Perfilan prioridades 2016 para zona de Cerro de Trincheras
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) refrendó su compromiso con los trabajos de investigación en el Cerro de Trincheras, Sonora, uno de los sitios prehispánicos más importantes del noroeste de México, que el próximo año cumplen 25 de iniciados.
En un comunicado, la dependencia destacó el trabajo multidisciplinario de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y otras instituciones del país y de Estados Unidos que han develado el rostro oculto de la colina modificada por grupos humanos hace 900 años y que hoy da sentido a una población alejada geográficamente de las grandes urbes.
Así quedó asentado durante la jornada de talleres educativos, celebrada en el Centro Interpretativo de la Zona Arqueológica Cerro de Trincheras, al que asistieron autoridades del INAH, municipales, profesores de la localidad, museólogos especializados en vinculación con comunidades, arqueólogos, antropólogos, talleristas y estudiantes, para identificar de manera conjunta las necesidades culturales y educativas y perfilar el programa a seguir en 2016.
El próximo año, el INAH continuará trabajando con las instituciones educativas y el Ayuntamiento de Trincheras para generar exposiciones, actividades de divulgación y producción de materiales didácticos, informó Norma Ávila Meléndez, subdirectora del Programa Nacional de Espacios Comunitarios del Instituto.
Recordó que la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH desarrolla diferentes experiencias sistematizadas para acercar a la población del país al patrimonio. Una de las líneas de acción consiste en ofrecer asesorías y talleres a las comunidades, como ocurrió ahora en Trincheras, a solicitud del INAH Sonora.
El pueblo de Trincheras es la cabecera del municipio del mismo nombre. Se ubica a 230 kilómetros de Hermosillo en la región del desierto, donde en verano el termómetro rebasa los 50 grados.
Luego de transitar tres horas sobre la carretera federal 2, entre Santa Ana y Caborca, se toma el camino asfaltado de aproximadamente cuatro kilómetros que conduce hasta las faldas de un cerro de 170 metros de altura: ahí se asienta la zona arqueológica conformada por más de 900 terrazas prehispánicas edificadas con muros de piedras acomodadas sin argamasa para nivelar el terreno.
El asentamiento prehispánico está dividido del actual pueblo de Trincheras por la vía de un tren de carga, que cuatro veces al día interrumpe el silencio del extenso valle del río Magdalena en su trayecto de Benjamín Hill a Mexicali.
El poblado cuenta con escuelas de nivel básico, desde 2013 con una telesecundaria y a partir de 2014 con un telebachillerato comunitario Cecytes. Está por reabrir una biblioteca municipal.
El antropólogo José Luis Perea González, director del Centro INAH Sonora, recordó que desde 2011 —cuando el INAH abrió la zona arqueológica al público con la colaboración del municipio— se generó la posibilidad de tener un espacio cultural a nivel regional de vocación educativa.
“El INAH tiene claridad en desarrollar un papel activo en términos de lo que representan los monumentos históricos y arqueológicos en relación con sus comunidades y, en ese sentido, trabaja con el interés de construir el conocimiento científico ligado a los propósitos de éstas, a la forma en que se identifican con el patrimonio y en que lo usan social, cultural y económicamente.
A la jornada de talleres asistió también Migdelina García Reyna, presidenta municipal de Trincheras, quien resaltó uno de los ejes rectores de su gobierno: el impulso a la cultura y reiteró el compromiso de apoyar el Proyecto de Cerro de Trincheras para fortalecer las tradiciones e historia de su pueblo.
Rogelio León, cronista de la población y custodio de la zona arqueológica desde que abrió oficialmente al público, explicó que antes de que iniciaran las investigaciones el Cerro de Trincheras tenía otro rostro: era parte de la naturaleza.
Hoy se puede decir que la zona arqueológica se ha ido construyendo a lo largo del tiempo y ha crecido a la par de la comunidad, añadió Elisa Villalpando Canchola, arqueóloga del Centro INAH-Sonora.
“En 20 años de exploraciones ha habido un cambio sustancial en la percepción de lo que fue Cerro de Trincheras. Ahora se conoce que tuvo una organización social compleja con una jerarquía bien delimitada, reflejada en la arquitectura construida en el cerro donde existen áreas de uso común, sectores de acceso restringido a ceremonias, dos marcadores arqueoastronómicos y un espacio para producir ornamentos de conchas.
Recientemente se descubrieron importantes vestigios que dan cuenta de un elaborado tratamiento funerario”, detalló, al señalar que ello ha permitido que “adviertan la gran riqueza cultural desarrollada por los pueblos prehispánicos del desierto, tan brillantes como los mesoamericanos”.
Notimex