General

La industria del sexo

Cuando las barreras legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas con respecto al hecho de tratar a las mujeres como productos

 

 

Por Dr. Jorge Ballesteros

La prostitución es una de las mayores prácticas vejatorias contra la mujer, con frecuencia fuente de violencia y de explotación mafiosa, y principal vehículo de epidemias como el sida.

La total ausencia de medidas contra la prostitución en la mayor parte de los países, ha permitido que crezca incontroladamente. La consecuencia es un mercado del sexo en el que las mafias campan a sus anchas a pesar de la acción policial. Un gran negocio en el que todo vale, incluido la prostitución infantil, el turismos sexual, etc. basado en la explotación de miles de mujeres. Son la carne de cañón de un negocio sumergido que mueve miles de millones de dólares anuales que escapan al fisco y que además suele estar unido al tráfico de drogas y a otras actividades ilegales.

El término prostitución viene del latín “prostituiré” que literalmente significa estar expuesto a las miradas del público, estar en venta, traficar con el cuerpo. El término ramera tiene su origen en los adornos colocados en una rama de árbol que se instalaba en el frente de las casas donde se ejercía la prostitución.

Se ha convertido en una industria importante, pero con frecuencia se hace pasar en silencio, pues es considerado como parte de una libertad presuntamente democrática y está arraigado de manera demasiado profunda en algunos lugares o es demasiado lucrativo.

“No se puede considerar que la prostitución es un trabajo normal, sin despreciar el derecho fundamental de las mujeres a ser libres de toda explotación sexual”, indicó Janice Raymond, profesora de la Universidad de Massachusetts y directora de la Coalición contra los tráficos de mujeres.

La prostitución no es una actividad laboral, sino algo que mina la imagen de la mujer y de sus derechos. Nunca es una elección realmente libre y por eso resulta una hipocresía decir que el problema se resuelve reglamentando la actividad.

El número de niñas y mujeres jóvenes obligadas a prostituirse supera el millón; “comprar” una esclava en África cuesta unos 630 dólares; un “servicio” sexual se puede obtener en algunos países por cuatro dólares; y la explotación de esclavas sexuales genera más de 35 mil millones de dólares anuales. Pero no solo son mujeres las que se prostituyen sino que en la actualidad se está produciendo un constante aumento de la prostitución tanto de hombres como de niños varones.

La Santa Sede ha denunciado en las Naciones Unidas las nuevas formas de violencia y esclavitud que soporta la mujer, como son, el tráfico provocado por las redes de la prostitución. Un millón de mujeres de países del este son obligadas a trabajar como esclavas sexuales en los países de la Unión Europea. Muchas son violadas, secuestradas y obligadas a vivir en condiciones infrahumanas, sin la posibilidad de ver la luz del día durante semanas. En definitiva, tras ser engañadas y utilizadas como objetos de compraventa en un mercado, más que negro, muy oscuro y sobre todo inhumano, estas mujeres son privadas de libertad de medios económicos y de los derechos más elementales en beneficio del negocio del sexo.

Siddarth Kara denuncia que antes de ser “desechadas” estas niñas y mujeres jóvenes son obligadas a realizar actos sexuales con cientos o miles de hombres y que constituyen de hecho la columna vertebral “de uno de los negocios ilícitos más rentables del mundo”.

En México, según una investigación de Aurora Vega, hasta 13 mil mujeres son llevadas contra su voluntad a Estados Unidos, Europa y Rusia, según la PGR. Aquí, un millón 200 mil personas son víctimas del delito, sea por origen, tránsito o destino. Autoridades detectan cuatro rutas de envío; 18 estados concentran 90% del ilícito.

Entre 18 mil y 20 mil personas al año, entre mujeres, niños y hombres, son transportadas vía aérea a Estados Unidos, Europa y Rusia para fines de explotación sexual, trabajo, adopción, pornografía infantil y pederastia, estima la Procuraduría General de la República (PGR).

Según el documento, las entidades con mayor índice por trata de personas son Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Distrito Federal, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Tabasco, Tamaulipas, Baja California, Sinaloa, Sonora, Jalisco y Chihuahua, que son las regiones que concentran 90% de la trata de personas, principalmente mujeres y niños. Además se señala que en estos lugares se han construido o habilitado casas de seguridad para disfrazar este delito.

Las redes de prostitución obligan a las mujeres a prostituirse ya sea mediante el secuestro o el engaño. Cuando se trata de engaño, la red les promete un buen trabajo y mucho dinero, les hace firmar un contrato, por supuesto ilegal en el que se comprometen a pagar una cantidad enorme a la que no puede hacer frente con lo que tiene que prostituirse para pagarles.

En el caso de secuestro, alguno de los modus operandi se basa en el secuestro de la mujer, se le obliga a consumir cualquier tipo de droga y es violada repetidas veces con el fin de atemorizarla y que no se niegue a prostituirse o pierda el miedo o la vergüenza a hacerlo.

Se le siguen administrando dosis de drogas de forma que se hace adicta a esa sustancia la cual solo se la puede suministrar la red de prostitución, con lo que ya tiene a la mujer a su servicio.

La forma de prostitución más habitual en nuestro medio, es la prostitución callejera que suele ejercerse en zonas como: plazas públicas y parques céntricos. El contacto sexual se realiza en pensiones modestas cercanas a la zona, en los mismos parques o en el automóvil del cliente.

Dentro de esta prostitución callejera, han entrado en competencia las prostitutas drogadictas, que son mujeres que venden su cuerpo con el fin de costearse la droga, bien sea a elección propia u obligadas por el proxeneta; y los travestis.

De entre las enfermedades que afectan al mundo de la prostitución el 72 % son enfermedades de transmisión sexual (E.T.S): Sífilis, Hepatitis B, Gonococos, S.I.D.A. y otros problemas como la desnutrición, infecciones, etc.

Desintegración de la familia origen: una infancia llena de experiencia negativas como el abandono del padre, madre o ambos, estancia en centros semi correccionales, relaciones padres-hijas insatisfactorias, malos tratos y falta de atención y de cuidados, incesto y violaciones llevan a considerarse a sí mismos como una mercancía objeto sexual.

¿Qué supone la legalización de la prostitución o la despenalización de la industria del sexo? En Holanda, Alemania y otros países, la legalización supone la autorización de todos los aspectos de la industria del sexo: las mujeres mismas, los llamados “clientes” y los proxenetas, quienes bajo el régimen de la legalización se han convertido en hombres de negocios del sector servicios y en legítimos empresarios sexuales.

La CATW (Coalition Against Trafficking in Woman) aprueba la despenalización de las mujeres que están en la prostitución. Ninguna mujer debería de ser penalizada por su propia explotación. Pero los estados nunca deberían despenalizar a los proxenetas, a los clientes, a los prostíbulos u otros establecimientos sexuales.

La industria de la prostitución legalizada y despenalizada es una de las causas clave del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual. Uno de los argumentos para la legalización de la prostitución en Holanda era que la legalización iba a ayudar a terminar con la explotación de las desesperadas mujeres inmigrantes que eran traficadas para entrar en la prostitución.

En enero de 2002 se estableció la prostitución en Alemania como un trabajo legítimo, después de que durante 5 años estuviera legalizada en las llamadas zonas “eros” o zonas de tolerancia. Ahora, en Alemania es legal la promoción de la prostitución, el proxenetismo y los prostíbulos

Durante la última década, después de que el proxenetismo y los prostíbulos se despenalizasen en Holanda en el año 2000, la industria del sexo se ha expandido un 25%. A cualquier hora del día, mujeres de todas las edades y razas son expuestas, y puestas en venta para el consumo masculino, en los conocidos escaparates de los prostíbulos y clubes de Holanda. La mayoría de las mujeres provienen de otros países y probablemente han sido traficadas.

Cuando las barreras legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas con respecto al hecho de tratar a las mujeres como productos.

La legalización de la prostitución supone enviar el mensaje a las nuevas generaciones de hombres de que las mujeres son productos sexuales, y de que la prostitución es una forma de diversión sin riesgo.

Como los hombres tienen un exceso de oferta de “servicios sexuales”, las mujeres tienen que competir en la oferta de servicios dedicándose al sexo oral, anal, sexo sin condón, relaciones de esclavitud y dominación y otras tendencias demandadas por los clientes.

Cuando se legaliza la prostitución, todos los controles están prohibidos. Por ejemplo, las capacidades reproductivas de las mujeres se convierten en productos, actos para la venta. Todo un grupo nuevo de clientes encuentra excitante el embarazo y demanda leche de pecho en sus encuentros sexuales con mujeres embarazadas.

Iniciativas novedosas, que deberían haber surgido mucho antes, son las de penalizar a los clientes de la prostitución. Suecia es un país que está dando un tanto marcha atrás después de décadas de permisividad que tantos males ha traído, el 1 de Enero de 1999 entró en vigor la ley que castiga la compra de servicios sexuales. El gobierno sueco quiso mostrar que la sociedad mantiene una posición crítica frente a quien explota a la mujer. La nueva legislación incluye penas de hasta seis meses de cárcel para los clientes. La ley, en un año, ya había conseguido reducir el ejercicio de la prostitución callejera un 35 por ciento.

¿Qué opinan las mujeres que se dedican a la prostitución?  En miles de entrevistas que se hicieron coincidieron en que no es una profesión. Es humillante y es una forma de violencia masculina. Ninguna de las mujeres entrevistadas quería que sus hijos, familia o amigos tuvieran que ganar dinero a través de la industria del sexo. Una afirmó que “la prostitución despoja de la vida, de la salud, de todo”.

En resumen, muchos países y personas se preguntan cómo luchar contra la prostitución, y deben darse cuenta que la clave para enfrentarse al problema es que la sociedad recupere la capacidad de indignación, pues en nombre de la libertad sexual y de la modernidad se han dado muchos pasos atrás, y se ha olvidado la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres que son explotadas en este comercio carnal.