Renovarse en Primavera

(Primera parte)
Por Marina Brauer y Téllez-Girón
Equinoccio de Primavera. El domingo 20, a las 00:33 h local, el Sol toca el Ecuador Celeste, iniciando así la primavera para el hemisferio Norte de la Tierra y el otoño para el hemisferio Sur.
Por lo que la llegada de esta estación es una época de apertura pero también puede generar problemas especialmente para las personas sensibles al polen ya que se inician las alergias desde leves hasta muy severas en especial para los niños y las personas mayores. Conocer cómo afecta al organismo permite aprovechar su impulso de crecimiento y evitar sus trastornos más frecuentes.
De acuerdo con la medicina tradicional china, el frío invernal condensa todas las energías en el interior de nuestro cuerpo, lo cual densifica los huesos y previene enfermedades como la osteoporosis por ejemplo. Durante los meses oscuros nuestro metabolismo también se ha concentrado. Pero ahora nuestro cuerpo y, en realidad todo nuestro ser experimenta un nuevo despertar. Es importante recordar que para la medicina china la Madera es el elemento que rige la primavera y no debemos olvidar que la Madera gobierna la vesícula biliar y el hígado. El elemento Madera se refiere a las entidades vivas y en desarrollo. Rige el cuerpo humano, las plantas y los árboles; todos ellos son elementos en crecimiento: el tronco y las ramas en el caso de las plantas y los árboles y la columna vertebral, los miembros y las articulaciones en el caso de los humanos. El desequilibrio de este elemento en las personas podría causar problemas de columna, flexibilidad escasa o crecimiento lento, retrasado o escaso. La artritis por ejemplo se considera problema relacionado con la Madera. Por lo que se refiere a la dimensión psicológica, la Madera se corresponde con la idea de claridad mental y con la capacidad de planificar y tomar decisiones.
También pueden surgir problemas derivados del otro extremo es decir, un elemento Madera excesivamente desarrollado puede hacer que tratemos de organizar todo lo que nos rodea, incluyendo la vida de los demás. Las personas con este tipo de carácter difícilmente pueden relajarse, lo que les provoca dolores de cabeza y tensiones en el cuello y la espalda.
Si nosotros tenemos bien ajustado el cuerpo este puede ser un periodo de felicidad que nos permita caminar descalzos en el jardín, en el campo o la arena de la playa.
El primer aliento de los cielos de este planeta y de nuestro cuerpo rebosa plenitud, salud y potencialidad. De nuevo celebran su boda el Cielo y la Tierra; la Tierra sube hacia arriba y se hace partícipe de la energía creadora del Cielo, y este desciende dando forma y realidad a los seres vivos. Lo tenemos todo a nuestro favor y es sensato aprovechar ese empuje para rehabilitar nuestro cuerpo, desde la piel hasta la médula de los huesos.
Nuestras células también se están sacudiendo el invierno de encima, como un perro se sacude el agua tras un chapuzón. Eso implica unas exigencias bioquímicas que conviene apoyar para que todo vaya bien. Es importante saber que hay dos grandes grupos de personas: las que son más o menos sanas y no tienen ningún problema y aquellas otras que en esta época del año experimentan algún desequilibrio como la
fatiga, las alergias severas, fiebre del heno, úlceras estomacales, astenia, melancolía y depresión primaveral, y todo esto son sólo avisos de la madre naturaleza para restaurar la armonía perdida. Para ello es muy importante escuchar nuestro cuerpo y que nos está pidiendo suavemente o imperiosamente, por lo que debemos estar atentos que parte de nuestros órganos están más urgidos de atención y depuración, no se debe olvidar que el hígado y la vesícula biliar son los principales órganos relacionados con la primavera. Ambos son esenciales porque realizan la digestión y procesan las sustancias que ingerimos.
El hígado es un órgano que realiza más de 500 funciones, aunque la principal es almacenar y distribuir por el cuerpo los alimentos que consumimos, y filtrar las toxinas de la sangre para descomponerlas y eliminarlas. Es el órgano más grande del cuerpo y está situado en la parte superior derecha. Otra de sus funciones muy importantes es transformar las grasas (lípidos) y las proteínas (aminoácidos) en glucosa, el azúcar simple que utilizan las células, el hígado regula las concentraciones de azúcar en la sangre. Además, crea tanto coagulantes como anticoagulantes beneficiosos para la circulación de la sangre. También desactiva hormonas como las sexuales, o la de la glándula tiroides, de forma que influye en nuestro metabolismo.
La vesícula biliar está situada en la parte inferior del extremo final del hígado y sirve para segregar y almacenar la bilis necesaria para la digestión. Su importancia es fundamental para descomponer las grasas y además, concentra la bilis permitiendo la absorción de agua. El mal funcionamiento de la vesícula puede producir gases, calambres estomacales sobre todo en la parte superior del abdomen.
Enfermedades de la primavera
-Cálculos biliares son cúmulos de minerales que se forman en la vesícula biliar; y en algunas ocasiones también se forman en el hígado.
-Cálculos pigmentarios están compuestos principalmente de bilirrubinas insoluble presente en la bilis. Su origen se asocia a enfermedades que las que aumenta la cantidad de bilirrubina, como infecciones, destrucción de glóbulos rojos y alteraciones de las funciones hepáticas.
-Cálculos de colesterol, el colesterol es relativamente insoluble en agua, por lo tanto para fluir libremente por la bilis se mezcla con sales biliares y la lecitina, que lo solubilizan. Cuando por culpa de nuestra dieta el colesterol es excesivo o existe una insuficiencia de las sustancias que ayudan a solubilizarlo, pueden formarse cristales de colesterol. Los cristales no son visibles a simple vista, pero a medida que se van uniendo entre sí pueden alcanzar el tamaño de un chícharo. Este tipo de litiasis se da sobre todo, en mujeres obesas mayores de 40 años que han tenido hijos y que tienen antecedentes familiares de cálculos.
-Alergias Primaverales. Las alergias se relacionan con la primavera, pues es el momento en que se manifiesta con mayor virulencia. Los motivos que las provocan son: El aire que respiramos se llena en primavera del polen y otras sustancias extrañas para nuestro sistema inmunológico.