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Milagroso: pierda peso mientras duerme

Por Imanol Caneyada/

Ésta puede ser una promesa muy atractiva en la sociedad actual, que ha creado individuos sedentarios pero ansiosos por estar delgados; los productos milagro para adelgazar garantizan esta clase de fraudes, así como otros del tipo “pierda peso sin dejar de comer” o “contiene una sustancia devora grasa”

Siluetas perfectas y musculosas, éxito social asociado con la apariencia, delgadez como sinónimo de salud, eterna juventud, guerra a la grasa, a las llantas y a la panza, a la papada, a la flacidez: ser delgada o delgado se ha convertido en una obsesión en el mundo occidental, en una forma de vida, en una filosofía, pero también en una permanente frustración que lleva a la gente a creer en los milagros, siempre que estos prometan cuerpos extraordinarios sin ningún esfuerzo.

Fabricantes de productos para adelgazar, creadores de dietas, mercadólogos y publicistas han encontrado en esta obsesión del siglo XXI un nicho para enriquecerse sin mesura.

Pero la falta de escrúpulos de éstos, la ignorancia de los consumidores y la innata creencia en los milagros del ser humano amenazan la salud emocional y física de todos aquellos que creen en estos merolicos renovados.

La figura del vendedor ambulante de elixires crecepelo o de aumento del vigor sexual del viejo oeste americano, que antes de llegar al pueblo llenaba los frasquitos con agua del río, se ha convertido en el reclamo publicitario constante y ruidoso. Ambos tienen en común el engaño.

Pierda peso mientras duerme

Ésta puede ser una promesa muy atractiva en la sociedad actual, que ha creado individuos sedentarios pero ansiosos por estar delgados. Los productos milagro para adelgazar aseguran esta clase de absurdos, así como otros del tipo “pierda peso sin dejar de comer” o “contiene una sustancia devora grasa”.

Nutriólogos y médicos especialistas se han cansado de advertir el engaño de este tipo de productos y la imposibilidad científica de que actúen como aseguran. Sólo una dieta equilibrada y el ejercicio puede llevarnos a perder peso de forma saludable.

No obstante, la demanda sigue en aumento.

Si en algo apreciamos nuestra salud, es aconsejable aprender a identificarlos.

La Asociación Mexicana de Farmacología señala algunas de las características que distinguen la comercialización de los productos milagro adelgazantes:

Suelen aparecer en épocas concretas del año (antes del verano, después de Navidad…) con campañas publicitarias muy agresivas y de duración corta, con reclamos muy atractivos como “pierda peso sin dejar de comer”, “contiene una sustancia devora grasa”, “pierda peso mientras duerme”, etc.

Utilizan personajes famosos como reclamo, supuestos profesionales sanitarios que explican el producto y personas que aseguran haberlo probado.

En la publicidad, a veces, aparecen imágenes de antes y después, que son imposibles de comparar por el tamaño y calidad de las fotografías, vestimenta y postura de la persona, etc.

En estos productos se suele aclarar que no causan efectos secundarios porque son “totalmente naturales”. Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque sean naturales, pueden tener efectos secundarios, como por ejemplo alergias.

Ofrecen grandes pérdidas de peso en poco tiempo y sin esfuerzo.

Se comercializan en diferentes lugares, incluidos establecimientos sanitarios como las farmacias.

Suelen presentar un precio elevado.

En muchos casos la empresa que comercializa el producto no identifica el domicilio mercantil, o sólo proporciona un apartado de correos o número de teléfono, dificultándose así el proceso de un posible reclamo por parte del consumidor.

Esta misma asociación apunta cómo actúan realmente sobre nuestro organismo.

Para adelgazar rápido estos productos contienen ingredientes, principalmente, con una acción diurética o laxante pero también otros que estimulan el sistema nervioso.

5  producto milagroDiuréticos: producen una rápida pérdida de líquidos, lo que se traduce en una disminución del peso corporal.

Laxantes: aunque son útiles en algunos casos de estreñimiento, este problema también se puede resolver con cambios en la alimentación, incremento en el consumo de líquido y actividad física. Además, resolver un problema de estreñimiento no supone adelgazar. Un uso abusivo de laxantes fuertes puede provocar parálisis intestinal, pancreatitis o hemorroides, entre otros problemas.

Fibras: se emplean para aumentar la sensación de saciedad y comer menos ya que las fibras solubles tienen la capacidad de captar agua y formar geles solubles que retrasan la velocidad del vaciado gástrico. Por otra parte, las fibras insolubles aumentan el volumen de las heces, lo que evita el estreñimiento.

Estimulantes del sistema nervioso central: la estimulación del sistema nervioso central produce un aumento del gasto energético y, por tanto, pérdida de peso. Al estimular el sistema nervioso, el uso abusivo de estos ingredientes puede causar alteraciones del ritmo cardíaco, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, etc.

Todos los expertos coinciden en que la mejor forma de adelgazar es la de acudir con un especialista que diseñará un tipo de dieta de acuerdo con la edad, la altura, el género y las características del metabolismo de cada persona, acompañada de la práctica del ejercicio físico.

En este terreno al menos, los milagros no existen.

 

Vacío legal

 

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha lanzado alertas en repetidas ocasiones desde que este tipo de productos han invadido el mercado.

Según la institución médica, los daños que pueden provocar los productos milagro para bajar de peso soncardiovasculares, renales e incluso cerebrales.

Son daños multiorgánicos debido a que obligan al cuerpo a quemar grasas y metabolizar aceleradamente los alimentos. Suelen incrementar la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de sufrir derrames cerebrales,así como afecciones renales y del hígado.

A pesar de lo anterior, estos productos se siguen anunciando y están al alcance del consumidor sin que la autoridad limite o prohíba su venta ni sancione a los fabricantes.

La razón de ello lo explica el periodista especializado en divulgación científica Guillermo Cárdenas Guzmán en su artículo “Los productos milagro: ni placebo  ni panacea, sólo fraude”.

¿Por qué permanecen en el mercado estos productos fraudulentos?, se pregunta el especialista. Una de las razones principales (además de la credulidad del público y la falta de metodologías y presupuestos suficientes para investigación) es un marco jurídico insuficiente, que deja huecos legales de los que se aprovechan los productores y promotores para continuar con su negocio, se responde.

Y asevera en su texto: “El problema es que cuando las autoridades localizan a un fabricante de productos milagro y deciden aplicarle las sanciones correspondientes, algunos de estos embaucadores se amparan, o le cambian de nombre a su producto, o bien alteran las pautas publicitarias. De esa forma, mientras se resuelve el litigio o las autoridades sanitarias inician un nuevo procedimiento legal, el producto continúa anunciándose, en perjuicio de los consumidores. Otras veces la comercializadora simplemente paga la multa establecida, que va de 51 mil a 344 mil pesos. No es poco dinero, pero comparativamente, les cuesta menos la sanción económica que la campaña publicitaria, pues hay algunas de hasta 10 millones de pesos».

El millonario negocio de la pérdida de peso sigue creciendo. Una legislación ineficiente, la ausencia de un código de ética por parte de los fabricantes y la ignorancia y credulidad de los consumidores convierten a este mercado en uno de los peores fraudes de la actualidad.

Los milagros, si se trata de adelgazar, no existen.