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Pacientes con cáncer disfrutan de posada navideña

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

Cuando comenzaron los tamborazos y entró una trompeta a ritmo de “Viva Tepupa”, doña Olga Zepeda, dejó a un lado sus alimentos y se levantó como resorte de la silla para seguir a los músicos. No paraba de bailar.

Minutos antes, la señora Olga, micrófono en mano, había pronunciado unas palabras para todos los asistentes a la posada anual de pacientes en tratamiento de quimioterapia organizada por la agrupación “Suma de Valor” y enfermeros del área de oncología del IMSS.

“No se me desanimen, el cáncer ya es normal, es cosa de todos los días, pero tenemos que dar la lucha”, dijo con firmeza.

Oriunda de Ciudad Obregón y ya con avanzada edad, doña Olga empuja una andadera con una gran sonrisa. Hace unos meses, recuerda, fue atendida por cáncer de seno. Tras el doloroso tratamiento la “libró”.

“Debemos de estar muy agradecidos. Por algo Dios me permitió seguir aquí, me dijo ‘hey, tú todavía no y ni modo, aquí seguimos’”, cuenta con humor.

Así como doña Olga, un centenar de pacientes y familiares llenan el lugar.

Velente Figueroa, enfermero desde hace 14 años en el área de quimio, menciona que cada año organizan el convivio como una forma de abrazar, agradecer y mantener la esperanza viva.

Refiere que oncología es un área anímicamente muy delicada, por todos los casos que llegan a ver.

Para Don Armando Gómez, representante de “Suma de Valor” estos convivios refuerzan los lazos de amistad que a veces surgen en las salas de quimioterapia y a la vez, reavivan el ánimo.

Y es que añade, a diario decenas de personas desfilan por oncología, la misión de Gómez es mantener viva la llama de la esperanza entre los enfermos y hacerles ver que todo es actitud, fuerza de voluntad, tratamientos y mucha fe en que sanarán.

Por eso cuando suena la tambora en la Posada, no dudan en levantarse y bailar. Ni siquiera pensaron llegar a ese día y ahí están, bailando con la súper-banda. Viven agradecidos.