Kamala Harris entra en sustitución

Hacen a un lado a Biden
Por Dr. Jorge Ballesteros
Un Joe Biden senil y con problemas cognoscitivos es obligado a renunciar a la carrera presidencial
Todo mundo estaba esperando esta salida de Biden de la candidatura a la presidencia de los Estados Unidos y es que su conducta errática era evidente para todos, balbuceos y lenguaje disgregado, incoherente, con errores garrafales como confundir recientemente a Volodomir Zelensky, presidente de Ucrania, con Putin o a su esposa con una rubia a la que siguió, o decir que está en guerra con Irak, caerse tres veces seguida en la escalera del avión, quedarse callado en la tribuna sin saber qué decir; pero lo que evidenció sus trastornos mentales, ante todo el público de los Estados Unidos fue el reciente debate con Trump, después del cual los mismos demócratas pidieron su dimisión de la candidatura presidencial.
Lo que la prensa progre e izquierdista de Estados Unidos siempre trató de ocultar, con esta situación de Biden quedó claro para todos, que existe un Estado Profundo o gobierno de la sombra en ese país y que es quien realmente gobierna, ya que una persona con las deficiencias de Biden no puede gobernar al país más poderoso económica y militarmente del mundo y aparte con el mayor arsenal nuclear.
Un Estado Profundo (en inglés: Deep state), también conocido como Estado dentro del Estado o cloacas del Estado, hace referencia a una forma de gobierno clandestino de un Estado, operado mediante redes de grupos de poder encubiertas, que actúan de manera coludida, con el fin de seguir una agenda en común y objetivos propios de manera independiente y en paralelo al gobierno legítimo y/o elegido democráticamente, muchas veces cometiendo actos de corrupción. Ejemplos de los órganos del Estado que son utilizados para estos fines son las fuerzas armadas o autoridades civiles (servicios de inteligencia, policías, policías secretas, agencias gubernamentales y de la Administración Pública en general).
El Deep State está formado, por aquellos en los que todo el mundo está pensando. En primer lugar, el complejo militar-industrial, con el Pentágono y todos sus contratistas, pero también por el Departamento del Tesoro, que les liga a los flujos financieros.
El segundo sector que forma parte de esta red que opera sobre las instituciones es Wall Street, cuyas líneas de comunicación con el gobierno son frecuentes y sus lazos muy estrechos, encarnados en personas como David Petraeus, Bill Daley (el ex jefe de gabinete del presidente Obama), Hank Paulson, que llegó de Goldman Sachs para convertirse en secretario del Tesoro y rescató a Wall Street en 2008, o Tim Geithner. La relación de la política con el mundo financiero más parece de subordinación que de coordinación.
El tercer núcleo de influencia es Silicon Valley, un actor cada vez más poderoso. En parte porque ya rivalizan en las ganancias que obtienen con Wall Street, con empresas como Google o Apple en los primeros puestos de las cotizadas. Y, en otro sentido, porque la mayoría de la información que reciben la NSA y el resto de las agencias de inteligencia proviene de la cooperación con empresas del valle.
La demencia de Biden no es por la edad, él tiene el antecedente de que sufrió dos ataques cerebro vasculares cuando cumplió 50 años, y como secuela le quedaron estos trastornos cognitivos. Luego de un ACV (accidente cerebro vascular) se presenta deterioro cognitivo que provoca dificultad en el razonamiento, la ubicación, la memoria y la lógica.
Afasia: este trastorno refiere a la dificultad para comunicarse, se le dificulta hablar de manera fluida y se le olvidan las palabras. Esto puede ocurrir por un daño en los músculos de la boca junto a la muerte cerebral que ha sufrido. Algunos pacientes tardan hasta dos años para recuperar la facultad del habla, aunque algunos no se recuperan en su totalidad.
Cambios en la personalidad y el comportamiento: al ser el ACV una enfermedad que se presenta de manera súbita y que deja secuelas tan graves, provoca un impacto psicológico muy fuerte en los pacientes, creando un cambio de personalidad y comportamiento, porque su vida cambia de un día para otro.
Aunque todavía no es oficial, al parecer va a ser Kamala Harris la designada para suceder a Biden, la Vicepresidenta de Estados Unidos, es una activista proaborto, una abogada negra de 60 años, hija de madre Hindú y padre jamaicano. Casada con un abogado judío en 2014. La carrera política de Kamala ha sido financiada desde el principio, por la patronal abortista Planned Parenthood y por George Soros.
Dentro de su agenda está reanudar la promoción de la ideología de género, arma importante del marxismo cultural que utiliza Soros para corromper y debilitar a los pueblos y que inició la administración de Obama, que como hemos visto esta perversa fantasía sexual, es impuesta a los pueblos desde arriba, o sea desde el gobierno, legalizándola y aprobando leyes para someter a los ciudadanos que se opongan a ella.
El fin de la ideología de género es el mismo de los globalistas que son quienes la financian y difunden en el mundo, que es la reducción de la población mundial a través de la feminización de los hombres por medio del homosexualismo, y la mutilación de sus genitales de los Trans, para convertirlos en eunucos, así como la virilización de las mujeres, a través del lesbianismo y del feminismo radical, o del transexualismo, hasta convertir a la persona humana en un ser andrógino sin sexo.
Con el aborto matan a los niños todavía en el seno de su madre y con la eutanasia eliminan a los ancianos, débiles y enfermos, asimismo corrompen a los niños y jóvenes con la ideología de género, los embrutecen con las drogas y los convierten en masas dóciles fácilmente domesticables para la élite mundial, que los trata prácticamente como ganado. Las resistencias las están allanando con la pandemia del virus del partido comunista chino y con el miedo y reclusión en sus hogares.
Este quizás sea el objetivo de la finanza internacional, de llevar a la presidencia de los Estados Unidos a Kamala Harris, una mujer ampliamente comprometida con la agenda de Soros, de promover al aborto a nivel mundial, así como la ideología de género y de impulsar a las dictaduras populistas de izquierda como la de Maduro, de Daniel Ortega y a la caricatura de gobierno de López Obrador.
Y sea sustituido Biden por su vicepresidente Kamala Harris, una mujer de izquierda, igual de radical que la Hillary Clinton.
La carrera política de Kamala Harris, ha sido financiada desde el principio, por la patronal abortista.
En 2014 empezó su campaña para ser senadora en California. Recibió el apoyo de al menos 15.000 dólares de entidades afiliadas a la patronal abortista Planned Parenthood (datos de ElectionTrack.com) y 254.000 dólares de grupos registrados como de “asuntos de la mujer” (muchos de ellos lobbies de la industria del aborto, aunque es difícil cuantificar cuántos). Desde su web ella animaba a combatir los intentos legales de reducir la cantidad de dinero público que iba a la patronal Planned Parenthood.
Activista contra la objeción de conciencia religiosa
En 2014, Harris actuó como fiscal general pidiendo al Tribunal Supremo que impidiera a la empresa familiar de bricolaje, HobbyLobby, negarse a pagar por razones religiosas los servicios médicos de anticoncepción o esterilización de sus empleados. Al final, HobbyLobby (una familia cristiana menonita) y todos los que defienden la objeción religiosa ganaron el caso: el Tribunal Supremo dictaminó que no se puede forzar a pagar seguros de anticoncepción a quien se oponga por razones religiosas.
Después, desde 2017, como senadora en el congreso de EE.UU., se esforzó en intentar recortar la Religious Freedom Restoration Act de 1993, una ley que protege la libertad religiosa de las personas frente a las imposiciones gubernamentales, pero no tuvo éxito.
Vídeos denuncian la venta de partes de bebés… ¡y Kamala Harris, persigue al periodista!
Para los grupos provida, Harris fue especialmente perversa en el caso de los vídeos con cámara oculta que mostraban a jefes de Planned Parenthood negociando la venta de partes de bebés abortados. Como fiscal de California, en vez de ordenar a las autoridades investigar esta “cosecha” y venta de partes humanas, ordenó investigar al periodista católico David Daleiden y su asociación que sacaban a la luz el macabro negocio.
Uno de los vídeos con cámara oculta en que directivas abortistas hablan de cómo consiguen partes de bebés y los venden al mercado de la investigación médica
En vez de limitarse a pedir documentación a Daleiden, por ejemplo, envió 11 policías a sus oficinas y su casa a confiscar materiales, videos y archivos, afirmando que al haber usado nombres falsos para grabar cabía sospechar “voluntad delictiva”.
Los abogados respondieron que era una excusa desproporcionada: según eso, cada vez que un adolescente usa el nombre o tarjeta de sus padres o hermanos mayores sin permiso la Fiscal General podría enviar policías a las casas a registrar.
Además, aunque era notorio que Harris era “la mujer de Planned Parenthood” en la fiscalía, ella no se recusó en el caso Daleiden e interfirió contra el activista pro vida tanto como pudo. Harris debía -y aún debe- mucho a la patronal del aborto, que la ha impulsado en su carrera.
Marjorie Dannenfelser, presidenta de la veterana asociación Susan B. Anthony List, que estudia y valora la actividad provida (o antivida) de los candidatos políticos, resume así su valoración de la candidata a vicepresidenta: “Kamala Harris es una extremista que apoya el aborto a petición, pagado por los contribuyentes e incluso el infanticidio” (se refiere a los casos de niños nacidos vivos en abortos chapuceros para los que ella no pide protección ni cuidados).
Además se le ha acusado de promoción de la pedofilia al declarar en una entrevista para “Late Night de la NBC que los niños son del estado y que el gobierno debe de avanzar en una agenda climática para protegerlos. La reacción de rechazo de los padres de familia en las redes no se hizo esperar.
“Su agenda es rechazada por una mayoría abrumadora de norteamericanos, incluyendo millones de independientes y de miembros del Partido Demócrata”. Conforme pasen los días van a ir saliendo más datos y no sería descabellado ver que Kamala Harris sea substituida como candidata presidencial por Michel Obama, igual de radical y nefasta que ella, pero más popular.
Hace rato que el Partido Demócrata se ha convertido en el ala más radical de la izquierda norteamericana, sus políticos son financiados por la élite mundial, directamente por Soros y el clan Rothschild, los Rockefeller, etc., muy cercanos al grupo de pedófilos de Hollywood, a Wall Street, a Silicón Valley y al Deep State (estado profundo), que pretenden dirigir al gobierno de los Estados Unidos.
Personajes de los más nefastos han salido de sus filas como los Carter, Los Clinton, los Obama, etc. que han gobernado para el Nuevo Orden Mundial (NOM) en contra de los intereses del pueblo norteamericano.