La buena voluntad también se agota

¿Qué tanto podrá explotar el Ayuntamiento de Hermosillo la disposición de los ciudadanos para tareas de limpieza, bacheo, y hasta “donar” para la basura, sabiendo que para ello ya existe presupuesto y todo un aparato gubernamental?
Por Javier Flores
Los efectos de la crisis financiera por la que actualmente pasa el Ayuntamiento de Hermosillo ya empieza a preocupar, y es esa misma preocupación la que ha motivado a vecinos de la colonia Las Quintas a entrarle al quite en la campaña “En Familia Limpiemos Hermosillo”, misma que lanzó Servicios Públicos Municipales.
Con herramientas de jardinería y escobas en mano, ciudadanos se pusieron las pilas y dieron ejemplo de solidaridad al ayudar con la limpieza de camellones y calles principales de su colonia; y al parecer, no les fue tan mal.
Pero ¿qué tanto podrá explotar la administración que encabeza Célida López Cárdenas, esa buena voluntad que algunos ciudadanos están dispuestos a otorgar amablemente, sabiendo de ante mano, que para ello existen dependencias que deberían de estar realizando este tipo de trabajos?
Porque una cosa es pedir apoyo con mano de obra en las calles, y otra cosa muy distinta es culturizar a través de una campaña de reciclaje a los hermosillenses para que, con esa acción, se reduzca el tonelaje de basura que se recoge diariamente en la ciudad, que según el titular de Servicios Públicos Municipales, Norberto Barraza Almazán, son 700 toneladas las que se depositan en el relleno sanitario.
Como la situación en materia económica es grave, la presente administración ha decidido tomar medidas que fueron pensadas y algunas realizadas por anteriores administraciones, y que se criticaron en campaña.
Primero, se optó por recoger la basura en los domicilios una vez por semana, cuando antes se realizaba dos veces.
Después, se realizó un concurso de licitación para ver qué empresa quedaría como beneficiaria y otorgar un contrato que garantizaría 30 meses de trabajo —con un costo para el Ayuntamiento de 145 millones de pesos—.
Y la más reciente, la aprobación de la Ley General de Ingresos y Egresos 2019, donde se estableció por unanimidad la aprobación de una cuota voluntaria de 120 pesos para poder comprar 12 camiones recolectores de basura.
Trienio tras trienio se viene escuchando el mismo discurso político donde el nuevo alcalde justifica los pésimos servicios que ofrece a los hermosillenses y las medidas abusivas que se toman excusándose en desfalcos millonarios heredados por su antecesor en el cargo, que si bien, pueden ser cierto, nunca se ha llegado a fondo en las investigaciones y jamás se castiga a los culpables; se ha convertido en algo así como una tradición.
A nadie le queda la menor duda, como ciudadanos tenemos la necesidad de contribuir en el bienestar de nuestra ciudad. Sabemos que es nuestra obligación pagar nuestros impuestos, respetar las leyes y normas de comportamiento, etcétera. Pero ¿cómo tener confianza en nuestras autoridades, si nunca se ve que a los responsables del desvío de recursos se les castigue con el rigor de la Ley?
¿Quién garantiza qué el recurso recaudado por concepto de una cuota voluntaria impuesta, llegue a donde tenga que llegar para subsanar el mal servicio ofrecido por el Ayuntamiento? ¿Por qué mejor no se transparenta con auditorías rigurosas el uso de los recursos mal empleados en la anterior administración? Todo esto solo, y quizá solo para que los hermosillenses tengan por lo menos un poco de confianza y vuelva la credibilidad hacia el servidor público.
Por el momento, las propuestas realizadas en esta administración no han sido nada novedosas y vemos un poco más de lo mismo, en comparación con otras administraciones.
Y a lo mejor, no se requiere un “súper programa innovador”, sino que verdaderamente cada titular de dependencia municipal sea eficaz y cuide bien el recurso que se les destina para el cumplimiento de sus funciones según la Ley, no más, ni menos.