
Más de 150 perritos del refugio “Vidas con Causa” requieren el apoyo de la comunidad hermosillense para “mudarse” a nuevas instalaciones con más espacio y menos estrés
Por Rigo Gutiérrez E.
Lo que comenzó como un acto de amor y compasión a una perrita abandonada a las afueras de una escuela, con el tiempo se multiplicó y hoy es todo un “santuario perruno” que aloja más de 150 canes con historial de maltrato y que aspiran algún día de nuevo a recibir cariño.
En el Refugio “Vidas con Causa” las mascotas son rehabilitadas de la mano de Susana Cabral y su esposo. Ahí, junto con un ejército de voluntarios, les brindan protección, cariño, pero sobre todo un hogar.
Susana platicó a “Primera Plana” cómo comenzó esta iniciativa que, precisamente después de la etapa de la pandemia por Covid en 2020, comenzaron a recibir a más “inquilinos” porque la gente los abandonó. Hoy el terreno donde los albergan ya no tiene capacidad y buscan mudarse a un nuevo predio, pero eso implica gran costo, por lo que solicitan ayuda de la sociedad.
¿Cómo nace la idea de este albergue para perritos? ¿Qué fue lo que los motivó?
El Refugio “Vidas con Causa” surgió hace 11 años. Mi esposo fue el que lo inició. Él es pensionado y siempre ha sido amante de los perros. Y todo empezó cuando una vez recogimos a una perrita que estaba preñada; la llevamos a un terreno que tenemos al poniente de la ciudad y le comenzamos a dar de comer, hicimos una casita, nacieron los perritos y ahí empezó la idea de hacer un albergue.
Comenzó, trabajando con 20 perros, luego fueron 30 perros que ayudamos…
¿Cuál es el propósito, rescatar, adoptar…?
La finalidad es ayudar a rescatar a los perros que están en situaciones de peligro. Entonces después de que se hace toda una labor para poderlo socializar nuevamente, primero se les cura de salud, quitar garrapata, se les brinda medicamentos, vitaminas, buen alimento…
Se le socializa para que no tengan miedo a la gente si es que les hicieron daño, hay todo un tratamiento y posteriormente se ponen en adopción.
¿Cómo es el proceso de adopción?
En el albergue todos están en adopción. Obviamente hay unos que salen más rápido que otros. El tamaño tiene que ver mucho, los más chiquitos salen más rápido que los grandes.
Hay unos que no es tan sencillo que la gente los quiera adoptar, porque ya están más viejitos, o que requieren un cuidado especial porque tienen epilepsia, o que están con tres patas o algún tipo de enfermedad, entonces ahí se van quedando más tiempo, pero no pasa nada nosotros nos dedicamos a cuidarlo.
En la pandemia, obviamente hubo un abandono tremendo de perros, mucho maltrato, entonces esto creció. Ahorita tenemos 172 perro tenemos.
¿Cómo es tener un albergue con 172 perros?
Es dedicarse 24 horas, los siete días de la semana.
Estamos gastando una tonelada y media de croquetas mensuales. Tenemos veterinarios, hay que tener medicamentos. Le pagamos sueldo a una persona que nos ayuda porque son muchos perros y hay que limpiarles, cambiarles el agua, darles de comer, tenerles casitas, bañarlos, vigilar que estén bien.
¿Cómo recibieron esa “alza” de perritos tras la pandemia?
Cuando mi esposo atendía él solo el albergue eran 40 perros, más o menos… en la pandemia, se nos disparó, una vez llegamos a tener 210 perros. Entonces, fue algo bastante fuerte y afortunadamente, sí había manera de poder dar en adopción. Pero hubo mucho abandono definitivamente. No nos dábamos abasto ni nosotros ni las rescatistas.
¿En los rescates de perros con qué tipo de situaciones se han encontrado?
La sociedad nos dice y vamos, o si andamos en un sector y vemos a un perrito en abandono, todo siempre y cuando haya capacidad. Nos tocó el caso de un perrito en la Colonia Villa Verde que de plano estaba “en los huesos”, ni siquiera se levantaba, me acerqué a la propietaria le pregunté por qué estaba así y me dijo que no quería comer, que tenía mucho enfermo. Entonces nosotros le empezamos a dar de comer, lo llevamos al veterinario, traía coccidioidomicosis —enfermedad que afecta a los huesos—. Y empezamos a hidratar al perro, a darle comidita, darle medicamentos, tratamiento y el perrito ahí anda ahorita…
¿Les ha tocado ver de todo entonces en la calle?
Sí y casos más extremos, a mí no me ha tocado en lo personal, pero he recibido perritos que son víctimas de abusos más fuertes, sexuales, o violencia muy marcada. Nosotros los rehabilitamos. Los perros son muy nobles, pero pues obviamente responde como lo tratan.
¿Platíquenos sobre este proyecto que tienen para mudarse a un nuevo albergue, ahora que tienen más perritos?
Estábamos en un terreno cerca del Boulevard Serna, pero nos vamos para el lado del aeropuerto, el Ayuntamiento nos dio en comodato un terreno de media hectárea y ahí estamos precisamente adecuando para poder llevarnos a todos.
¿Qué necesidades tienen para este para este nuevo refugio?
Ya vamos a empezar a cambiar jaulas. La idea es mejora las jaulas y casitas. Instalación de mallas ciclónicas y mallas sombra.
Ya han apoyado empresas como maquiladora Zobele, Promotora de Hogares, también recibimos apoyo del Gobernador pero hacen falta muchos recursos todavía.
¿Cómo les puede apoyar la sociedad?
Hace unos meses abrimos una recaudación de fondos en la página https://www.gofundme.com/f/salva-vidas-ayudanos-a-reubicar-nuestro-efugio-canino ahí se pueden hacer donaciones.
También si están interesados en donar en especie o dinero pueden visitarnos en Instagram o Facebook, nos mandan mensaje y nos ponemos en contacto. Toda la ayuda sirve y es muy bien recibida.
Actualmente el Refugio Vida con Causa tiene varios programas abiertos a la participación social, de tal forma que hay más de 300 voluntarios que apoyan con sacar de paseo a los perros los sábados y domingos. Consiste en caminar con un perrito alrededor de 20 minutos y así con otro.
También hay otro programa donde la persona se convierte en “Padrino” de un perrito y dona 220 pesos mensuales, con eso apoya para pagar gastos de alimentación, veterinarios, mantenimiento en general. Añadió que son Asociación Civil y todas las donaciones son totalmente transparentes.