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Lastima frialdad e indiferencia en la Unison; entrevista con Etty Estévez

La doctora Etty Estévez alza la voz para denunciar violaciones a la Ley Orgánica por parte de Rectoría y plantea la urgente necesidad de reformar una normativa que no ha tenido un solo cambio desde 1991

Por Imanol Caneyada

La Doctora en Ciencias con especialidad en Investigaciones Educativas Etty Estévez Nenninger es una de las pocas académicas y académicos de la Universidad de Sonora que se ha atrevido a levantar la voz para denunciar el excesivo poder que tiene Rectoría, que ha pasado por encima de la Ley Orgánica de la institución o Ley 4, la cual rige a la Máxima Casa de Estudios desde 1991 sin que haya tenido una sola reforma; y del Colegio Académico.

En una carta abierta de reciente factura, la especialista en educación expone que la decisión tomada por la administración saliente y confirmada por la nueva administración respecto al Doctorado en Innovación Educativa, es violatoria del artículo 11 de la Ley Orgánica de la Unison e ignora la determinación del Colegio Académico de dotar a dicho doctorado de independencia con relación a los demás posgrados del área.

El Doctorado en Innovación Educativa, nos explica la académica en entrevista exclusiva, fue concebido por académicos del más alto nivel en la materia de manera independiente de la maestría que ya existía años atrás. Así fue aprobado por el Colegio Académico.

Después de un arduo trabajo coordinado por Estévez en el diseño de dicho doctorado para cumplir con los estándares de CONACYT y ser aprobado por éste, la administración encabezada por Heriberto Grijalva Monteverde decidió contravenir el mandato del Colegio Académico, máximo órgano colegiado para aprobar planes y programas académicos, e incorporarlo arbitrariamente a la Maestría en Innovación Educativa, quitándole su carácter autónomo.

Esta decisión, que tiene muchas implicaciones en cuanto a la calidad, la capacidad de gestión y los alcances del propio doctorado, fue ratificada por la administración entrante, dirigida por Enrique Velázquez.

Con ello, insiste la también ex candidata a rectora del Alma Máter en el pasado proceso, la administración está violando las disposiciones de la Ley Orgánica y la autonomía y las atribuciones de los órganos colegiados.

1 UnisonPero más allá de este caso en particular, la investigadora de la Unison, con su denuncia  pública busca elevar el necesario debate para transformar y modernizar una universidad que sigue anclada en el pasado y que parece ignorar temas de urgente actualidad en el país y en el estado, como la democratización de sus organismos, la transparencia en la toma de decisiones y la rendición de cuentas.

Para la entrevistada, este caso es un ejemplo de cómo la administración universitaria pasa por encima de la normatividad y del trabajo colegiado de los académicos.

Ello es reflejo de algo que se analizó mucho en la campaña pasada en pos de la Rectoría, recuerda la doctora: la administración saliente estuvo muy alejada de los intereses, motivaciones y necesidades de los académicos y de los estudiantes también.

Le preguntamos a la doctora Estévez si existen al interior de la universidad organismos a los  que los académicos puedan acudir cuando se ven en situaciones como la suya, en la que han podido ser violados ciertos derechos; es decir, si la universidad, a tenor de las exigencias de la sociedad actual, está en un proceso de democratización o reproduce esquemas del pasado.

Existen pero no son suficientes, contesta; el problema está en la Ley Orgánica, estos y otros aspectos deberían revisarse para una eventual reforma, la cual es necesaria, sobre todo en lo que tiene que ver con  los vacíos legales relacionados con  el gobierno universitario.

Y pregunta la investigadora: ¿es necesario reformar la ley 4 para que existan al interior de la universidad contrapesos y mecanismos que garanticen el cumplimiento de su normatividad? ¿es necesario reformar la ley orgánica para que las leyes anti corrupción apliquen a funcionarios de la Unison, sin menoscabo del concepto de autonomía?

A partir de estas preguntas, la doctora Etty Estévez propone el insoslayable diálogo entre los académicos; más allá de su caso particular, insiste, pues no busca recuperar la coordinación del doctorado, no es su intención, considera su experiencia como una alerta para plantearse la necesidad de cambiar aspectos de la Ley Orgánica, ir a una discusión sobre los pendientes que hay para construir un consenso que promueva una propuesta de reforma, la cual sea enviada al Congreso.

Le preguntamos qué tan sola está en la andadura que ha iniciado a partir de la publicación de la carta, si existen otros académicos que se le han acercado con las mismas inquietudes para, precisamente, construir los consensos a que se refiere.

La percepción de la maestra investigadora es que sí hay un buen número de académicos y empleados universitarios que reconocen la necesidad de reformar la ley orgánica y de efectuar cambios significativos; cree que lo anterior se puso de manifiesto durante las campañas de los candidatos a la rectoría.

La mayoría de los candidatos, recuerda, y de sus simpatizantes, planteaba la necesidad de un cambio y que no fuera más de lo mismo.

Esto ya viene de antes, aclara, el resultado de las elecciones a rector vino a rematar el ánimo de los académicos: hay cansancio, desmotivación, se sienten desatendidos, no escuchados, usados para las estadísticas institucionales con el objeto de ocupar buenas posiciones en las clasificaciones o rankings del país, pero al mismo tiempo ignorados.

Hay desesperanza por el inmovilismo, remata.

Desde 1991 en que fue aprobada la Ley Orgánica de la Unison, no ha habido una sola reforma a la misma; en 26 años, los reclamos y las necesidades de la sociedad mexicana han cambiado mucho, pero la Máxima Casa de Estudios pareciera anclada en el pasado.

Lo anterior, explica la doctora Estévez, fue parte importante de mi discurso como  candidata a la Rectoría; es necesario un giro, un cambio, porque las políticas que se siguen al interior de la institución están desfasadas y sin duda requieren una modernización.

Señala la entrevistada que ha habido una excesiva preocupación por cumplir con los rankings, primero nacionales, ahora internacionales, cuando éstos son parciales y únicamente miden aspectos cuantitativos, no cualitativos.

Un ejemplo del aislamiento en que vive la administración respecto del cuerpo académico, añade Etty Estévez, es la aprobación de los recientes cambios al Estatuto del Personal Académico (EPA); en cuya elaboración fueron ignorados los académicos.

El Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) impulsó una serie de consultas entre los integrantes para la reforma de este estatuto, el cual es todavía más antiguo que la ley (1985), pero la administración central desoyó las propuestas de los académicos y no se tomó en cuenta los diferentes tipos de perfiles académicos, los cuales cumplen con una función muy importante en la universidad, sea formando, promoviendo la investigación, etcétera.

Es necesario, ilustra Etty Estévez, que te reconozcan de acuerdo a tu perfil y a las tareas en la que eres más productivo, y desde ahí estimular en consecuencia, no a partir de una sola medida para todos, ya que el actual EPA enfatiza mucho el perfil investigador y deja fuera a todos los maestros de horas sueltas, maestros de asignatura, entre los cuales también existen diferentes perfiles, como los que se dedican a la pura docencia, o aquellos que tienen una carrera profesional en el exterior y únicamente imparten una o dos materias.

Por ejemplo, ilustra la doctora Estévez, estos profesionistas que imparten una materia, que son muy exitosos en el área en que se desempeñan y tienen mucho que aportar a la universidad, no se ven reconocidos en el Estatuto y tienen que inventar publicaciones como si fueran investigadores para lograr alguna promoción o estímulo.

Por todo ello, la maestra investigadora sí cree que hay un numeroso grupo de académicos que estaría dispuesto a participar en una discusión y un debate sobre las necesarias reformas de la Universidad de Sonora.

Es necesario, concluye la entrevistada, transformar esa desmotivación, ese cansancio, en una energía positiva, pues los académicos han sido, son y seguirán siendo el soporte de todos los indicadores que nos tienen situados en una universidad reconocida.

 Carta difundida por Etty Estévez, donde manifiesta su descontento luego de que las autoridades universitarias la desconocieran como coordinadora del Doctorado en Innovación Educativa.

Carta difundida por Etty Estévez, donde manifiesta su descontento luego de que las autoridades universitarias la desconocieran como coordinadora del Doctorado en Innovación Educativa.