
Por Pedro A. Moroyoqui
Los primeros educadores que llegaron al poblado fueron los misioneros jesuitas, estos, además de enseñar la doctrina cristiana y las primeras letras, sobresalieron sobre todo en la enseñanza de la educación técnica, a ellos se debe el aprendizaje por parte de los naturales, de los primeros oficios, los cuales eran completamente desconocidos en estas tierras, entre otros destacan los oficios relacionados con las labores agrícolas, ganaderas, constructores, carpinteros, talabarteros, entre muchos otros, también prevalece la educación artística, para la cual los indígenas mostraron grandes aptitudes para la música, en muy poco tiempo dominaron complicados instrumentos musicales como el violín, el arpa y la guitarra e integraron los grupos corales que cantaban en las Iglesias.
Los indios ópatas asimilaron rápidamente las enseñanzas de los misioneros jesuitas llegando a ser en muy poco tiempo diestros en el oficio, el pueblo de Huásabas fue fundado en 1646, por lo que podemos fijar esa fecha como el inicio de la educación en el poblado.
Dos siglos después, en 1830, ya en el México independiente, don Juan de Mella y Hernández, rico comerciante de origen gallego trajo desde Cucurpe a las primeras maestras al pueblo, las hermanas Ángela, Margarita y Antonia de apellido Grande y Romo para que enseñaran las primeras letras a los escolapios del pueblo, la educación impartida era gratuita.
Según don Ricardo Durán, extinto cronista del pueblo, la escuela estuvo ubicada en la casa conventual, es decir en la residencia del misionero en turno, no hay que olvidar que en ese tiempo en el pueblo de Huásabas todavía funcionaba el sistema misional, a pesar de que en muchos pueblos ya había desaparecido y habían pasado los pueblos de misión a la Iglesia secular. La residencia del misionero se encontraba al fondo del solar del templo, frente al local que hoy ocupa la Asociación Ganadera Local.
El 18 de agosto de 1849, llegó a Huásabas don Anastasio López, el primer párroco del pueblo, ya que unos meses antes había fallecido fray Agustín Zaldúa, el último misionero franciscano que operó en Huásabas, al fallecer el fraile, concluyó el sistema misional y la feligresía pasó a la administración directa del clero secular, quedando el pueblo de Huásabas como cabecera de la parroquia y Óputo y Granados como pueblos de visita.
Lo primero que realizó el reverendo padre López al tomar posesión de la naciente parroquia, fue un minucioso inventario de los bienes y haberes que recibía, en este nos habla de imágenes de santos, cálices y objetos sacros, libros y libros de registro, muebles y el estado físico de los edificios del templo y la casa conventual de la Iglesia Huásabas, sede parroquial y las del pueblo Óputo, su pueblo de visita, en este inventario menciona dos escuelas, pero aclara que no dependen de la misión porque no fueron creadas con fondos de la misma, debemos entender que una era para los niños y otra para las niñas, como se estilaba en aquel tiempo, no menciona el reverendo padre López más detalles, ni el nombre de las escuelas, la cantidad de escolapios, ni los grados que se impartían.
En el año de 1859, el prefecto de Moctezuma, Don Rafael Buelna, en un informe enviado al gobierno del estado, sobre varios asuntos ocurridos en el distrito menciona a las escuelas de los diferentes pueblos, este informe ofrece un comparativo con las de la región ya que menciona a todos los pueblos que conforman el distrito de Moctezuma, la escuela de Huásabas es una de las que cuentan con mayor población estudiantil, ochenta estudiantes, solo superada por la escuela de Moctezuma con ochenta y cuatro alumnos, aunque no cuenta con una escuela para niñas y su desempeño es regular, en Granados solo había 30 escolapios y una escuela para niñas recientemente reabierta.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX operó una escuela particular para niñas dirigida por la señora Petra Manzo Ramírez, nacida y educada en los Estados Unidos, en ella estudiaron escolapias de la generación de tía Teodora Ramírez y tía Angelita Ramírez entre otras niñas de esos años. La escuela estaba en el domicilio particular de la maestra, ubicado en la antigua calle Corregidora, hoy calle Jesús García, entre Aldama y Miguel Hidalgo, en la vivienda donde residió la familia del señor Pancho Durán.
A iniciar el siglo XX, la educación primaria llegaba hasta el segundo grado de primaria, era impartida por un profesor y dos alumnos como ayudantes, siguiendo el sistema Lancaster, que supone que los alumnos más avanzados trasmitirán a los demás escolapios los contenidos que había enseñado el maestro, de esta manera se podía enseñar a una gran cantidad de niños, la educación no la sufragaba el estado, corría por cuenta del Ayuntamiento y los padres de familia, estos desembolsaban la onerosa suma de cincuenta centavos mensuales por cada alumno inscrito, más no por ello demeritaba en calidad, el programa de estudios comprendía trigonometría y álgebra.
Uno de los maestros de la generación nacida en 1904, fue don Luis Román, un farmacéutico que llegó del centro del país para establecerse en el pueblo de Huásabas, padre de la señora Antonia Román (aunque en el poblado se le conoció como Toña Roma), sería por la dedicación de los escolapios o porque la letra con sangre entra que los alumnos se desempeñaban satisfactoriamente.
Según don Ricardo Durán, esta escuela para varones estuvo ubicada en la antigua calle Condesa, hoy Benito Juárez y Miguel Hidalgo, en la casa que hoy es propiedad del señor Jesús Fimbres Miranda, mejor conocido por todos como el cartero.
Por el año de 1915 las autoridades educativas ordenaron en el estado de Sonora la educación mixta, es decir se fusionaron ambas escuelas, la de niños y niñas en una sola, los padres de familia, aunados a los maestros pusieron el grito en el cielo y se negaron rotundamente los primeros a mandar a los hijos a la escuela, principalmente a las niñas.
Se tuvo que recurrir a la fuerza pública ya que para entonces parte de los gastos eran sufragados por el Estado, razón por la cual se vino una falsa epidemia de viruela y sarampión único medio de sustraerse a la acción de la justicia. A pesar de las resistencias de parte de los padres de familia, las escuelas se fusionaron.
En década de los años veinte los maestros que impartían clases fueron la profesora Isidra Urquijo Leyva, la señorita Amparo Moreno Mella entre otros.
Para el año de 1944 la planta física de la antigua escuela Cuauhtémoc ya era insuficiente y ofrecía muy pocas garantías de seguridad, siendo presidente el señor Julián Durazo Fimbres se gestionó la construcción de un nuevo local para albergar la escuela primaria.
El censo escolar arrojaba la cantidad de 680 alumnos, (en aquellos años no había límite de edad) la educación se extendía hasta el sexto grado de enseñanza, viendo la Secretaría de Educación que era urgente y necesaria la petición de los vecinos de Huásabas, ordenó la construcción en forma tripartita del edificio tocándole al municipio una aportación de 25,000.00.
Se establecieron cuotas a los padres de familia, según su posibilidad económica, pero solo se llegó a reunir la cantidad de 18,825.50.
Se nombró una comisión para que fuera a parlamentar con el gobierno del estado, a tratar el problema de la cantidad faltante, solo se consiguió que el saldo faltante se liquidara en mano de obra.
La construcción inició el año de 1945, mucho tiempo antes de que surgieran las Organizaciones Civiles No Gubernamentales, (ONG), surgió algo parecido en el pueblo de Huásabas, las autoridades del pueblo junto a los niños, ancianos y amas de casa pusieron su grano de arena batiendo lodo, acarreando agua, haciendo adobes.
Para el año de 1946 vieron culminados sus esfuerzos al inaugurarse la flamante escuela con el nombre de Escuela Benito Juárez, el nuevo edificio constaba de ocho aulas, la dirección ocupaba la mitad de una, en la otra mitad se almacenaban trebejos de limpieza, escobas cubetas y trapeadores, además contaba con un amplio corredor y un gran patio trasero, el edificio se localiza, porque todavía existe, en la antigua Avenida Miguel Alemán, hoy Amparo Moreno, mismo que hoy ocupa la Asociación Ganadera Local.
Estas aulas fueron estrenadas por la generación nacida en 1940, la planta de docentes la conformaban: El director, don Carlos Flores, la profesora Amparo Moreno, la profesora Carmen Fimbres Durazo, la profesora Francisca Valdés Durazo, la profesora Ernestina Leyva, la profesora Bárbara Arvizu, el Profesor Benjamín Dávila, el profesor Miranda, el profesor Javier Castro entre otros, más adelante se incorporaron otros maestros a la planta como la profesora Rita Acuña Fimbres, la profesora Dolores Fimbres Moreno y un nuevo director, don Encarnación Samaniego. La profesora Josefina Moreno Flores impartió su enseñanza en la antigua escuela Cuauhtémoc.
En la década de los cincuenta, ocupó la dirección el profesor Roberto Chacón, oriundo de Gómez Palacio, Durango y padre del profesor Roberto Chacón Moreno, el profesor Tito para sus alumnos, a finales de la década algunos maestros nacidos en el pueblo llegaron a suplir a los anteriores, a mediados de los sesenta el cuerpo de docentes estaba conformado de la siguiente manera:
Director profesor Ernesto Loreto Huásica, originario de Óputo.
Primer año A: profesora María del Carmen Soqui Enríquez (señorita Cany), de Óputo.
Primer año B: profesor Bernardo Fimbres Bartolini nacido en Huásabas.
Segundo año: Profesor Roberto Chacón Moreno, de Granados,
Tercer año: Profesor Pedro Acuña Fimbres, de Huásabas,
Cuarto Año A: Profesor Francisco Leyva Urquijo de Huásabas
Cuarto año B: profesor Manuel Antonio Urquijo Loreto de Huásabas
Quinto año: profesora Adela Acuña Coronado de Divisaderos
Sexto año: Profesora Lorenza Ramírez Romero de Huásabas.
Conserje: Señor Pedro Ríos Márquez.
Ya casi para concluir la década del sesenta del siglo pasado el profesor Bernardo pidió cambio a la ciudad de Hermosillo y fue sustituido por el profesor José Luis López Ornelas, oriundo del pueblo de Huépac
Todos ellos fueron maestros por vocación, ninguno estudió la carrera magisterial en la Escuela Normal, más adelante las autoridades educativas exigieron estudios superiores, así que cada año, al concluir el ciclo escolar, se trasladaban a la ciudad de Tepic, Nayarit a estudiar la Normal en varios cursos de verano, hasta que terminaron su carrera.
Al edificio de la escuela primaria cada año se le daba una remodelación con tierra en los techos, se blanqueaban con cal las paredes y se llevaba a cabo una guerra sin cuartel con los mochomos, estos podían derrumbar los muros del inmueble, en el año de 1966 se gestionó ante las autoridades correspondientes un nuevo edificio escolar aprobándose su construcción.
La participación de la comunidad fue la mano de obra, el ciudadano presidente se puso fuerte para hacerla cumplir ya que había muchas resistencias por haberse elegido un lugar a orillas del poblado, la obra se concluyó en 1969 siendo inaugurada por el C. Luis Encinas Johnson, gobernador constitucional del estado de Sonora es por ello que la calle que pasa frente a la escuela lleva su nombre y el señor Jesús Leyva Suárez, mejor conocido como Cantera, presidente municipal del poblado
La nueva escuela se estrenó en el año de mil novecientos setenta, ese año dio inicio el ciclo escolar 1970-1971, la planta de docentes siguió siendo la misma.
Mi agradecimiento eterno para mis queridos mentores:
La Señorita Cany, el Profesor Bernardo, el Profesor Tito, el Profesor Pedro, el Profesor Pancho, el profesor José Luis López, el Profesor Manuel Antonio, el Profesor Ernesto, la señorita Adela y la Señorita Lencha, una oración al que todo lo puede por el eterno descanso de los que se nos adelantaron en el camino, solo sobreviven el profesor Pancho y la señorita Cani, que Dios los conserve muchos años con nosotros, muchas generaciones tenemos una deuda impagable, lo poco o lo mucho que hemos llegado a ser en nuestras vidas se lo debemos a ellos.