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¿Qué nos trae el FAOT este año?

Unas “Noches de Gala” austeras, con jóvenes intérpretes en vías de consolidación y sin ninguna figura internacional, contrastan con la presencia de Mijares y Aleks Syntek en la Plaza de Armas 

Por Imanol Caneyada

El pasado mes de diciembre el Instituto Sonorense de Cultura dio a conocer el programa del Festival Internacional Alfonso Ortiz Tirado, FAOT 2018, que se llevará a cabo del 19 al 27 de enero en Álamos, Sonora.

De inmediato, como ya es costumbre en estos tiempos de redes sociales, las críticas no se hicieron esperar, principalmente por dos nombres que enturbian la cartelera, al tratarse de un festival dedicado al canto lírico, aquel que interpreta el repertorio de lo que los expertos llaman “música docta”.

Me refiero a Manuel Mijares y Aleks Syntek, quienes, más allá de su calidad o falta de ella, forman parte de lo que podríamos llamar música comercial, más propia de la Expo Ganadera que de un festival que se considera cultural.

¿Manuel Mijares y Aleks Syntec no son cultura? En el sentido más amplio de la palabra, sí, al igual que el Komander o La Carpa de los Horrores, el espectáculo que el ayuntamiento de Hermosillo clausuró por su contenido hace unos meses.

El debate, una vez más, se centra en el hecho de que el escaso presupuesto público destinado a la cultura se invierta en un alto porcentaje en dos figuras de la música que se mueven en los espacios más comerciales de radio y televisión, es decir, altamente conocidos y reconocidos.

¿Cuál es la vocación entonces de un festival cultural dedicado al canto y la música?

En principio, los dineros de la hacienda pública deberían destinarse a acercar a la gente manifestaciones culturales habitualmente fuera del alcance de la mayoría, con la intención de enriquecer el acervo artístico de la comunidad.

Ese ha sido históricamente el argumento para justificar el subsidio a la cultura en todo el mundo, ese es el criterio de la Secretaría de Cultura. 

Programar a Mijares y a Syntek responde a una fórmula contraria, la de invertir el dinero público en aquello que la gente ya conoce de sobra, para ganarse el favor popular en tiempos en que el favor popular pude traducirse en votos.

Combinación de música popular y música culta

La cartelera del FAOT 2018 es, por fortuna, mucho más que los dos cantantes mencionados, y en sus diferentes escenarios combina un año más (como ya es tradición) el canto lírico con la música popular.

Una tradición que ha pretendido durante décadas crear un equilibro entre dos manifestaciones, la música culta y la popular, que, en principio, están dividas por una barrera infranqueable, pero que en el FAOT suele diluirse con bastante fortuna.

Concha Buika una de las voces más poderosas del flamenco en la actualidad.

En el escenario de la plaza de Armas, además de los dos intérpretes ya referidos, los asistentes al festival podrán conocer a una de las voces más poderosas del flamenco en la actualidad, ganadora del premio Grammy, y que cuenta con una versatilidad vocal que ha asombrado al mundo: Concha Buika.

Estarán también dos viejos conocidos de los sonorense, Lila Downs, con nuevo disco bajo el brazo, y el virtuoso acordeonista Celso Piña, quien a partir de la cumbia ha creado un muy personal estilo en el que fusiona toda clase de ritmos populares, acompañado siempre de destacados músicos.

Un sonorense universal pisará también el escenario de la plaza de Armas, Arturo Chacón, joven tenor consolidado ya en los foros más prestigiosos de la ópera en el mundo, pero que en esta ocasión interpretará un repertorio de música popular mexicana. Una lástima si tenemos en cuenta que estamos ante una de las voces jóvenes del canto lírico más reconocidas en el mundo y que suele interpretar personajes operísticos de gran dificultad y exigencia técnica.

Para los amantes de la bohemia y el bolero, Carlos Cuevas, ícono de un género que se resiste a morir gracias a que de tiempo en tiempo, cantantes muy comerciales lo reviven y lo relanzan al mundo.

Una muy agradable sorpresa en este foro es la presencia de la argentina radicada en México, Guadalupe Mediavilla, quien ya estuvo en Hermosillo, en el Está Cabral, ante un reducido público, con una propuesta musical que fusiona el klezmer de Europa del Este con ritmos latinoamericanos. Original, libre y seductora.

Y para terminar con este escenario, el de la plaza de Armas, los irreverentes sinaloenses, descarados y nostálgicos, Moustros (sic) del Espacio Exterior, que homenajean el rock más clásico, el de nuestros padres y abuelos, ese rock que late con la misma o más fuerza que antes.

La cereza del pastel del FAOT se supone que son las Noches de Gala, en el Palacio Municipal de Álamos, en donde el festival reafirma su vocación original, la de poder disfrutar de destacadas voces del canto lírico en homenaje al médico cantor, Ortiz Tirado, quien paradójicamente sobresalió como intérprete popular y no de ópera.

Por ese pequeño escenario, a lo largo de 33 ediciones (aunque las primeras, muy  modestas, no cuentan) han pasado grandes exponentes del canto lírico.

En este año, la 34 edición, la cartelera, en cuanto a nombres de reconocimiento internacional al menos, es muy modesta.

El reconocido tenor sonorense, Arturo Chacón, tendrá una participación estelar.

Los doce intérpretes que estarán en las sucesivas noches de gala son mexicanos (algunos sonorenses), muy jóvenes, con indudable talento y proyección futura, pero con carreras que apenas están consolidándose, es decir, ninguno de ellos ha llegado aún al nivel del propio Arturo Chacón, el veracruzano Javier Camarena (la sensación operística mundial en 2017) o los consolidadísimos Francisco Araiza o Ramón Vargas, por citar también a mexicanos cuyas trayectorias están a la par de los mejores exponentes internacionales del canto lírico.

Y es que en el mundo de la ópera, los “cachés” (los honorarios) son muy altos y aumentan conforme los y las intérpretes cosechan aplausos en los escenarios más prestigiosos y especializados en el mundo.

La cartelera de las Noches de Gala del FAOT 2018 está confeccionada desde la austeridad presupuestal, lo cual no tiene nada de malo, pues los invitados cuentan con el suficiente talento para pisar ese escenario.

Lo que podrán alegar los puristas es que el dinero invertido en Mijares y Syntek (baratos nos son), podría haberse destinado a un o una intérprete de talla mundial, para preservar el sentido primero del festival.

Tal vez la vocación del festival busque transitar por nuevos caminos y las Noches de Gala hayan dejado de ser la esencia del mismo.

Lo que es seguro es que del 19 al 27 de enero, las calles de Álamos se llenarán de miles de visitantes que, un año más, celebrarán la vida a través de la música, sea popular o culta.

La cartelera completa la pueden consultar en www.festivalortiztirado.com.mx.