La flora intestinal y el sistema de defensas

Por Rosa Chávez Cárdenas
En la pandemia nos dimos cuenta que las personas con obesidad, con otras enfermedades, y los fumadores no pudieron luchar contra la infección del Covid y fallecieron.
Son numerosos los factores que alteran el equilibrio de los microorganismos que habitan en el intestino. Las causas son variadas, algunos como la genética, los medicamentos, los antibióticos, el estrés, el tabaco, la alimentación y la falta de ejercicio, alteran el equilibrio de la flora intestinal, la microbiota, que es el conjunto de microorganismos que viven en el cuerpo: bacterias, virus, hongos, levaduras y protozoos.
Tenemos estas defensas en la piel, en los genitales, en el aparato urinario, en el respiratorio y en el intestino, de los más importante: la componen unos 100 billones de microorganismos microscópicos. Cuando tienen niveles bajos de una de las bacterias más abundantes en los intestinos de los adultos la Faecalibacterium prausnitzii se asocia con enfermedades inflamatorias.
En el vientre de la madre el bebé no tiene microbiota, su aparato digestivo todavía es estéril, a partir del nacimiento. La microbiota empieza a formarse por el contacto de los microorganismos de su madre durante el parto.
El bebé en un parto natural al ir bajando por el canal de salida a la vagina va tomando los microorganismos de su madre. Esto es lo que no adquieren los bebés que nacen por cesárea y luego las mamás se quejan de que sus bebés son muy enfermizos, padecen reflujo y no toleran la leche. Al descubrir hace unos años que las cesáreas solo deben practicarse en casos muy necesarios, hasta la ONU hizo un llamado a los Sistemas de Salud en nuestro país por el exceso de cesáreas que se han venido practicando.
Del nacimiento a los 4 meses la microbiota intestinal contiene bacterias lácticas y bifidobacterias, cuando inician con la ablactación se produce una gran revolución, se instalan nuevos microrganismos, a los 3 años la microbiota intestinal se estabiliza. Los niños a esa edad todo se llevan a la boca, y es una buena manera de adquirir defensas, los que camina sin zapatos van adquiriendo defensas, es decir anticuerpos. Observen a los niños de las comunidades más desprotegidas y se darán cuenta que están más sanos que los niños que viven en ambientes muy sanitizados.
Un desequilibrio en la microbiota (disbiosis) en un niño provocada por antibióticos tiene repercusiones sobre su salud en su vida adulta: trastornos digestivos, como colon irritable, sobrepeso, alergias. Este fue mi caso, tuve un shock anafiláctico por antibiótico cuando tenía como 5 años, estuve al borde de la muerte, luego otro error, me extirpan las amígdalas a los 12 años, hace unos 50 años había el desconocimiento y creían que con la cirugía de amígdalas se evitaban las infecciones. Llevaron a cabo un estudio de los niños que les extirparon las amígdalas y se dieron cuenta que muy jóvenes padecieron infarto. También soy parte de ese grupo. El colon irritable, alergias a frutas y otros alimentos y la fibromialgia son las repercusiones que el antibiótico me causó, fue una lucha por la sobrevivencia que dejó afectaciones en mi salud.
No hay mal que por bien no venga, mis estudios y mi misión en la vida es orientar en el cuidado de su salud, el sistema inmunológico y la salud mental. Cuando entenderán los médicos para no prescribir tantos antibióticos, causan “Iatrogenias” El daño causado por el profesional de la salud que puede provocar desde un ligero malestar hasta su propia muerte.
Llevaron a cabo un estudio con los participantes que practicaban ejercicio aeróbico a la semana como en la caminadora en bicicleta durante unos 30-60 minutos. Recolectaron muestras de heces y sangre durante todo el estudio. Los resultados mostraron que los “productores de butirato” aumentaron en abundancia con el entrenamiento físico. Los participantes delgados mostraron un aumento en los ácidos grasos de cadena corta.
Curiosamente, cuando los que participaron en el estudio volvieron a su estilo de vida sedentario en las siguientes seis semanas, encontraron que los microbios intestinales de los participantes volvieron a su estado inicial. El ejercicio y la alimentación son básicos para el buen funcionamiento del sistema de defensas y la salud.
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