Los datos “ocultos” detrás de la inseguridad en Sonora: Bajan homicidios, crece violencia

A pesar de que las autoridades presumen una reducción en “homicidios”, paralelamente incrementan desapariciones y cuerpos no identificados saturan las morgues; Marco Paz, vocero del Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Sonora, explica que es incuestionable el crecimiento de la violencia
Por Gerardo Ponce de León Ramos
El gobierno de Sonora ha estado destacando la disminución de homicidios dolosos, y no se puede negar que los números lo respaldan. Según el Comité Ciudadano de Seguridad Pública, en 2021 se registraron 1,930 víctimas de homicidio doloso. Para 2022, la cifra descendió a 1,744 casos, una disminución de 9.7%.
En 2023 continuó la baja a 1,403 víctimas, lo que equivale a un 19.5% menos que el año anterior. Sin embargo, en 2024 se produjo un ligero repunte, con 1,417 homicidios, un aumento de 1% respecto a 2023, lo que indica que la tendencia a la baja se estancó, aunque los niveles siguen siendo inferiores a los de 2021.
La realidad paralela de la violencia
Mientras estos números se destacan en los informes oficiales, otros registros de violencia muestran un panorama distinto: las personas desaparecidas y los cuerpos no identificados en los servicios forenses han crecido a niveles históricos; dejando ver que la reducción de homicidios no necesariamente refleja una menor violencia, sino que parte de ella podría estar oculta entre las estadísticas oficiales.
En entrevista para Semanario “Primera Plana”, Marco Antonio Paz Pellat, vocero de los Comités Ciudadanos de Seguridad Pública de Sonora y Hermosillo y secretario técnico del FICOSEG, explicó sobre esta aparente contradicción:
“Si bien es cierto, pareciera ser que hay una correlación entre estos datos, baja de homicidios con incremento en personas desaparecidas y no identificadas, no hay elemento que pueda asegurarlo”.
“Ahora, un tema que ha estado siempre en debate es la forma en que clasifica la autoridad estos eventos. Pareciera ser una clasificación bastante arbitraria, y siempre ha habido críticos de que no está suficientemente clara y que eventualmente las autoridades de los diferentes niveles podrían hacer clasificaciones de acuerdo a las cifras que tienen, una especie de manoseo de las cifras que existen, sin embargo, son especulaciones nada más».
“Lo que nadie te puede cuestionar es el crecimiento de la violencia. Todos, si sumas todos los datos, son más los agregados”.
Preocupante repunte de desaparecidos
A la par, las cifras de personas desaparecidas en Sonora muestran un repunte preocupante. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO):
En 2021 había 236 personas desaparecidas.
En 2022, la cifra subió a 327, un incremento de 91 personas (38.6%).
En 2023, se registraron 370 casos, 43 más que el año anterior (+13.1%).
En 2024, el aumento fue explosivo: 1,488 personas desaparecidas, 1,118 más que en 2023 (+302%).
Dentro de estos casos, las personas desaparecidas y no localizadas pasaron de 194 en 2021, a 833 en 2024, mientras que las personas localizadas con vida crecieron de 20 a 551, y las localizadas sin vida de 22 a 104. Cada cifra representa una persona, una familia, un amigo; no son solo números.
El efecto Sinaloa en Sonora
Sobre este aumento tan repentino entre 2023 y 2024, Paz Pellat señaló:
«Los expertos en analizar estos fenómenos aducen que este crecimiento de estas cifras se debe al conflicto que se está dando en Sinaloa, particularmente en Culiacán, entre las grandes bandas y los carteles que tienen presencia importante en nuestro estado”, señaló.
Expuso que distintos grupos criminales, utilizan a nuestro estado para el transporte de drogas a Estados Unidos. “Tienen presencia territorial importante, y parte de su estrategia para no llamar la atención en su autodestrucción entre los dos carteles, asesinan a gente que está ligada con el contrario y lo esconde para no llamar la atención y seguir en esta estrategia, insisto, de aniquilamiento del enemigo. Esa es una hipótesis que yo he encontrado para explicar este fenómeno”.
Las morgues saturadas
De manera silenciosa, pero al mismo tiempo, los registros del Servicio Médico Forense (SEMEFO) han mostrado un crecimiento muy considerable en el número de personas no identificadas, otra categoría separada de las desapariciones, lo que sugiere que parte de las víctimas podrían estar siendo contabilizadas en otra área y no como homicidios o desapariciones activas. Este aumento acumulado es notable:
De 199 personas en 2021 a 209 en 2022, un incremento de 5.4%.
De 2022 a 2023, subió de 209 a 250, +19.7%.
De 2023 a 2024, pasó de 250 a 295, +17.9%.
Estos porcentajes muestran un crecimiento anormal que acompaña a los incrementos históricos de desaparecidos en los últimos años, planteando la duda de hasta qué punto la reducción de homicidios reflejada en los registros oficiales es real, y cuánto responde a cómo se categorizan las víctimas.
Los datos analizados muestran un panorama complejo donde ponen en duda las declaraciones oficiales del estado y nos hace cuestionarnos: ¿Hasta qué punto la disminución de homicidios refleja realmente menos violencia en el estado, y no simplemente un cambio de categoría en las estadísticas?
Aunque no se tenga una explicación definitiva, una cosa queda clara: la violencia en Sonora no ha ido en disminución. Los incrementos de desaparecidos y personas no identificadas evidencian que, detrás de los porcentajes y las cifras, hay familias afectadas, personas sin localizar y un patrón de violencia que no se refleja plenamente en los reportes de homicidios dolosos.