Liberación sexual y control político global

Corromper la inocencia de los niños, enseñándoles a inflar preservativos en las aulas antes que a leer y a escribir, desgarrar las conciencias de los jóvenes, atiborrándolos de pornografía para manejarlos y vaciarlos de todos los valores y principios
Por Dr. Jorge Ballesteros
México en el ojo de la tormenta de un ataque violento en contra de la vida, el matrimonio y la familia.
El laboratorio fue la ciudad de México, donde las tribus del PRD, con Ebrard a la cabeza, impusieron la cultura de la muerte con las clínicas aborteras (que han asesinado a 176 mil bebés), la legalización de la eutanasia, el ataque a la familia con la legalización de uniones gay, la adopción de niños por estas parejas, la perversión de la niñez con la ideología de género, entre otras.
Ahora el partido gobernante, Morena, lo quiere imponer en todo México, con la despenalización del aborto y de la eutanasia, mediante la desregulación de las normas sexuales y la promoción de los privilegios LGTB, sumando el reconocimiento como “matrimonio” de las uniones entre personas del mismo sexo y los “derechos” transgénero; con la neutralización de la familia por medios ideológicos y económicos
La colectivización de los niños menores de tres años en guarderías estatales; la sexualización de los niños a través de la educación sexual obligatoria en las escuelas; y la eliminación de los “estereotipos de género”, mediante métodos pedagógicos en los colegios y en los jardines de infancia.
Corromper la inocencia de los niños desde los jardines de infantes, enseñándoles a inflar preservativos como globos en las aulas primarias antes que a leer y a escribir, desgarrar las conciencias de los jóvenes llevándolos solamente a la perversión sexual, atiborrándolos de pornografía para manejarlos y vaciarlos de todos los valores y principios.
La revolución que enfrentamos es un plan total de control y destrucción de la persona humana, en que la retórica de la libertad sexual se utiliza para diseñar un sistema de control político y social encubierto.
El proyecto está detalladamente descrito en la obra monumental de Michael Jones Libido Dominandi: Sexual Liberation and Political Control. Jones desentraña la historia y las estrategias de las redes internacionales para reducir el sexo a placer, y para abrir la puerta a un sinfín de relaciones antinaturales, todo por motivos de control político global.
“El proyecto es drástico, y es totalitario, estructurado en cuatro niveles:
- Onanismo: los bebés no deben ser concebidos (promoción de la homosexualidad, la esterilización, la anticoncepción).
- Aborto: los bebés concebidos deben ser matados antes de nacer.
- Depravación infantil: los niños que logren nacer deben ser corrompidos.
- Perversión adulta: los mayores de edad deben ser privados de todo valor moral, de forma que su razón pueda ser confundida y su voluntad debilitada, promoviendo el hedonismo y la cultura de la muerte a través de los medios de comunicación y de cualquier expresión anticultural posible. Así se puede lograr más fácilmente el Onanismo, y el ciclo vuelve a empezar con crecientes posibilidades de éxito”
Diseñar un plan de asfixiar la cultura y los valores le tocó a Gramsci, un comunista italiano del siglo pasado, el cual mediante su revolución, que diseñó hacerla a través de la cultura y los medios de comunicación, se iría volcando el contenido marxista en las cabezas de las nuevas generaciones.
Nacerían nuevas generaciones amorfas, sin sentido trascendente de la vida, sin Dios, sin patria, sin raíces y ahora (con la “perspectiva de género” que niega el sexo impuesto por la naturaleza) hasta sin sexo definido. Jóvenes “re-programados” por el sistema, ya sin lazos afectivos que los ligasen a nada ni a nadie y por lo tanto manejables.
Con la teoría de Gramsci se fundamentó una de las peores sexoaberraciones que ha creado el hombre, lo que llamamos “ideología de género”: una concepción anticientífica de nuestra sexualidad, que la concibe como realidad carente de toda naturaleza, mera construcción política de la cultura. Había que politizar incluso aquellos rincones más privados e íntimos de la vida: la familia y la sexualidad.
Las feministas tratan de convencer a la mujer (naturalmente creada para concebir y guardar la vida que nace, que crece) que lo peor que le puede pasar es tener un hijo o dedicarse a los suyos.
Con el pretexto de la igual dignidad del hombre y de la mujer, en la realidad se promueve el choque entre los sexos, se distorsiona el concepto de maternidad y legitima todos los horrores en nombre de la autodeterminación de las mujeres. El aborto es el ejemplo más notable.
La teoría del «feminismo de género» se basa en una interpretación neo-marxista de la historia. Comienza con la afirmación de Marx, de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, pero en este caso ya no es el enemigo la burguesía capitalista a la cual hay que destruir, sino el “Patriarcado opresor”, o sea el hombre, al cual las feministas radicales culpan de tener oprimidas a las mujeres a través del matrimonio, al cual declaran obsoleto, a la maternidad y a los hijos, los cuales dicen, esclavizan a la mujer y no le permiten realizarse profesionalmente, por lo tanto promueven el aborto y el libre ejercicio de la sexualidad con quien sea no importando el sexo o género de la persona, hay una clara intención de la destrucción de la familia tradicional formada por el hombre y la mujer y en cambio promueven la uniones homosexuales y lesbianas y la adopción de niños por estas parejas.
Esta guerra tan hábilmente concebida en la mente de los promotores de la ideología de género, este ataque al entendimiento y al sentido común —esa facultad interior natural que tenemos las personas para juzgar razonablemente las cosas conforme al buen juicio natural para discernir lo bueno de lo malo— es el arma a utilizar para tomar occidente y que la izquierda de Morena pretende implantar en muestra patria.
Este ataque de los valores que le fueron tan familiares a los hombres durante siglos y que edificaron nuestra cultura cristiana, no podemos permitir su destrucción ya que sería el fin de nuestra civilización y de nuestra existencia como hombres libres.
La izquierda de forma abyecta, por ignorancia, complicidad o ambición le hace el juego a una pequeña elite de multimillonarios banqueros, prestamistas y usureros (Goldman Sachs, Barclay Capital, JPMorgan Chase, McKinsey, Merrill Lych, George Soros, las familias Rockefeller y Rothschild, etc.) cuyo objetivo es establecer el Nuevo Orden Mundial a través de la ideología de género.
Organismos tales como la ONU, Planned Parenthood Federation la NARAL Pro-Choice America y la IPAS Organización de las Naciones Unidas, la Ford Foundation han desatado desde 2009 un ataque violento en contra de la vida, el matrimonio y la familia, encontrándose México entre sus prioridades.
Los mexicanos estamos ya cansados de estos ataques que van en contra de nuestros valores y de nuestros hijos. Ya no vamos a seguir pasivos viendo cómo se destruye lo más propio que tenemos.
La mayoría de las personas que votaron por Morena, lo hicieron hartos de la corrupción e ineficiencia del sistema, querían un cambio para mejorar no para que se atacaran nuestra familia ni para que se matara ni pervirtiera a nuestros hijos, así que si no quieren caer en el descrédito y en el repudio, más vale que se guarden el aborto y la ideología de género para sus militantes de izquierda, ya que el pueblo de México los rechaza en su totalidad, por ser contrarios a sus valores y a sus creencias más sagradas.