Quiero dejar el alcohol, pero…

Si quieres dejarlo, primero identifica factores que intervienen en un mal hábito que afecta a tu salud, aquí te planteamos algunos puntos a revisar
Por Armando Godoy
Durante nuestra vida siempre nos enfrentaremos a retos que son complicados de superar. Y cambiar los hábitos suele ser un objetivo bastante común cuando hablamos de la salud, además de que siempre nos confrontará alguien con expresiones como: “El cambio está en ti; sólo necesitas mentalizarte; primero cambia tu forma de pensar y tu mundo cambiará; si no lo puedes cambiar es porque no lo has intentado de verdad…etc. Son buenas frases, y si fuera así de fácil, todos estaríamos sanos, ¿o no?
A continuación se explicará cómo es que no somos los únicos responsables de nuestras dificultades. ¿Crees que algún punto aplica contigo?
1.- La prohibición
Cuando queremos dejar el alcohol solemos evitarlo por completo, con la esperanza de nunca más consumir. No lo dejes de un día para otro, en cambio, reduce el número de vasos, botellas, latas, caguamas o barriles que consumes a la semana.
2.- La amistad
Acceder a las provocaciones para beber nos puede arruinar cualquier avance en el camino a la reducción del consumo de alcohol. Debemos ser directos y que se respete cuando decimos “No”. También es parte de la amistad el saber escuchar.
3.- La apariencia
La imagen que ofrecemos a los demás puede ser uno de los motivos para beber más; “Si termino más latas seré mejor”. Quizá debemos pensar un momento en todas las personas que, hemos visto, quedan en ridículo cada semana en redes sociales por causa del alcohol.
4.- El modelo a seguir
Tal vez, en casa, vemos que familiares toman cada fin de semana. Es una fuerte influencia que nos afecta sin que nos enteremos. Este puede ser el momento para dar un ejemplo diferente y razonar el por qué de nuestro actuar.
5.- La rutina
Cuando ya hemos pasado años con una rutina es difícil cambiar. Por ello es que, quien suele tomar en sábado, unas horas antes ya se siente ansioso. Una manera de evitarlo es cambiar las rutinas y hacer actividades gratificantes que no impliquen aquello que quieres dejar.
6.- La tentación
Mantener las botellas de vino como adorno, el refrigerador lleno de latas o pasar con el carrito por la sección de alcohol no es la mejor decisión. Al inicio será difícil ver una botella sin querer tomar “solo un poco”; evitemos torturarnos.
7.- Aislamiento total
Cuando llevamos tiempo sin consumir alcohol, solemos evitarlo a toda costa siempre. Pero es imposible mantenernos alejados, si nos ofrecen cervezas y vinos por televisión cada cinco minutos. Debemos empezar a “hacer las pases” con el alcohol y encararlo como si no fuera algo importante.
8.- Creer que el alcohol es el problema
Ver al alcohol o los que lo consumen como los villanos no es la solución. Debemos notar que lo gratificante beber es aquello que lo acompaña: amigos, diversión, tranquilidad, olvidar problemas, sentirse bien, entre otras. Lo que necesitamos es conseguir todo eso que queremos, pero de otro modo.
9.- Cargar el peso sin ayuda
Puede parecer mejor callarnos y solucionar las cosas sin preocupar a nadie. Y es posible, pero un profesional es capaz de analizar todas las razones que puedan ayudarnos a, o impedirnos, lograr nuestros objetivos.
*Psicólogo Armando Godoy
Cel. 66 23 26 82 67
Colaborador del Colectivo Conciencia Saludable
Fb @ConcieciaSaludableHMO