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Rondalla Matices: proyecto entre vecinos para alejar a jóvenes de las drogas

Inició hace diez años entre vecinos de la colonia Las Isabeles, su objetivo es evitar que los jóvenes caigan en las drogas; este año, la rondalla femenil ganó el primer lugar en  concurso que se realizó en el Palacio de Bellas Artes

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

Todo empezó con un breve mensaje que llegó al celular de Paty a principios de año: “Hoy vamos a ensayar a las seis en casa de Nallely”. Esa tarde llegaron 14 jovencitas dispuestas a dejarse envolver por el sonido de la guitarra, sin imaginar el potencial de sus manos y voces.

Al menos ocho de ellas no sabían ni de tonos ni de cuerdas, solo buscaban un espacio donde estar, aprender y quizá ser algo más.

Las muchachas ganaron el primer lugar de entre 50 rondallas de todo el país.
Las muchachas ganaron el primer lugar de entre 50 rondallas de todo el país.

Ricardo Villa, maestro de la “Rondalla Matices”, platica que el proyecto inició diez años atrás, cuando apenas estaba en preparatoria. Junto con sus vecinos se juntaban los viernes, sacaban las guitarras, pasaban el rato haciendo música. Con el tiempo descubrió el alcance que podía tener el proyecto.

Él vive en la colonia Las Isabeles, al norte de la ciudad, un sector golpeado por la violencia, robos y los vicios en cada esquina. En el 2010 decidió darle un giro a su iniciativa, creando una rondalla para encausar a los muchachos. El resultado fue positivo.

“En mi barrio sí hemos alejado a varios jóvenes de las drogas, los hemos ayudado; pero el mayor impacto lo veo con las muchachas, muchas de ellas dicen que si no hubiera sido por la rondalla, hubieran dejado la escuela”.

Y es que con las jovencitas el maestro tiene apenas unos meses trabajando, pero salta a la vista su satisfacción por los logros.

“Ya no es un lugar a donde vienes aprender a tocar guitarra. Ahora es un proyecto integral donde mi objetivo es salvar —si se le puede llamar así— a los jóvenes de los vicios, de las drogas, y trabajar duro para alcanzar objetivos. Ahora más que sacar canciones, lo que hacemos es trabajar con la disciplina. Mucha técnica, mucho ensayo”.

Parte de esta disciplina, cuenta el también docente de preparatoria, llevó a Matices a tener destacadas participaciones en el Concurso Nacional de Rondallas de la Ciudad de México (CONACIME) desde 2006.

“Ellas encontraron un sentido de vida a través de la música”

Hace dos semanas, la rondalla femenil debutó el CONACIME. Ahí había otras 50 rondallas del país. Pero las ganas y la entrega de las muchachas resonó en el Palacio de Bellas Artes de la Cdmx y obtuvieron el primer lugar.

Son jovencitas de entre 17 a 24 años, que aparte de ir a la escuela, tener amistades y proyectos personales, en Matices llevan una marcada disciplina artística.

“Hay diversas dinámicas en lo musical, desde canto, actuación, proyección escénica y siempre vemos el aspecto de los valores, del noviazgo, les hablo fuertemente sobre las adicciones”.

Esta rondalla tiene un rasgo muy peculiar, tanto el grupo de hombres como de mujeres, ensayan en las viviendas de los integrantes. Los vecinos a veces acuden a curiosear y disfrutar de las voces.

Uno de los principales objetivos de este proyecto es alejar a los jóvenes de las drogas y darles un sentido de vida a través de la música.
Uno de los principales objetivos de este proyecto es alejar a los jóvenes de las drogas y darles un sentido de vida a través de la música.

Ricardo comenta que los papás son los más contentos. Pues en algunos casos, las jovencitas, previamente pasaron por problemas como depresión, no querían ir a la escuela, ni trabajar.

“A los papás les digo que no tengo una fórmula, ni es un lugar secreto, no les prometo ‘aquí y va cambiar’. Pero sí le digo, ‘meta su hija aquí y le vamos a orientar por el camino del arte’. Los papás ven cambios como que son más seguras, el autoestima, el promedio en la escuela. O desde algo tan básico como que tiende la cama”.

Con los 15 chicos, Ricardo todavía es más estricto. Sin embargo, reconoce que a través de la misma disciplina de los ensayos han logrado cambios.

No hay tiempo que perder

En la sala o en el patio de una casa de Las Isabeles, los chicos comienzan a rasgar duro sus guitarras, el entusiasmo cada día va subiendo de volumen, sus talentos se van puliendo continuamente al calor de la práctica.

Para estos jóvenes, los boleros, las rancheras y las baladas marcan una pauta que, quizá sin saberlo, pone orden a sus vidas.

Por eso también, cuando se le cuestiona al maestro si esperan un apoyo de las instituciones culturales, responde sin rodeos: “lo hemos intentado, pero no podemos perder tiempo”.

Matices, es un proyecto donde los mismos jóvenes se las ingenian vendiendo hamburguesas o manzanas, porque el mundo burocrático es lento y cerrado.

Los ensayos son itinerantes, tienen como sede las viviendas de los integrantes, hasta donde llegan los vecinos de Las Isabeles.
Los ensayos son itinerantes, tienen como sede las viviendas de los integrantes, hasta donde llegan los vecinos de Las Isabeles.

“Se apoya a cierta cultura que ellos mueven, para nosotros perder tiempo es perder morros que pueden irse a los vicios y yo no puedo perder un día de no ensayar porque ese día que no ensaye, el morro se va ir a fumar un cigarro. Entonces yo no voy a perder tiempo”.

Los viajes a concursos los costean entre todos, e incluso comenta que a veces termina poniendo de su bolsa, sin embargo no le preocupa y va más allá “si de esto se va tratar para que ellos sean mejor persona, para que Hermosillo se sitúe en mejor lugar, pues hay que hacerlo, no podemos perder el tiempo para hacer el bien, porque nos come el mal, no hay de otra”.

Oportunidad para ser mejores

El maestro y sus 30 alumnos ahora se preparan para próximos eventos nacionales a los cuales fueron invitados, tiene claro que así es como aporta su granito de arena para mejorar la sociedad:

“Es mi oportunidad de dejar una patria más chila, mejor, en lo que alcance, pero uso el pretexto de la música para enfocar a los morros a la disciplina. Fuera de mis trabajos, los lunes, los miércoles y viernes en la noche ahí tenemos a las 15 muchachas de pie, trabajando, trabajando”.