La Nueva Ley del INFONAVIT y el Futuro de la Vivienda en México

Por Mtro. Jesús Guillermo Moreno Ríos
La reciente reforma a la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) ha sacudido el tablero de la política habitacional en México.
Como toda gran transformación, por un lado se perfila como una solución audaz para atender el déficit de vivienda social; por otro, introduce riesgos estructurales que podrían comprometer los ahorros de los trabajadores y distorsionar el mercado de la construcción.
Pero quizás el mayor peligro radica en algo más profundo: la pasividad del sector empresarial frente a una reconfiguración del sistema que podría redefinirlo en su contra.
Las Promesas de la Reforma
La reforma a la Ley del INFONAVIT ha sido presentada con un enfoque socialmente atractivo, argumentando que ampliará las opciones de vivienda al permitir a los trabajadores adquirir terrenos y optar por la autoconstrucción, así como facilitar créditos subsecuentes y un modelo de arrendamiento social con opción a compra para quienes no pueden afrontar un pago inicial elevado (Artículo 51 Ter y Sexto Transitorio).
Plantea la creación de una empresa filial constructora, con mayoría accionaria del INFONAVIT, que tendría la facultad de edificar viviendas con el objetivo de reducir el rezago habitacional y agilizar la oferta de vivienda social (Artículo 3, fracción V y Quinto Transitorio).
Reconfigura la gobernanza del instituto, reduciendo el número de integrantes en la Asamblea General y el Consejo de Administración, fortaleciendo la fiscalización de los recursos mediante la Auditoría Superior de la Federación y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (Artículo 12, Artículo 16 y Artículo 66 Bis).
Se establece que la construcción de vivienda se priorizará en terrenos propiedad del INFONAVIT o en aquellos asignados por los gobiernos federal y estatales, con la intención de atender el déficit de vivienda en sectores vulnerables (Artículo 42, fracción VII).
Sin embargo, estas modificaciones generan dudas sobre su impacto a largo plazo en la industria de la construcción, la transparencia en el manejo de recursos y el equilibrio de poder dentro del INFONAVIT.
Los Riesgos de un Estado Constructor
El cambio más controvertido radica en la transformación del INFONAVIT en un actor directo del mercado inmobiliario. La creación de una empresa filial constructora financiada con recursos de los trabajadores plantea preocupaciones mayúsculas. No solo se corre el riesgo de que estos fondos sean utilizados de manera discrecional, sino que se abre la puerta a una competencia desleal con los desarrolladores privados.
Históricamente, los esquemas en los que el Estado asume un rol protagónico en la construcción han mostrado deficiencias: burocracia excesiva, costos inflados y problemas de transparencia. Además, la reducción del control tripartito en la toma de decisiones del INFONAVIT (donde tradicionalmente participaban trabajadores, empresarios y gobierno) pone en duda los contrapesos necesarios para una gestión equilibrada. La falta de una supervisión robusta podría derivar en problemas de corrupción y opacidad en el manejo de miles de millones de pesos.
¿Y el Sector Privado? ¿De Nuevo a la Expectativa?
Lo más preocupante de esta reforma no es solo su contenido, sino la falta de una respuesta contundente por parte del sector empresarial y nulo del sector profesional. Las cámaras industriales de la construcción, vivienda y algunos organismos empresariales más, han expresado preocupaciones, pero hasta ahora no han articulado una estrategia clara para evitar que esta reforma los arrincone.
Si no toman un rol activo en la elaboración de un plan contingente y de continuidad, corren el riesgo de volverse irrelevantes en el nuevo modelo habitacional que se está configurando.
Más allá del rechazo frontal a la reforma, es necesario plantear soluciones sociales realistas que atiendan la crisis habitacional sin debilitar al sector privado ni comprometer los ahorros de los trabajadores.
Conclusión: Oportunidad o Advertencia
La reforma al INFONAVIT podría representar un cambio positivo si se ejecuta con reglas claras y mecanismos de supervisión efectivos. Sin embargo, sin contrapesos adecuados, puede convertirse en un riesgo latente que comprometa la estabilidad del sistema de vivienda y un proceso que podría desplazar gradualmente al sector privado del desarrollo habitacional.
Ingeniero civil, académico, editor, especialista en protección civil, seguros y derechos humanos. Promotor de la Salud Masculina, del Cubo de la Resiliencia y del Bambú.