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Rebeca Villanueva, genuina lideresa

Por Feliciano J. Espriella/

De niña, inquieta y traviesa; de joven, inconforme; de adulta, activista social

(Primera de dos partes)

Rebeca Villanueva Oviedo es sin duda alguna una mujer polémica. Algunos la califican de agitadora profesional en busca de notoriedad, otros de oportunista que intenta posicionarse en la política a través de movimientos sociales y muchos más la han reconocido como lideresa cuando se ha puesto al frente de movimientos en defensa de la población.

En realidad es ama de casa como tantas otras, cabeza de su hogar, que lucha diariamente para sacar adelante a su familia. La diferencia es que no le ha temblado la voz para denunciar y oponerse a abusos y excesos de poder, tanto de gobernantes, como servidores públicos y hasta sus vecinos. Tiene más de 15 años encabezando luchas en pro del bienestar común.

Sin embargo, un movimiento social en contra del impuesto a la tenencia de vehículos que inició en Sonora el mes de diciembre de 2012 y el cual ella encabezó prácticamente desde sus inicios, le dieron una gran notoriedad no sólo regional sino nacionalmente. El movimiento conocido como «Los malnacidos» ha sido el movimiento social más grande que se haya dado en el estado de Sonora en las últimas décadas, y por los resultados, uno de los más exitosos.

El nombre Malnacidos surgió como corolario de una reunión con representantes de medios de comunicación, en la cual el gobernador Guillermo Padrés dijo que “no era bien nacido quien se oponía al desarrollo de Sonora”, como una manera de defender su propuesta para aplicar el impuesto vehicular.

Orígenes

Nació al igual que sus familiares por vía materna en Villa de Seris, en la capital sonorense, el 6 de abril de 1976. Es la hija menor de Raúl Villanueva Osio y María Dolores Oviedo Mezquita, tiene tres hermanos. Se crió y creció en Villa de Seris. Estudió su educación básica en el Colegio Muñoz, la preparatoria en el Colegio Soria y es pasante de licenciada en Derecho de la Universidad de Sonora.

Divorciada, madre de dos niñas.

Nos concedió entrevista exclusiva para Primera Plana. Nos fuimos directo al grano:

Rebeca, ¿Cómo fue que te involucraste en el movimiento en contra del «COMUN» o tenencia disfrazada como bautizaron el impuesto?

Recuerdo que estaba en una pastorela de una sobrina el jueves 13 de diciembre de 2012, en ese tiempo ya manejaba Twitter, aunque no tanto como ahora. Leyendo las noticias leí que acababan de aprobar el «Comun», una tenencia con la cual pagarían los carros de 10 años a la fecha el 3% del valor factura. Entonces volteo a ver e mi papá, quien tenía un carro viejo, un Lincoln 2004 con valor factura de más de 600 mil pesos, y le digo ¿Sabes que vas a tener que pagar más de 15 mil pesos de tenencia?

Y luego volteo con mi hermana que trae una camioneta 2007 y le pregunto: ‘Oye Ana Sofía ¿Tú cuánto vas a pagar?’, pues que tanto me respondió. Mi carro no pagaba tenencia, era del 2000, pero sí se me hacía muy injusto. Entonces empecé a preguntar y algunos me respondía que se irían a Mexicali a sacar sus placas. Mucha gente así lo hizo. Primas mías y conocidas se fueron y dieron de alta sus carros en el DF, en Puebla o Mexicali.

A raíz de la aprobación del impuesto “Comun” en Sonora, se involucró en el movimiento social de los “Malnacidos”, uno de los más exitosos en la última década.
A raíz de la aprobación del impuesto “Comun” en Sonora, se involucró en el movimiento social de los “Malnacidos”, uno de los más exitosos en la última década.

El viernes estuve mucho en las redes y en general todo el fin de semana en pláticas de lo que la gente pensaba hacer. En esas vi una convocatoria en las redes sociales a una reunión fuera del Congreso del Estado para el lunes 17 de diciembre a las 7:00 de la tarde, e invité a mis vecinos. Yo ya tenía una página con mis vecinos de Montecarlo y había hecho un grupo en Facebook de nombre «Comunidad Montecarlo», donde éramos 700 vecinos. Les dije que me parecía muy injusto que pusieran de nuevo el impuesto si ya lo habían quitado. Y allí empezamos.

Antes de continuar con el movimiento de Los Malnacidos, platícanos de esa agrupación de tu colonia y tus actividades anteriores como activista social.

Me casé en el año 2000, cuando iniciaban los fraccionamientos con concepto de privada y nos fuimos a vivir a Montecarlo, que era uno de ellos.

Iniciaron el fraccionamiento con un concepto muy moderno, algo a lo que no estábamos acostumbrados. Todas las privadas tenían de la parte de afuera contenedores de basura, colindando con las casas de las esquinas. Yo vivo en una esquina y mi patio colindaba con el contenedor. Supuestamente los vecinos íbamos a sacar la basura los días que pasaba el camión, pero creo que no teníamos la conciencia ni la educación de cómo utilizarlo y se usaban como basurero diario. Siempre estaba repleto de basura. En esas fechas todas estábamos teniendo nuestros hijos y el contenedor estaba lleno de pañales y desperdicios, llegue a tener hasta perros muertos y una olla llena de frijoles regados por todos lados. Era muy incómodo, se generaba mucha fauna nociva, cucarachas, ratas, moscas, malos olores y otras molestias.

Empecé a comunicarme con la gente de la constructora, vendedores, el gerente y hasta los ingenieros para ver cómo le estaban haciendo en otras ciudades donde también tenían fraccionamientos. Hubo medios de comunicación interesados en el tema, Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento, bueno, estuvimos trabajando muchísimo, hasta que en 2011, casi once años después, logramos que los quitaran y que empezaran a entrar los camiones recolectores.

Fue un logro muy importante, pero a raíz de nuestra inconformidad el mismo ayuntamiento ya no permitió que otros fraccionamientos tuvieran ese sistema. Así empezó mi activismo social, derivado de la defensa de mis hijas.

Yo siempre fui muy traviesa, demasiado inquieta, mi abuelo me decía que era la caponera. Recuerdo que cuando estudiaba preparatoria nos cambiaron en el Colegio Larrea de la colonia periodista al centro de la ciudad; las instalaciones no estaban completas y el salón que nos tocó no tenía refrigeración, nos negamos a movernos hasta que nos la pusieran. Era muy amiguera, siempre organizando las fiestas de mi familia, pero un liderazgo social lo tomé a raíz de lo de los contenedores de Montecarlo.

En esas andanzas logramos en 2010 que cerraran el vado del río, así como la construcción de un puente que nos evitara dar rodeos de cerca de dos kilómetros en cada sentido para acceder al fraccionamiento. Implicaba caminar mucho y gastar mucha gasolina. Entonces un buen día compré ocho cartulinas, un plumón y ahí me voy pegándolas con el mensaje: «Hoy reunión de vecinos a las 6:00 de la tarde».

Las puse en Montecarlo, Villa Bonita y en el Súper del Norte y hablé a varios medios de comunicación. En ese tiempo no manejaba redes sociales, pero a las seis de la tarde estaba lleno de vecinos, fueron yo creo que más de 600 residentes de Villa Bonita y Montecarlo. Allí fue donde conocí al Maloro quien acababa de ganar la diputación federal y nos había donado una patrulla como diputado local.

Tomamos la decisión de tomar la calle para que nos devolvieran la vialidad como la teníamos (de transitar un tramo en sentido contrario) hasta que nos hicieran un puente. Solicitamos también retornos internos en la colonia que no había para ciertas privadas que les urgía, y tras muchas vicisitudes nos pusieron un puente horrible y tuvimos que presionar para que lo modificaran, lo cual al fin obtuvimos.

Fue entonces cuando los residentes me solicitaron que tomara la presidencia de la asociación de vecinos, lo cual acepté encantada y empezamos a trabajar mucho por la colonia. Construimos áreas verdes, pusimos una patrulla, nos empezamos a mover mucho. Entre otras cosas logramos controlar una bandita de chamacos residentes de las dos colonias que ‘nos traían lázaros’, para lo cual hicimos varias reuniones en las que invitamos a las autoridades y finalmente acordamos hacer un toque de queda interno a partir de las 11:00 de la noche, hora en la que ningún menor podía transitar por las colonias y las autoridades nos apoyaron con rondines. Como los teníamos ubicados hablamos con los padres de familia, a uno se lo llevaron fuera de la ciudad, a algún otro lo internaron en una academia y sólo uno de ellos siguió delinquiendo y terminó preso.

Así estuvimos trabajando mucho, mucho y lo seguimos haciendo.

El activismo social de Rebeca Villanueva inició desde la confirmación de un comité de vecinos en su fraccionamiento.
El activismo social de Rebeca Villanueva inició desde la confirmación de un comité de vecinos en su fraccionamiento.

Qué curioso. Rebeca Villanueva acudió a la primera reunión de protesta por el impuesto del Comun atraída por una convocatoria. No fue invitada y ni siquiera era afectada directamente, pero desde esa misma reunión se convirtió en una de las principales figuras que encabezaron el movimiento que no sólo logro las más grandes concentraciones de protesta que se hayan visto en el estado de Sonora, sin que según la percepción de una gran cantidad de analistas políticos, también inició el principio del fin del Padrecismo.

En nuestra próxima edición continuaremos con las vivencias de nuestra entrevistada en el movimiento de «Los malnacidos». También nos platica de su cercanía evidente y manifiesta con al presidente municipal electo de Hermosillo, Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez, el «Maloro», y su sentir en torno a una eventual incursión activa en la política.