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Rosa Vilà receta dosis de alegría con su “Jarabe de Cuento”

Por Yesúa Molina/

Rosa felicidades por tu maravillosa  labor, mi hija se llenó de envidia cuando le contamos que visitaste al abuelo y ella no estaba ahí para escucharte…”, es uno de los mensajes que se pueden leer en el boletín interno del Hospital CIMA.

Y es que adicional a su tratamiento, “el abuelo” de 81 años, recibió por prescripción médica una cucharada de Jarabe de Cuento.

Él y su familia conocieron el cuento clásico de León Tolstói, La Camisa del Hombre Feliz, una reflexión acerca del valor que se le da a lo que se posee. A través de la narración, Rosa Vilà Font muestra que el bienestar no se alcanza con las posesiones sino con la capacidad de disfrutarlas.

Permanecer con vida bajo cuidados médicos y de los seres queridos es poseer riqueza, algo que el personal de Hospital CIMA quiere que sus internos recuerden.

Los martes por la mañana, las habitaciones de los pacientes en el Hospital se iluminan para recibir el medicamento que Rosa suministra, un cuento… o varios, acompañado de risas y alegría, un tratamiento para liberar la pesada carga que significa permanecer poco o mucho tiempo en un nosocomio, tanto para el interno como para sus familiares.

“Llamamos ‘cuentoterapia’ a tomar diferentes relatos de la literatura universal que suministramos como un jarabe, el calor de la historia hace viajar fuera de la realidad, que en el hospital muchas veces no es la mejor”, comenta Rosa que viste un alegre atuendo púrpura para la sesión de martes.

Los cuentos sirven para que nos caigan muchos veintes, comenta Rosa mostrando una amplia sonrisa en su rostro. Narrar no es nuevo para ella, en 18 años ha observado que contar historias puede provocar estados de bienestar.

¿Y por qué no ofrecer terapia a enfermos?, “pensé que podría funcionar agarrar una maleta meter algunas historias que tienen que ver con autoestima, empatía, comencé contando un cuento de un niño que estaba en un hospital y pensé en buscar más historias como esta y personajes que sean la carta de presentación”, recuerda Rosa.

La actividad inició en 2013 en diferentes hospitales del estado, como parte de una beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (FECAS), y permaneció en el Hospital CIMA gracias al área de mercadotecnia y voluntariado que observó los resultados de esta experiencia.

7 Rosa Terapia
Todos los martes, Rosa llega al Hospital CIMA con una maleta llena de historias y personajes para presentarlos a pacientes muy especiales.

Desde entonces el ‘Pavorreal Pepe’ que canta rock; ‘Cali el Calcetín’ que brinda ánimo a los pequeños con su tratamiento; ‘El Pirata Parco’ que además es ecologista; ‘El Chipichango’ que es muy besucón; y un sombrero de mago con un conejo dentro, son visitantes frecuentes de los enfermos que necesitan una buena historia para acomodarla donde más la ocupan.

Tanto niños como adultos que se encuentran en esos fríos lugares, asustados, aburridos y en ocasiones vulnerables, hacen conexión con Rosa y cambian su semblante al ver la enorme maleta repleta de historias y personajes, quizá uno de los pocos momentos en los que pueden relajarse y decir “no voy a sufrir, vienen a subirme el ánimo”.

Carolina Araiza, coordinadora de mercadotecnia del Hospital CIMA, señala que buscan hacer algo diferente con los programas ‘CIMA Sonríe’ y ‘CIMA Cultural’ con el fin de encontrar otro tipo de recreación además del bienestar para los pacientes y su salud mental.

En el lobby del hospital hay un piano que cualquier persona puede utilizar para recreación y cada miércoles un invitado toca piezas para los enfermos.

Después del evento se comparten las fotos en redes sociales, hasta el momento suman 194 sesiones bajo el lema “Otra manera de hacerte sentir bien”.

Chicos y grandes disfrutan por igual de la ‘cuentoterapia’.
Chicos y grandes disfrutan por igual de la ‘cuentoterapia’.

En este tiempo, Rosa ha tomado herramientas psicológicas y pedagógicas para familiarizarse con el entorno y mejorar la terapia.

“Transformar el ánimo y contagiar las ganas de seguir adelante son muy positivas para la recuperación física, van de la mano, hay muchas experiencias positivas en el seguimiento de los niños con cáncer que me ha tocado ver crecer”.

El ejercicio se ha convertido una necesidad, “es una carga de vitaminas, te sientes muy útil, cobra mucho sentido, a veces estamos frustrados y todas estas interrogantes o justificaciones que buscamos aquí las encontramos”, señala.

Es difícil abrir la puerta y entrar en la intimidad de un desconocido, sin embargo las experiencias positivas que el proyecto deja son reciprocas tanto para los pacientes como para la experimentada cuentacuentos, que a petición de los familiares regresará otro martes con el abuelo de 81 años, a dar una cucharada más de Jarabe de Cuento.

Rosa comenzó a contar cuentos hace 19 años en Cataluña, es actriz, cuenta cuentos, y dirige espectáculos en la Compañía Rosa Vilà Font, actualmente trabaja un espectáculo de adaptación de cuentos sobre misoginia y violencia en el noviazgo y presentará ‘Rugidos’ en la Muestra Estatal de Teatro el 7 de agosto.