, pero así fue.

Cuando ya exiliado se fue a Liorna, todavía le pusieron agentes que lo vigilaran, uno de ellos era el clérigo Jerónimo de Marchena. La presión sobre su persona y seguidores en su declinación nunca ceso.

Aclaró que Lucas Alamán, el autor de una historia mexicana conservadora no fue iturbidista y tuvo acceso a los papeles personales del retorno de Agustín a México, documentos previos a su muerte que ordenó guardar, pero no difundir, en ellos se revela su interés de ser simple soldado, no emperador, ante la amenaza extranjera.

Poco referenció del tema militar de Iturbide, por ser materia de más de 20 batallas, siendo un Dragón de Hierro, la primera de ellas Monte de las Cruces, contra la insurgencia fruto de la asonada sanguinaria y caótica de Hidalgo, lo que amerita una exposición por separado, por lo que las cartas con Guerrero abrieron la posibilidad de bajo la bandera trigarante, de consumar la independencia y eso comprendieron todos, realistas e insurgentes.

Guerrero mantenía activa una guerrilla que no era determinante, era molesta para la retaguardia de Iturbide que comprendió que era el momento por la invasión francesa en España de buscar primero la consumación, que todas las corrientes pedían, por lo que aclamaron por mayoría la consumación, como posteriormente su encumbramiento como emperador.

El historiador lamentó la intromisión de la llamada “primera dama” Beatriz Gutiérrez Muller, apodada en un twitter por el mismo presidente como “la zopilota” y lamentó la ofensa a la dama la que se debe respeto por ser mujer, pero a quién señaló como el motor de las aberraciones históricas que comete AMLO, de sus carnavales populares con la versión de otra historia y de la preponderancia de los mitos prehispánicos contra nuestra historia de mestizaje y colonia y sus desplantes de dictador, estilo Maduro.

En la plática personal, hizo un comentario ocurrido el 15 de septiembre de este año: “El documento del Papa Francisco es sorprendente, porque no solo puntualiza la consumación de la independencia.

Indicó que lo eruditos de la realeza, reconocen la casa real de Iturbide, porque fue ungido como rey y se cumplieron las formalidades en su declaración, como una dinastía (actualmente perdida en Australia) lejos de ser pararrayos de la historia, pero aún existe.

Ciertamente eso mismo hizo el segundo emperador el austriaco Maximiliano, que escogió a uno de los hijos de Iturbide, lo acercó a la corte, y pretendió que fuera su sucesor en el trono por su sangre real mexicana datos que concuerdan con la Historia de la Nación Mexicana, de Mariano Cuevas.

La Iglesia Católica Mexicana, a través de la CEM convocó también a ofrecer una indagación seria de nuestra historia, convocando a 85 historiadores nacionales que se sumaron a la iniciativa.

El formar parte de un mensaje pontifico, con la consumación de la Independencia, que reconoce el Papa Francisco, hizo que Iturbide volviera a ser actualizado a nivel universal, pese a las campañas que durante 200 años han pretendido borrarlo del recuerdo de su vida y obra.

La velada presentó el poema de Amado Nervo a Iturbide en una declamación muy sentida. Gente joven, gente conocedora, que llevó con sus preguntas al historiador Salmerón a ofrecer una visión muy actual de su figura que sigue vigente a pesar de 200 años de persecución y sus restos siguen en la catedral de México en la capilla de San Felipe de Jesús invitando a que lo recuerden.

 

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