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Paso crucial al totalitarismo: Controlar el INE

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EL PRESIDENTE desea fervientemente controlar al Instituto Nacional Electoral (INE) y establecer así una democracia dirigida desde palacio nacional.

El órgano rector de los procesos electorales en este país dejaría de ser autónomo, como también han dejado de serlo otrora organismos tan importantes como el INEGI, el CONEVAL y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre otros.

Sin embargo, lograr que el INE se sujete a los deseos del Presidente, ofrece una relevancia especial. Quizá y el expresidente Felipe Calderón tuvo razón al advertir que en los próximos días moriría la Democracia en México, al prever una reforma electoral empujada por MORENA.

Habrá qué subrayarlo: México alcanzó mayores niveles de Democracia, credibilidad, representatividad política e hizo a un lado el régimen unipartidista, desde que el gobierno sacó las manos de los procesos electorales.

A fines del siglo XX, los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, lograron a través del padrón electoral, la credencial de elector con fotografía y la creación del Instituto Federal Electoral (IFE), dar pasos agigantados rumbo a la alternancia en el poder y el respeto a los resultados electorales, con credibilidad.

López Obrador quiere ahora controlar al INE, porque quiere dominar el panorama electoral a lo largo y ancho del país. Es decir, quiere asumir una actitud regresiva, al repetir la época en que el gobierno emanado del PRI, era el único.

El Presidente dijo ayer: “Lo que proponemos es que la reforma electoral incluya la designación de consejeros que ya no sean impuestos por los grandes intereses y hegemonías, sino que sean elegidos por el pueblo”.

Desde luego, miente.

Y, cual debe, le urge que personalidades como Lorenzo Córdova, el actual consejero presidente del INE y Noé Murayama, otro consejero que siempre ha enfrentado a la voluntad presidencial, queden fuera.

Primero el IFE reconoció la victoria de Vicente Fox en el año 2000 y el INE hizo lo que legalmente estaba obligado a hacer, para que Andrés Manuel López Obrador fuera presidente de México.

Sin embargo, acostumbrado a hacer su voluntad, para AMLO, Córdova y Murayama han sido “conservadores” y hasta “traidores a la patria”, cuando se han rebelado a los deseos presidenciales.

Para la historia, lo que Córdova ha dejado muy en claro, es que ha sido un extraordinario defensor de la legalidad y autonomía del INE, algo que “encabrita” al Presidente.

Pues ya la iniciativa presidencial que busca controlar a este enorme y trascendente organismo autónomo, está en el Congreso de la Unión.

Nadie duda que la aplanadora de MORENA, sin cambiar una sola coma, intente cumplir el capricho de López Obrador.

Sólo hay una esperanza: Que la unidad del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, eviten la mayoría calificada, necesaria para consumar una reforma constitucional.

… Y los expedientes “negros” de conocidos opositores a MORENA, empezarán a circular. Es la manera de hacer política en esta “cuatroté”.

APENAS HIZO bien el Gobernador Alfonso Durazo en separar de su gabinete a un colaborador vinculado a proceso por actos de corrupción… Rodolfo Castro Valdez deberá responder a un juicio en Baja California, acusado por peculado y otros ilícitos al firmar como secretario de Hacienda durante el gobierno de Javier Bonilla, al aplicar recursos en la construcción de una planta solar… Sin embargo, el Gobernador fue muy generoso con Castro Valdez, al decir que el ahora exfuncionario presentó su renuncia como Jefe de la Oficina del titular del Ejecutivo estatal y que “estar vinculado a proceso no significa que haya recibido una sentencia condenatoria”… Si bien tiene razón, también es cierto que la duda expone también la posibilidad de ser declarado culpable y sostenerlo en su cargo hubiera establecido un antecedente muy negativo y una falta de confianza en la estructura del Gobierno del Estado…