Nutrición en los ciclos vitales de la mujer

Cada ser humano tiene un camino único, y cuatro alas —como las de una mariposa— para recorrerlo: conciencia, autenticidad, acción y responsabilidad, para tener la libertad que nos conduzca a una vida con sentido
Por Marina Brauer
Con motivo del día Internacional de la mujer no podemos dejar de mencionar que a través de los siglos han estado aparentemente ausentes en muchos ámbitos a pesar de ser vitales en el desarrollo de la vida humana, gracias a su maravilloso don de la maternidad.
Es importante saber que en los anales de la historia casi no se mencionan las mujeres que se han destacado en la ciencia, la historia y la medicina, y las que lo han logrado se han enfrentado a muchos obstáculos para desarrollar sus capacidades, y las que se destacaron no se les ha reconocido y en muchos casos ni siquiera son mencionadas en los libros o las enciclopedias.
Por lo que las invito a ser como “Las alas de la mariposa”. Cada ser humano tiene un camino único, y cuatro alas —como las de una mariposa— para recorrerlo: conciencia, autenticidad, acción y responsabilidad, para tener la libertad que nos conduzca a una vida con sentido y poner al mundo el ser privilegiado que somos las mujeres en el planeta.
Primera etapa de la mujer
En la mujer la pubertad comienza a tener cambios hormonales como consecuencia de la maduración del sistema hipotálamo: hipófisis ovárico como resultado de la secreción pulsátil a nivel del sistema nervioso central y a nivel del ovario se empiezan a presentar los ciclos femeninos con la consiguiente adquisición de la capacidad reproductora.
Aparecen los cambios físicos como los periodos menstruales (primer menarca), el desarrollo mamario (telerca) el vello pubiano (pubarca), la distribución de la grasa y el vello corporal y en forma menos evidente en algunos casos los cambios emocionales.
Dentro de los primeros 40 años de la mujer se presentan las siguientes etapas: Etapa fértil. Embarazo y lactancia, donde ocurren los cambios fisiológicos más importantes. Etapa de prevención, aquí se hacen las reservas de calcio en los huesos para prevenir la osteoporosis.
Por esto, es importante mantener la masa muscular ya que más adelante se va perdiendo y llevar una buena alimentación y rutina de ejercicios porque esto va a determinar en las condiciones que se va a llegar a la vejez.
En la adolescencia es importante cuidar el sistema nervioso y mantener la energía a través de una buena fuente de proteínas de origen animal, consumir huevo, cereales y granos fortificados.
Para mantener el crecimiento de los huesos, la salud de los dientes y reservar el calcio para los años de la menopausia se debe consumir cereales, granos, vegetales de hoja verde y lácteos bajos en grasa.
Para la absorción del calcio y la prevención del cáncer, fortalecer el sistema nervioso y el sistema inmunológico, es recomendable la luz solar por la mañana, pero solo hasta las 11 de la mañana y después de las tres de la tarde.
En nuestra ciudad es importante usar protección solar con un producto de calidad, no olvidar que se debe tomar agua por ser el principal componente del cuerpo humano, que posee un 75% de agua al nacer y cerca del 65% en la edad adulta.
Menopausia:
La menopausia es una etapa en el ciclo vital de la mujer y se define como la desaparición definitiva de la menstruación (debe pasar más de 12 meses de ausencia menstrual para su confirmación). Sin embargo, el término se usa con frecuencia para referirse al climaterio femenino donde se produce una pérdida gradual y progresiva de la función ovárica y reproductiva, así como cambios endócrinos, somáticos y psicológicos.
El cese del sangrado menstrual ocurre generalmente alrededor de los 45 a 51 años. Puesto que la vida media de una mujer ronda los 80 años. Cuando tienen lugar antes de los 40 años se denomina menopausia precoz.
Los síntomas suelen ejercer un impacto muy negativo, su intensidad puede variar considerablemente de una mujer a otra. Entre los principales síntomas vegetativos se presentan los sofocos, sudoración, parestesias, migrañas, vértigos, palpitaciones, opresión precordial, hipertensión arterial, zumbidos de oídos, congestión del bajo vientre, hinchazón, digestiones difíciles y estreñimiento.
También se presentan los estados de depresión, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, cambios de ánimo y humor, pérdida de memoria entre otros.
No podemos olvidar los procesos metabólicos como son la atrofia de la piel, sequedad vaginal, disminución de las glándulas mamarias, obesidad, hirsutismo (aumento de vello en cara, y otras partes del cuerpo), alteraciones circulatorias, cardiopatías, arterioesclerosis, piernas pesadas, calambres, várices, hemorroides, alteraciones óseas: osteoporosis, aplastamiento de los discos intervertebrales, disminución de la movilidad de las articulaciones y neuralgias.
El 40% de las mujeres en el periodo post-menopáusico presenta síntomas que requieres asistencia médica.
Ante una sintomatología tan profusa es natural que las mujeres puedan sentirse abrumadas porque los médicos les indican la terapia hormonal, sin embargo, todas las mujeres tienen mayor desconfianza sobre los efectos secundarios porque puede desarrollar un mayor riesgo de cáncer uterino de mama.
Dentro de las plantas medicinales se recomienda la soya por tener un alto contenido de isoflavonas (fitoestrógenos) que contribuye a disminuir los sofocos y sudores nocturnos, la fatiga y los dolores. Cuídense mucho y hasta la próxima.