Perdió la Narrativa

Por Emiliano Gutiérrez Saavedra
Desde el inicio de las famosas mañaneras, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha tenido el control de la narrativa sobre los temas que a él le han interesado y, que lo blindan de los enormes y cotidianos problemas nacionales, con la inseguridad, la falta de medicamentos, las muertes de niños con cáncer, la falta de apoyo a las micro y medianas empresa, la falta de crecimiento económico, los moches de su hermano Pío y seguiría un largo etcétera. Temas que nunca aborda o en rarísimos casos solo de manera marginal y que se sale de ellos con el clásico “tengo otros datos”. Esta estrategia de comunicación política representa la esencia de su gobierno.
Sin embargo, a partir de la investigación y publicación de la Casa Gris, en la cual se involucra a la familia López Beltrán-Adams, hijo mayor del Presidente y su esposa —quien por cierto al parecer tiene dinero—, por posible conflicto de interés, ya que el dueño de esa casa en Houston es Keith Schilling, un importante directivo de la firma Baker Hughes, que tiene contratos millonarios con Pemex y que desde que ellos la habitaron se han ampliado. Adicionalmente se mostró la realidad sobre la suntuosa forma en la que vive él y su flamante esposa, muy apartada de lo que predica su señor padre.
La investigación y difusión que hizo el sitio de noticias Latinus y la organización Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad que revela que José Ramón, el hijo del Presidente, ha vivido entre lujos en Houston, Texas, que también difundió la periodista Carmen Aristegui. Provocó que el Presidente promoviera —como siempre lo ha hecho— desviar la atención del público a través de una narrativa agresiva contra empresas españolas asentadas en nuestro país y nuevamente sobre el periodista Carlos Loret de Mola.
Pero por primera vez, el Presidente perdió la narrativa, pese a numerosas acciones en sus mañaneras no logró alejar el tema. Ante ese inédito escenario en días pasados en Hermosillo, Sonora, dio a conocer los ingresos supuestamente devengados por el periodista, que prendió la llama democrática que existe en muchos periodistas, intelectuales y ciudadanos. Dónde obtuvo esos datos, tal parece que fue de la Secretaría de Hacienda o del Sistema de Administración Tributaria SAT. No se les dio un lindo pajarito.
Como todos sabemos el Presidente no debe de fomentar y más en estos tiempos denostar y propiciar el odio hacia los trabajadores de los medios de comunicación, baste señalar, que en el mes de enero han sido asesinados cinco reporteros en el país.
Adicionalmente se sumó al ataque y denostación de la periodista Carmen Aristegui, señalando que ella también, es una mercenaria de la información y de paso se llevó a todos los periodistas que cumplen con su función de informar y generar consciencia de la realidad que vivimos. Los medios de comunicación son una herramienta de la democracia, que se construye día a día.
Ha perdido tanto la narrativa que solicitó a través de una carta al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, INAI, que diera a conocer el salario de periodistas Loret de Mola. Pero nuevamente se equivocó, dicho Instituto no tiene atribuciones para obsequiarle esa información, como se lo señaló también por escrito. Lo que ocasionó se fuera nuevamente en contra los órganos autónomos luego de que éstos cumplieran con lo que marca la Constitución y la ley en lo referente a la protección de datos personales.
La familia López Beltrán-Adams en días recientes salió a aclarar lo de la Casa Gris, sin éxito, más bien profundizó el tema de tráfico de influencias al señalar la Sra. Adams que no sabía a quién le había rentado la mansión en comento y el hijo a informar que él es abogado de una firma en Houston, que pertenece ni más ni menos a los hijos de un magnate mexicano que ha colaborado con la presente administración dueño del Grupo Vidanta. No obstante, los dichos por la familia han estimulado a realizar más investigaciones sobre este asunto. Hay que esperar el desarrollo del conflicto de interés de la Familia presidencial y si es un tema de percepciones únicamente que no tiene derivaciones en conflictos de interés o corrupción.
Mientras tanto el Presidente ha perdido la narrativa y su estrategia de comunicación política, como sucedió en Tijuana donde periodistas asistentes a la mañanera hicieron un pase de lista de los periodistas asesinados y exigieron que no haya impunidad en los casos de sus compañeros de Baja California, Lourdes Maldonado y Margarito Martínez. Motivo que lo tiene abrumado y enojado, y así no se puede gobernar a una Nación. Baste con recordar que la Casa Blanca del anterior presidente fue el entierro de las políticas públicas que se generaron a partir de las grandes reformas constitucionales, así como de su credibilidad y prestigio internacional. La Casa Gris le hizo perder la narrativa y eso apenas comienza.