‘Nos veremos las caras en la consulta’
La consigna retumba en el recinto del Senado horas antes de que la reforma energética sea un hecho consumado.
«¡Cárdenas está más vivo que nunca!», proclama el perredista Alejandro Encinas, custodiado por una imagen en cartón de 2.30 metros del General Lázaro Cárdenas ataviado con un maquinoff y botas militares en una foto de 1941.
Es la imagen del expropiador de la industria petrolera como fetiche del PRD en el epílogo de la batalla perdida, aunque el propio Encinas lo niegue.
«¡No estamos derrotados! ¡Estamos indignados! Y esta indignación aumenta nuestro espíritu libertario y nuestra rebeldía. Esta rebeldía la transformaremos en respuesta y en organización social. Ya nos veremos las caras en las urnas y en la consulta popular en el 2015. ¡Que viva Cárdenas y que viva México!», exclama el ex Jefe de Gobierno.
Repudiada por unos, venerada por otros, la figura de Cárdenas provoca polémica dentro y fuera del Senado.
A principios de semana, el ex dirigente panista Germán Martínez se regodeó de la «muerte» del General en un artículo de opinión que ayer provoca la reacción de Encinas.
«Se trata de una respuesta al nuevo innombrable, por su hipocresía e ignorancia», resume y advierte que Germán Martínez «alienta el encono» en una coyuntura en la que los panistas que no dejan de alardear que la reforma energética lleva el ADN azul.
Otra es la visión de Javier Corral, el único senador panista que votó en contra de las nuevas leyes.
«A mí no me da resquemor ver a Cárdenas allí (en el recinto parlamentario). Lo que sí es una falacia es decir que el PAN se opuso a Cárdenas por la expropiación petrolera. Nos opusimos a Cárdenas por la reforma al artículo tercero, donde Cárdenas quiso ponerle tres apellidos a la Constitución: laica, nacional y socialista», expuso.
Contrario a la apertura total del sector energético, Corral cita a Manuel Gómez Morín, el fundador del blanquiazul.
«Si se revisa el discurso de Gómez Morín contra la expropiación petrolera, lo único que no dice es que hay que devolverle los hidrocarburos a los extranjeros.
«Hasta allá no fue Gómez Morín en su crítica a la expropiación petrolera. Ese silencio no es casual. Es una autocontención por no decir: ‘hay que regresarle a los extranjeros la exploración, extracción y explotación del petróleo'», cita el chihuahuense.
Salvador Vega, de la bancada panista, comenta que le da gusto ver la imagen de Lázaro Cárdenas en el salón de sesiones por su condición de michoacano.
Pero censura la manera en que el PRD se aferra al pasado.
«Con esa incapacidad para el cambio, ellos que se dicen liberales», reprueba.
Figura clave para operar la apertura de Pemex, el priista David Penchyna no oculta su malestar con la figura del General que a ratos permanecía a unos metros del atril.
«Es deplorable. Es indigno de una izquierda unificada. Es un argumento ideológico trasnochado y falseado. Qué pena que se sientan dueños del patrimonio histórico», expuso el presidente de la Comisión de Energía.
La figura en cartón del Presidente expropiador arropó la irrupción de la bancada del sol azteca en el recinto parlamentario, encabezada por Miguel Barbosa.
«El General nos representa y nos anima mucho», dice el senador poblano. Apostados en el pasillo central, con la imagen en alto, los perredistas hacen la «V» de la victoria y se preparan para dar la última pelea.
Zoé Robledo y Fidel Demédicis suben al palco del tercer piso para desplegar una enorme manta con el poema Promulgación de la Ley del Embudo, del chileno Pablo Neruda.
«Los parlamentos se llenaron de pompa, se repartieron la tierra, la ley, las mejores calles, el aire, la Universidad, los zapatos.
«Su extraordinaria iniciativa fue el Estado erigido en esa forma, la rígida impostura. () Y al fin llevaron al congreso la Ley Suprema, la famosa, la respetada, la intocable Ley del Embudo», dice la manta.
Por la tarde, recargada en una de las paredes del salón de sesiones, la imagen del General permanecía inmóvil. Ya nadie reparaba en ella.
Con todo y Lázaro Cárdenas, la reforma se consumaba.