
Por Gerardo Moreno Valenzuela
Para el licenciado José Manuel Ávila Valenzuela, presidente de la Barra Sonorense de Abogados, el proceso electoral extraordinario para jueces y magistrados del Poder judicial Federal y local, estuvo hecho a las prisas y resulta muy complicado entender para los ciudadanos, sin embargo, es necesario salir a votar por la trascendencia de los cargos que ponen en juego para la impartición de justicia y la paz social.
¿Qué expectativas le genera la Jornada Electoral de este domingo?
Si hacemos un análisis objetivo del proceso electivo extraordinario que nos lleva a votar este 1º de junio, veremos que las condiciones para emitir el sufragio no son las mejores, el número de personas candidatas y por ende el grado de complejidad de las boletas, así como el tiempo para emitir el sufragio pudiesen representar cierta incomodidad en el elector; sin embargo, resulta imperativo salir a votar y hacer efectivo ese compromiso del ciudadano de emitir su sufragio por aquellas personas candidatas que consideren que son las idóneas para los cargos de jueces de Distrito, magistrados de Circuito y ministros, del Poder Judicial de la Federación; así como jueces y magistrados, del Poder Judicial del Estado.
Considero que la responsabilidad de elegir los referidos cargos no es una opción, sino un compromiso cívico ineludible, ya que, en un sistema democrático, el voto es la herramienta más poderosa que poseemos para moldear el futuro de nuestra sociedad. Es a través de este acto que podemos influir directamente en la designación de aquellos individuos que ocuparán puestos de vital importancia, como los apenas señalados. Estas posiciones no son meros cargos burocráticos; son la columna vertebral de nuestro sistema judicial, los garantes de la justicia y los defensores de la legalidad y los que en gran medida mantienen la paz social, baluarte para la estabilidad y el desarrollo de la nación.
¿Cómo vio a los candidatos, en cuanto a perfiles y desempeño en campaña?
Afortunadamente la mayoría de ellos hicieron su mayor esfuerzo, pero sin olvidar que es responsabilidad del elector analizar cuales personas candidatas son la mejor opción para ocupar los referidos cargos dentro del Poder Judicial. Esta elección debe basarse en un análisis concienzudo de sus trayectorias, propuestas y, sobre todo, su probada capacidad para desempeñar funciones que exigen un alto grado de ética, imparcialidad y conocimiento jurídico.
No se trata de un simple acto de depositar un papel en una urna, sino de una decisión trascendental que repercutirá en la administración de justicia y, por ende, en la vida de cada ciudadano. Al final, nuestro compromiso cívico se manifiesta en la voluntad de superar cualquier desafío para asegurar que las personas más preparadas y honestas sean quienes nos representen y velen por el cumplimiento de la ley.
¿Cómo creen que le impactará al ciudadano esta nueva recomposición que se enfila del Sistema Judicial?
Esperemos que lleguen las personas candidatas que cuenten con mayor capacidad, experiencia y sobre todo honorabilidad. Lo que está en juego no es cosa menor, estamos hablando de la paz social, que hasta el día de hoy se ha dado gracias a que contamos con jueces y magistrados que han hecho bien su tarea.
Recordemos que precisamente la paz social no es un estado natural o garantizado; es una construcción delicada y constante, fruto de la confianza en la justicia y el cumplimiento de la ley. Hasta el día de hoy, hemos sido afortunados de contar con jueces y magistrados que han comprendido la magnitud de su labor, desempeñando su tarea con una integridad y profesionalismo que han sido pilares de nuestra convivencia.
¿Considera que hay riesgos para la independencia del Poder Judicial, tanto federal como el Sonora?
Existen voces que señalan de manera insistente que si está en riesgo la independencia del Poder Judicial; por ello es importante que, dentro de este marco o proceso electivo extraordinario, resulte imperativo que quien resulte vencedor, asuma cada decisión y cada acción guiada por el principio de independencia. Esto significa que las resoluciones deben dictarse apegadas estrictamente a derecho, sin intromisión de ninguna especie.
No puede haber lugar para presiones políticas, intereses económicos o cualquier influencia externa que desvirtúe el propósito de la justicia. La independencia judicial es la piedra angular de un Estado de Derecho robusto, garantizando que la ley se aplique por igual a todos y que las decisiones se tomen en función de los hechos y la normativa vigente, y no de factores ajenos a la legalidad. Este es el verdadero servicio que la sociedad espera y merece de sus servidores judiciales.
Un elemento novedoso es el Tribunal de Disciplina Judicial. ¿Qué esperar?
Uno de los puntos más álgidos de la reciente reforma judicial emana precisamente de esta nueva figura, ya que se habla que será el “juez de los jueces”; sin embargo, lo que la ciudadanía espera de sus integrantes es que habrán de estar a la altura de su compromiso histórico y de las circunstancias, conduciéndose con probidad y con arreglo a derecho, sin ceder un ápice a presiones políticas, mediáticas o de cualquier otra índole. La legitimidad de esta figura, y con ella la confianza en el sistema judicial en su conjunto, dependerá directamente de su capacidad para demostrar una integridad impecable y una adhesión irrestricta a los principios legales