Por JJ. Atondo
Ejercí el hermoso oficio de reportero por más de 25 años, tocándome codearme con los mejores, aunque claro está que sin pretender siquiera medirme en su calidad, como la de Enguerrando Tapia, Abelardo Casanova, Fortino León, Antonio Duarte, Francisco Javier Ruiz Quirrín, Sergio Romano, Armida Bernal, Salomón Amehd, Alejandro Oláis, Ignacio Blancarte, Abelardo Rodríguez, Carlos Moncada, don Jorge Villa Alcalá y muchísimos otros más que me permitieron abrevar de su sabiduría.
Entre otras muchas cosas que aprendí de todos ellos fue el de la sicología, especialmente de las masas para medir la realidad del sentir general, pero también el individual, para apreciar la autenticidad de quien las conduce y de la demanda.
Autenticidad es un elemento que ya tiene poca cabida y uso, está o igual de desgastado que la ideología. Ambos, mejor dicho ambas, fueron brutalmente mancilladas y violadas por la insaciable mercadotecnia.
Tanto vales, tanto cuesta.
Esta semana me tocó presenciar durante unos momentos una manifestación por fuera de Palacio Municipal, en contra del ajuste al precio del agua y de la concesión del servicio de alumbrado público.
No me quedé mucho. Los cerca de 45 personas no me parecieron ciudadanos muy preocupados por su economía interna personal, sin que esto significara que no creyera en la autenticidad de las demandas.
Pero de vuelta en la manifestación, aunque en un principio no noté inducción, aun y cuando sus protagonistas no parecieran ser de los más afectados —hasta cierto punto sus razonamientos parecían algo justos—, aunque sus argumentos no fueran del todo convincentes.
Todo bien, me dije y procedí a retirarme. Había avanzado casi tres cuadras, cuando por el sonido, por cierto muy bueno, escuché a la oradora comenzar a alabar el gobierno que encabezó la señora María Dolores del Río.
No me extrañó. Son la oposición, que en nuestro país, no es parte de un contrapeso, sino de un elemento que busca acceder a las mismas ganancias políticas y económicas del que está en el poder, sin que el pueblo, el patente de la demos kratos importe un soberano cacahuate.
Donde sí me quedé helado, fue cuando la dama del micrófono, nunca supe quién fue, pues ya me había retirado y mi vista es tan corta como la de la señora que de un de repente exclama:
¡María Dolores hizo historia!
¡Guauuu!, me dije. Quise entender que lo que trató de decir la buena señora, es que la ex alcaldesa de Hermosillo, comunicóloga de profesión, realizó una gestión inigualable.
No soy contreras —aunque en mi pueblo Opodepe ése es uno de los preclaros apellidos—, pero más tarde me puse a pensar en cuáles serían las acciones por las cuáles pudiera calificarse como una administración histórica.
Debe haber realizado algunas acciones dignas de comentar. Desafortunadamente, en dicho análisis brotaron más los aspectos negativos que los positivos cuando la señora presidenta emanada del PAN, encabezó los destinos de esta ciudad.
El más doloroso: el cuarto pasajero, el famosísimo caso a nivel internacional, que se registró el 11 de septiembre de 2004, cuando se detuvo a cuatro personas por golpear a un mesero en un antro y encontrar en la cabina de su vehículo armas largas y cocaína. De ellos solo a tres se le dio entrada y puestos a disposición de la PGR, dejando en libertad en una maniobra grabada al cuarto, quien resultó ser Eduardo Márquez Fragoso, a quien se le impuso solo una multa administrativa de 150 pesos.
Daniel Irene Enríquez Parra, fue el cuarto pasajero liberado por los municipales, obviamente por órdenes superiores. Cinco meses después Enríquez Parra fue asesinado a tiros en Tijuana. A pesar de esto, la presidenta sostuvo en su cargo no solo a Sergio Encinas, sino también a Juan Manuel Portillo Guevara, quien era el operativo y enlace con grupos no precisamente de la caridad y que más tarde también se vería involucrado en hechos sangrientos en Agua Prieta.
Todo esto, provocó que el hampa organizada estuviera apropiada de la ciudad y que al interior de la corporación policíaca se formara un grupo bastante amplio de policías coludidos con el crimen organizado, que ejerció un poder enorme, para desencanto ciudadano por el incremento en los índices de inseguridad y las ejecuciones a la orden del día, una semilla del mal que aún persiste.
Respecto del agua, antes que ella su antecesor fue el hoy Senador Francisco Búrquez Valenzuela, quien para oponerse a la implementación del proyecto de La Desaladora, le exigió al Gobernador Armando López Nogales le entregara al municipio el organismo operador del agua, en aquel entonces Coapaes-Hermosillo.
López Nogales no pudo oponerse. Se lo entregó a Búrquez pocos meses antes de que éste concluyera su administración. La ley y obviamente los panistas exigieron la entrega de un organismo limpio de deudas. Así lo recibió el hoy Senador: un organismo con dinero en las arcas y cero deudas.
Al año siguiente triunfó María Dolores del Río, amparada por el PAN. Se convierte con ello en la Presidenta también de la Junta de Gobierno de Aguah, organismo al cual de inmediato llena de elementos panistas, incluso de hasta tres directores por área, como el caso del área comercial, donde despachaban el hoy prófugo Roberto Romero y dos más.
No obstante haber recibido un organismo financieramente limpio de deudas, al concluir su mandato el organismo operador tenía un déficit en sus arcas de… ¡100 millones de pesos!
El caso del alumbrado público en su gestión fue otro tema en su contra, pero ya es poco el espacio y se aprovechará para cuestionarle a la dama del micrófono si a todo esto se refería a que…. ¡María Dolores hizo historia!
En lo personal considero que esta dama, la ex presidenta y hoy dirigente del partido del mercadólogo político Dante Delgado, hubiera hecho una gran historia si en los trienios de Javier Gándara y Alejandro López Caballero, hubiera encabezado, como lo hace hoy, las manifestaciones de protesta en contra del ajuste en la tarifa de agua y la concesión del alumbrado público, por ser las administraciones en que tienen origen estos dos problemas.
No protestó. Se quedó callada.
Así no se puede pasar a la historia.
*Colaboración especial.