
El malestar invisible
Por Marina Brauer
En la actualidad el ruido es uno de los contaminantes más agresivos para la salud en general
La exposición prolongada al ruido provoca efectos negativos a la salud con la disminución de la capacidad auditiva o sordera, trastornos psicológicos como la paranoia, irritabilidad, mal humor alteraciones en el rendimiento intelectual, trastornos del sueño, efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólicas, deficiencias cognitivas en los niños.
Los datos actuales provocados por el ruido es una de las causas que provocan un promedio de 48,000 casos de cardiopatía isquémica al año así como 12,000 muertes prematuras. También se calcula que 22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6.3 millones padecen alteraciones graves del sueño y crónicas como consecuencia de las aeronaves. Se calcula que 12,500 niños tienen problemas con la lectura como consecuencia del ruido excesivo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ruido ambiental es la segunda causa de problemas de la salud. La (OMS) define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). En concreto dicho ruido se vuelve dañino si supera los 75 y doloroso a partir de los 120. El tráfico eleva y los atascos son de (80). Un ambiente insoportable puede ser una zona de tráfico pesado con una alteración sonora por el paso de camiones de transportes o aviones (90).
Tras la guerra de Iraq, uno de los métodos de tortura que los norteamericanos han utilizado para debilitar a sus prisioneros antes de hacerles interrogatorios, ha sido someterlos a sesiones de música heavy-metal a todo volumen durante varias horas. Los servicios secretos saben que el ruido constante e indeseado, ataca los nervios y la estabilidad mental de las personas por ello lo utilizan como un método de tortura.
En las ciudades el problema del ruido se hace especialmente patente en verano por las fiestas y la música a todo volumen, también en los pueblos y en demasiados lugares en los que teóricamente no debería existir. Con las ventanas abiertas en todas partes, los ladridos de los perros, la radio o televisión del vecino, las motos, los autos, las obras, los sanitarios, las lavadoras los equipos de música entre una larga lista que sería interminable, se hacen para muchas personas insoportables. Y es que el ruido es por definición un sonido no deseado, perjudicial, perturbador o dañino para quien lo experimenta y, por lo cual afecta a la salud, tanto física como psíquica de quien lo sufre.
La Organización Mundial de la Salud dedica un considerable esfuerzo para tratar esta problemática, que considera dentro del área de la salud pública. El hombre reacciona ante el ruido casi como los animales escondiéndose, o huyendo.
De acuerdo a la OMSS, la persona afectada por el ruido sufre en primer lugar de malestar, inquietud desasosiego, depresión, desamparo, ansiedad o rabia, entre otros muchos efectos. El malestar es la antítesis del concepto de salud que la propia organización ofrece: “la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, no la mera ausencia de enfermedad.
El ruido también provoca interferencias en la comunicación, pérdida de concentración, atención y de rendimiento así como trastornos del sueño o la disminución de la calidad del mismo. Es, asimismo el responsable directo de muchas afecciones del oído (fatiga o pérdida de la capacidad auditiva, zumbidos del oído-acúfenos- y también vértigos).
Ruido y estrés este cocktail sintomático deriva en las personas sometidas de forma prolongada al ruido, en un estrés que puede manifestarse en cansancio crónico, tendencia al insomnio incrementar las enfermedades cardiovasculares como hipertensión, está demostrado que el ruido aumenta hasta un 30% el riesgo de ataques en el corazón en personas sometidas a más de 65 decibelios en periodo diurno, trastornos del sistema inmunológico, trastornos psicofísicos, ansiedad, manía, depresión…- e incluso cambios conductuales especialmente comportamientos antisociales como la hostilidad y el aislamiento. En definitiva el ruido es un enemigo del ser humano, por lo que no se comprende por qué no se actúa con más energía para combatirlo.
En las grandes ciudades se debe exigir a las constructoras, empresas o fábricas que utilizan equipos o maquinarias con altos niveles de ruido que se deben establecer en áreas totalmente alejadas de las zonas residenciales, escuelas, hospitales, iglesias o parques.
En los casos de los Aeropuertos también se debería establecer un límite, pero desafortunadamente van creciendo las ciudades y terminan cercanos a las zonas habitacionales.
Un avión que despega produce un estruendo de hasta 140 decibelios, que es el umbral a partir del cual se produce una rotura del tímpano. Un técnico en sonometría explica que en el ruido el límite de tolerancia es un tema bastante subjetivo: “el malestar no depende únicamente del volumen, sino también de la frecuencia del ruido”
Es conveniente que todos tratemos de evitar los sonidos excesivos en todos y cada uno de los equipos de alta tecnología que se tienen en las oficinas, el hogar o los centros de reunión, tener precaución con el celular y máxime que muchos lo utilizan con audífonos para escuchar música o como se ha convertido en un vicio suben el volumen al máximo para poder comunicarse, las fiestas vecinales no respetan los horarios y aunque se pueden reportar no siempre acuden las autoridades a pesar de las quejas, por lo que la ciudadanía que este harta pueda exigir un poco más de atención porque se han sobrepasado los límites de tolerancia.
No olvide que el ruido es mucho más que una molestia es un enemigo muy poderoso e invisible que daña nuestra salud y nuestros nervios sin ninguna compasión.
Si usted tiene oportunidad de salir al campo o a los pueblos que todavía están al margen de la modernidad trate de visitarlos y disfrute de esa tranquilidad.
Cuídense mucho y hasta la próxima.
BUENA SUERTE Y MUCHA SALUD.