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“Los Maleducados”

La Dra. Leticia Varela platica sobre su más reciente libro, un estudio que explica cómo toda una generación de niños están siendo afectados por factores que resulta en cada vez más casos de TDAH; los abuelitos pueden ser de gran ayuda 

 Por Rigo Gutiérrez E.

Los adultos mayores y en especial los abuelitos tienen mucha experiencia y capacidades que pueden explotar, no solo para ayudar en la educación de los nietos y en apoyo de sus hijos, sino para realizar prácticamente cualquier actividad de manera ágil y sobresaliente, por eso es necesario que sepan cómo aprovechar ese potencial, es el planteamiento principal que hace la Dra. Leticia Valera Ruiz en su nuevo libro “Los Maleducados, Un salto Cuántico para despertar el potencial dormida”.

La Doctora Valera es especialista en la aplicación del método Tomatis, una terapia basada en la estimulación neurosensorial natural que permite la estimulación del cerebro, ha escrito varias investigaciones basados en su experiencia y ahora lanza su nuevo libro y talleres.

En entrevista para Primera Plana platicó a fondo sobre esta nueva publicación, las bases científicas, los alcances reales, así como el resultado que ha tenido este método en beneficio de cientos de niños sonorenses.

Los maleducados, ¿Cuál es el planteamiento que usted hace al establecer este trabajo, esta investigación?

El planteamiento es sobre la desinformación o mal información que tenemos culturalmente, tradicionalmente aplicada ya al desarrollo de la educación y de la vida de las nuevas generaciones. Entonces, se transmite de generación en generación una serie de premisas falsas, esto lo llamo yo una mala educación, no asignándose a nadie en particular, sino al conjunto social, a la tradición, esquemas y de pensamientos.

Por ejemplo, en la forma de alimentación y ahora en el uso de la tecnología, que ha sido nefasto lo que están haciendo, la tecnología es maravillosa, pero el uso que están haciendo es deleznable.

Si tenemos en consideración que los primeros 7 años de vida, se establece ya la estructura mental, estructura psicológica, de los niños, con la que van a vivir el resto de su vida ya todo lo demás va a ser un sobrepuesto.

¿A quién está dirigido Los Maleducados? ¿Cómo autora lo hizo pensando en que tipo de lector?

Tengo el antecedente del último libro que se llama “Voz Sonora en el desierto”, ese libro lo dirigí a la educación infantil-juvenil; este lo estoy orientando más al rescate del potencial humano a todas las edades, pero principalmente en la tercera edad.

Se ha comprobado científicamente que de los 60 a los 70 años tenemos el máximo pico de posibilidades intelectuales, tanto así que los premios Nobel, en promedio, tienen 62 años.

Los 100 directivos más importantes de compañías a nivel mundial tienen 63 años, el promedio de edad de los Papas es de 76.

Entonces el pico está de los 60 a los 70; el segundo pico sería de los 70 a los 80; y el tercer pico también en nivel sería de los 50 a los 60.

 ¿Por la experiencia?

Lo que se ha acumulado en la experiencia es el recurso que se tiene a la mano, pero no se aplica porque el potencial se opaca, se silencia o se impide. Entonces, esa es una orientación muy fundamental en este libro, de ver por qué, qué recursos son los que tenemos fisiológicamente, biológicamente, mentalmente, anímicamente, experimental y por qué se desaprovechan.

Ahora, la población del mundo entero, incluyendo la de México, está creciendo a las edades más altas y la que está disminuyendo es la de la infancia. Entonces, hay menos niños y más adultos. La pirámide se está invirtiendo, y eso se está desperdiciando, se está echando a perder.

¿Hay un estudio, hay un fundamento científico en los planteamientos que usted hace en esta investigación?

Yo estoy en mi segundo pico, tengo 77 años, estoy en la franja 70 a 80. Pero este esto está basado en mis estudios de la de la ciencia del Dr. Tomatis, que se llama audiopsicofonología, por un lado, luego como el oído es integrador del sistema sensorial y el comunicador de todo de todo el organismo, el integrador de la personalidad humana.

Estoy basada también en estudios que he hecho de neurociencias cognitivas, sobre todo, y también de física cuántica. Entonces he hecho una síntesis para integrar todo lo que aportan de información y de posibilidades de esas tres corrientes y he hecho mi propia integración, mi propia síntesis y eso es lo que puse en el libro, es el fundamento científico.

¿Qué problemas detecta usted actualmente en los niños?

Lo más frecuente es TDA o TDAH incluso, o sea el que llaman trastorno de déficit de atención, que no es ningún trastorno porque no tiene ningún origen en alguna textura mal moldeada dentro del cerebro, no es un trastorno, es una consecuencia de la mala educación, justamente.

A los bebés, desde que salieron los celulares, los tranquilizan con el celular y eso es una buena medicina para los papás y los cuidadores que se quedan muy tranquilos, porque el niño está inmerso y se entretiene allí. Pero como de los cero a los 7 años se establecen las imágenes, los sonidos, los patrones, que van a regir la psicología de la persona, después ya como un hábito cotidiano, hasta su muerte. Pero entonces la educación se da mucho y por eso se dan las violencias, la falta de comunicación humana, se dan las emociones negativas. Los niños que lo absorben sin juicio crítico.

Entonces el TDA obedece a eso, por ejemplo, las imágenes de las pantallas que vemos a todas horas, cotidianamente, son vertiginosas, son demasiado ágiles, no da tiempo de ningún proceso, nada más da tiempo de integración, sin juicio. Están las imágenes y están los contenidos de texto también, no lleguemos tan lejos, por ejemplo, los corridos tumbados, que son terribles, hay mucha información auditiva, textual, en canciones, en palabras, en textos, en todo lo que se habla y por todos los sentidos nos bombardean con todo eso.

¿Eso influye en digamos, el nivel del desarrollo de la atención?

Tenemos normalmente una actividad autónoma del cerebro —que Santa Teresa de Jesús le llama la loca de la casa—, porque es un pensamiento continuo, pero no coordinado, no organizado, sino bombardeo de pensamientos e ideas del tiempo pasado, del futuro, del presente y del todos momentos, pero sin tonificación, y eso generalmente ya se ha estudiado en neurociencias que nos ataca en general, a toda la población de cualquier edad, en un 47% del tiempo de vigilia diario. Eso es un antecedente muy frecuente en el Alzheimer, para acabar pronto.

Pero en los niños los lleva a no poder poner atención, porque no pueden acallar ese mundo activo que tienen dentro en el cerebro, esa información tan rápida y diversa, o se pueden centrar en poner atención a una cosa. Entonces, de ahí viene el déficit de atención.

¿Si tuviste un niño que durante 7 años estuvo alimentándose por pantallas, puede esperar uno que a los 8, 9 o 10 años tenga alguna consecuencia palpable?

Sí. Tiene problemas de aprendizaje porque no puede prestar atención, se dispersa, se molesta fácilmente.

Los maestros en secundaria por ejemplo se quejan que llegan niños que no saben las tablas y en prepa también hay quejas porque no ponen atención ¿Todo esto va influyendo?

Absolutamente, así es, incluso en el lenguaje que tenemos un lenguaje muy pobre en los jóvenes ahorita, no entienden muchas palabras que hace unas décadas eran de uso común cotidiano, no saben de qué se trata.

Todo esto viene porque están bloqueados, están integrados en un marco que se les da en los primeros años en los que reciben todo sin pensar y sin razonarlo, porque no tienen ese potencial todavía desarrollado. Esto es muy frecuente en las escuelas, problemas de aprendizaje, problemas de lenguaje, problemas de atención, problemas de comportamiento y todo se debe, no nada más a eso, sino a muchas cosas que van junto con eso darles a los niños las pantallas para que dejen en paz a los adultos,

¿Ahora, ya nos planteó el problema, pero usted también en esta investigación nos dice cómo revertir todo esto?

Para los niños tenemos por ejemplo, los programas Tomatis, que son maravillosos, son muy rápidos y muy eficientes; y se elaboran directamente orientados a las características y necesidades de cada individuo. Entonces allí tenemos muchísimos niños que han pasado por programa para TDA, con magníficos resultados, niños de 8, 10, 12 años, y jóvenes también.

Pero también hay talleres, como el que comenzamos a ofrecer en la Biblioteca “Rafael Meneses” en la Colonia Modelo, para adultos, maduros y mayores.

¿La propuesta es que también los adultos mayores o los abuelos tengan una intervención directa con los niños, a los nietos?

Así es, pero también los abuelos tienen sus necesidades individuales, personales, que también las atendemos con diferentes programas Tomatis. Los programas se hacen para las necesidades de cualquier persona, porque es una estimulación neurológica directa a la zona requerida en el cerebro, a la zona que lo necesita, porque hay zonas que se dedican más bien al control de la de la motricidad, de la visión o del lenguaje.

Esos programas van dirigidos al área afectada en el cerebro, pero también hay muchos recursos prácticos de cómo utilizar el lenguaje propiamente las potencialidades del oído con relación a la voz, las potencialidades de la postura; por ejemplo, ahora los niños en las escuelas están todos torcidos, echados hacia atrás o hacia enfrente sobre el escritorio y eso es lo peor para la conducción del sonido de la propia voz o del oído a través de los huesos, se necesita que el sonido pase por los huesos de todos los esqueleto para que llegue con mayor claridad al cerebro, entonces, las posturas son definido de esa claridad, y entonces si no se tiene en cuenta, ni se sabe.

¿Dónde pueden encontrar este libro o cómo lo pueden contactar?

Lo tienen ahí en la biblioteca Meneses, en la plaza Tutuli, en la colonia Modelo y tiene un costo de 250 pesos.

¿Los talleres qué fechas se estarán impartiendo?

Ahí en la misma biblioteca. Cada miércoles, a partir del miércoles 19 de febrero, de 6 a 7 de la tarde.

Vamos a trabajar cosas que también se pueden aplicar con los niños, como respiración, posturas correctas, ejercicios físicos sencillos, ejercicios de gimnasia cerebral, de olfato.