Destacada

Las Rastreadoras: ni las lágrimas, ni el sudor las detiene

Con picos, palas, machetes y varillas, estas mujeres han encontrado 115 cadáveres en la zona occidental del país; el pasado fin de semana localizaron restos humanos en una narco-fosa en Guaymas

Por Cristina Gómez Lima

El hollín de cenizas, huesos y lonas manchadas de sangre se encontraban a unos 20 metros abajo del camino rocoso marcado por los autos todo terreno que circulan por el Cañón del Nacapule. Un amargo olor fétido era el principal indicio de estar sobre la “narco-hoguera”.

El escenario era el más conveniente para cometer el delito, tenía el silencio, la soledad y cero vigilancia. Una escalofriante combinación entre el atardecer más espectacular del mundo, los cerros, mezquites, palo verdes, con basura abandonada por peritos: guantes de látex y hojas del dictamen tituladas como “Bolsa para cadáver”.

Sin descanso, buscan paz y calma

En busca de “sus tesoros”, como le llaman a los restos de sus seres queridos desaparecidos, ellas recorrieron 400 kilómetros de Choix, Sinaloa a Guaymas. La noticia de que la Fiscalía de Sonora había encontrado una fosa clandestina en el centro del turístico Cañón, las motivó.

Su amor y esperanza supera el cansancio por vivir un duelo de una pérdida sin un “descanse en paz”.

“Las Rastreadoras Del Fuerte” son mujeres de fe, valientes, con coraje para hacer a lado las inclemencias del clima, las adversidades de los caminos y su peligrosidad. Avanzan con la certidumbre de encontrar al menos una vértebra, una costilla, o la dentadura de su hijo, hermano o esposo.

Son ya una asociación civil agrupada que desafían a las autoridades no interesadas en buscar e indagar las denuncias, al grado que en tres años excavando, han desarrollado sus habilidades de peritaje al máximo, incluso mejor que un profesional en criminalística.

Tras el rastro en el Nacapule

Cuando llegaron a las cenizas y descubrieron restos de seres humano, las madres, hermanas y esposas de los desaparecidos iniciaron su tradicional ritual rezando un Padre Nuestro, pidiendo por el descanso de sus amados y de las familias que los extrañan.

Con picos, palas, machetes y varillas, estas mujeres han encontrado a 115 cadáveres en la zona occidental del país, la cual es conquistada por grupos criminales que en sus enfrentamientos y luchas por las plazas para el trasiego de droga, enlistan centenares de ejecutados y desaparecidos.

En su llegada al puerto turístico de Guaymas, las siete mujeres lideradas por la activista Mirna Nereyda Medina Quiñonez, gestionaron ante el Ministerio Público de homicidios el acceso a la hoguera que el crimen organizado utilizó para calcinar varios cuerpos; zona que en la semana anterior peritos de la fiscalía de Sonora habían indagado y levantado cientos de piezas humanas.

Activista Mirna Nereyda Medina, fundadora de “Las Rastreadoras Del Fuerte”.

Ellas saben cómo moverse dentro de las instituciones gubernamentales, continuamente manejan la frase “hay que unirse al enemigo”; por ello con facilidad organizaron una comitiva donde al frente iba una patrulla de la Policía Estatal Investigadora, en un plazo de 30 minutos el grupo de mujeres se internó en el Cañón del Nacapule; se dirigieron a pie con dirección al norte siguiendo el mismo camino que los delincuentes marcaron aprovechando el aislamiento y la nula vigilancia del lugar.

Pero el olfato de las mujeres logró encontrar más elementos que la misma Fiscalía ignoró: vertebras, huesos pélvicos, costillas, esternón, partes de cráneo y una lona manchada de sangre, impregnada con fuerte olor a muerto (aparentemente usada para trasladar los cuerpos al lugar).

“No son los nuestros plebes”

La sangre y la grasa en la lona, reveló que los cadáveres habían sido arrojados en un plazo máximo de nueve meses; indicio que Mirna Nereyda utilizó para descartar que los cuerpos calcinados de ese lugar, eran “sus plebes”, los 11 pescadores originarios de Choix, desaparecidos en mayo de 2015.

“Lo que supimos es que estos muchachos (los 11 desaparecidos) pasaron por la caseta de Estación Don, Sonora; tenemos las fotografías y mandaron un mensaje de texto diciendo que estaban comiendo en Guaymas y eso fue lo último que se supo”, platicó la líder de las Rastreadoras.

“No son los nuestros plebes”, gritó Medina Quiñonez a las siete mujeres que “peinaron” la zona semidesértica del Cañón del Nacapule, al tiempo que enseñaba tips de búsqueda a las mujeres sonorenses que le pidieron capacitación y apoyo para formar el grupo “Las Rastreadores de Sonora”, con el fin de buscar a las decenas de desaparecidos en el área Sur del Estado, donde es conocido el enfrentamiento voraz de tres grupos de la delincuencia organizada por el poder de los municipios pegados a Sinaloa.

Al momento que las Rastreadoras llegaron a la procuraduría de Guaymas se percataron que el fenómeno de desapariciones forzadas no es exclusivo de Sinaloa, en Sonora decenas de familias lloran la ausencia de los suyos, ignorados por las autoridades responsables en investigación.

“Nosotros no buscamos culpables, buscamos a nuestros tesoros, buscamos nuestra calma, queremos tener lo que queda de ellos en la tierra con nosotros”, comentó la activista nominada al premio Nobel, mientras consuela a María Teresa Valadez, hermana de Fernando que desde el 11 de agosto de 2015 no ha regresa a casa.

El pasado 14 de julio, Mirna Nereyda encontró tres vertebras de su “pajarito” como le llamaba de cariño a su primogénito, Roberto Corrales de 24 años, desaparecido en 2014, pero su lucha no cesó ahí, se comprometió con las familias de Guaymas para formar y capacitar el nuevo grupo “Las Rastreadoras de Sonora”.

En Guaymas hay 65 desaparecidos

Encima de las cenizas de la hoguera, las mujeres de ambos estados acordaron no descansar hasta encontrar a los más de 65 desaparecidos de tan solo dos colonias del municipio de Guaymas, Sonora, asesoradas por las Rastreadoras Del Fuerte.

Trabajaron peinando la zona del Cañón del Nacapule, localizando restos y huellas omitidas por la Fiscalía de Sonora.

María Teresa Valadez será la líder aquí en Sonora, contó que tan sólo en el periodo del 2013 al 2015, los familiares han reportado 200 personas desaparecidas en los municipios Guaymas y Empalme.

“No tengo miedo, buscaré a mi hermano hasta encontrarlo, es una promesa que le hice a mi madre”, relató la mujer de oficio restaurantero en el puerto de Guaymas.

Volverán el 20 de febrero con especialistas en la materia para capacitar a detalle a las familias de los desaparecidos.

Las siete damas que viajaron de Choix aún tienen la esperanza de encontrar a sus desaparecidos en el Cañón del Nacapule, según la activista Mirna Nereyda este podría ser un lugar común para las fosas clandestinas, debido a que las características geográficas del terreno son propicias para entierros clandestinos.

El compromiso es regresar al menos una vez al mes para continuar con las excavaciones.

Pondrán orden en Sonora

El colectivo conformado por más de 400 mujeres busca a 600 desaparecidos, durante los tres años han encontrado 115 restos óseos en sus caminatas, de los cuales 100 fueron identificados a través de las pruebas de ADN. 

El 20 de enero fue la primera ocasión en que Las Rastreadoras viajaron a Sonora para buscar restos de desaparecidos, por ello, Medina Quiñonez, solicitó el apoyo de las autoridades estatales para que le brinden facilidades en la búsqueda, tanto en el ingreso a la zona como en una base de datos de las familias para que las pruebas de ADN sean identificados con los restos encontrados.

El hoyo de cenizas en el Cañón abre lastimosamente la puerta a sangrientas historias en una región donde se combina el atardecer más bonito del mundo con la narco-guerra del sur de Sonora, mismas historias que los sonorenses se han dispuesto a ignorar.

Por ello, Las Rastreadoras Del Fuerte amenazaron con volver… su idea es firme, poner orden.