«No quise humillar al secretario»
Andrea Lomelí, estudiante de tercer grado de primaria, no se arrepiente de haber corregido al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, por haber pronunciado de manera incorrecta la palabra «leer», y dijo que de ser necesario lo volvería a hacer, hasta con el presidente Enrique Peña Nieto.
La pequeña señaló que no fue su intención «humillar» al encargado de la cartera educativa en el país, sino corregir algo que estaba mal.
Estudiante afanosa, que lo comprueban sus calificaciones del bimestre pasado, cuando obtuvo «puros dieces», también es una aficionada a la lectura y sus materias favoritas son educación artística y español.
Amante del lenguaje y de los cuentos que por las noches le lee su papá Arturo, Andrea asegura que no tenía intención de ofender al secretario Nuño Mayer.
«Me sentí un poquito nerviosa al decírselo. Cuando oí que dijo ‘ler’… a mí no me gusta escuchar cosas que estén mal dichas porque a mí también me gusta leer. Cuando se despidió de mí le dije que no se decía ‘ler’. Le dije: ‘con todo respeto, señor, no se dice ler, se dice leer’. Sentí ‘ñáñaras'», platicó.
«Creo que lo tomó como si fuera un juego, como que no me hizo caso, en principio. Sentí que no me hizo caso. Pero si se volviera a equivocar lo volvería a hacer para corregirle su error y que no siga pasando», insiste Andrea.
Después de ello, aseguró que el funcionario no le hizo ningún comentario adicional. Cuando se le pregunta qué les corregiría a los políticos, dijo que deberían aprender a hablar con los niños puesto que, en su sentir, no saben comunicarse con ellos.
«A Nuño que piense más en el lenguaje de los niños y que practique su lenguaje», dijo y sonrió.
Andrea cursa actualmente el tercer grado de primaria y no le gustan las palabras «mal dichas», y por ello en casa corrige hasta a su mamá.
¿Corregirías incluso al Presidente de la República?, se le interrumpe en la conversación, que se desarrolló en un restaurante.
«Sí», asintió con la cabeza.
El lunes, cuando el episodio con Nuño Mayer se hizo viral en redes sociales, Andrea había llegado al estrado de la inauguración de la 36 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en la delegación Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México, porque su maestra sabe que le gusta mucho leer y le pidió que subiera.
«Mis papás son mis adultos favoritos porque me han enseñado muchos valores, a hablar con el corazón y decir lo que pienso, pero con respeto», dijo.
La niña se lleva las manos a la boca y en un susurro cuenta que su abuelita también vio bien la corrección al titular de la SEP: «Me dijo que estuve muy bien».
Por la práctica familiar, donde los papás les leen a los niños, es que Andrea sabe leer desde los cuatro años, y quien le enseñó fue su mamá. Ello le dio ventaja al entrar a la primaria y actualmente es una voraz lectora. Andrea es una niña inteligente e inquieta, a decir de su papá, Arturo, de 36 años. El señor Lomelí, quien es empleado de una tienda departamental, explicó que él y su esposa han criado a sus dos hijos, la niña y un pequeño de siete años, llamado Juan Pablo, para que sean honestos y digan lo que piensan, siempre con respeto a las demás personas.
Por esa manera de ver la vida y educar a sus hijos, les impresionó y causó preocupación que a través de un video de 30 segundos que se difundió en las redes sociales se dijera que Andrea, de ocho años de edad, había «humillado» al titular de la SEP. «Al decirle su error a Nuño me malentendieron porque dijeron que lo quise humillar, pero no quise eso, sólo quería corregir lo que dijo. Yo no quería humillarlo, quería corregir su error», insiste. La familia Lomelí es asidua de las ferias de libros que se organizan en la Ciudad de México y los papás de Andrea han hecho el esfuerzo por inculcar el hábito de la lectura y del aprecio a las artes en ella y en su hermano, Juan Pablo.
Todos los días, los niños llevan actividades extracurriculares como clases de música y de natación; el señor Lomelí platicó en la entrevista que durante los embarazos de su esposa solían acercar audífonos al vientre de ella, para que sus hijos nonatos escucharan música. «Me gustan mucho los animales, tengo un perro que se llama Pupi. Me gusta mucho leer, leo de todo: cuentos, libros de suspenso, historias. Mi libro favorito es ‘El diario de un gato asesino'».
EL UNIVERSAL