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Septiembre, mes de eclipses y estación ideal para eliminar toxinas

La desintoxicación es recomendable para cualquier persona, pero conviene especialmente a las que sufren enfermedades aguadas y crónicas

 

Por Marina Brauer

Se inicia un nuevo mes con diversos acontecimientos, y cambios climáticos, el día 3 terminan (LOS EFECTOS DE LA CANÍCULA), supuestamente con el cual disminuye el calor excesivo, algo que no es común en nuestro estado, sin embargo, podemos aprovechar este tiempo para que nuestro cuerpo se regenere continuamente y tiene mecanismos propios para eliminar toxinas. Pero no olvidemos que una dieta abundante en alimentos procesados, y la contaminación química y eléctrica que nos rodea sobrecarga el organismo. Por eso conviene hacer una dieta desintoxicante al cambiar de estación, para recuperar la salud y equilibrio.

El cuerpo se sobrecarga de toxinas debido a su funcionamiento normal, aunque se siga una dieta sana. Los procesos fisiológicos producen residuos que debieran ser eliminados, pero una parte consigue atrincherarse en el cuerpo. Además, el consumo ocasional de alimentos refinados, con aditivos o excitantes, el contacto con alérgenos y productos químicos, la fuerte ionización que se genera alrededor de los cables de alta tensión presentes en el entorno e incluso el estrés aumentan la concentración de agentes tóxicos en el organismo.

Probablemente nunca antes en la historia tantas personas han sentido la sensación de estar siendo intoxicadas. La omnipresencia de productos químicos artificiales, los compuestos volátiles que ensucian el aire, los alimentos manipulados, las aguas tratadas, las radiaciones electromagnéticas… son muchos los agentes extraños que atacan cotidianamente. No es extraño que la incidencia de enfermedades relacionadas con la presencia de toxinas en el cuerpo no deje de aumentar y cada día se incrementan con enfermedades como el cáncer cerebral, las leucemias, los trastornos cardiovasculares, las múltiples alergias y los problemas severos de la piel.

Pero todo ello no es razón para ser pesimista, porque el cuerpo se regenera y limpia continuamente. En el hígado las centrales depuradoras del cuerpo se neutralizan transforman y eliminan a través de las heces o la orina, las toxinas también pueden expulsarse a través del sudor, las mucosidades, o las erupciones cutáneas. Sólo en determinadas situaciones en las que se supera la capacidad auto depurativa del cuerpo puede producir un desequilibrio peligroso. Esto, por ejemplo, puede ocurrir cuando los alimentos que entran en el cuerpo son más de los necesarios, algo que es muy frecuente por culpa del estilo de vida actual, sedentario, estresante, consumista (también de alimentos chatarra).

Para ayudar al cuerpo a mantenerse en equilibrio y prevenir los daños causados por las toxinas pueden realizarse varios tipos de curas depurativas. En cualquier caso, el efecto no será sólo preventivo: también hará que nos sintamos mejor, más ligeros, lúcidos y dispuestos a afrontar los retos cotidianos.

La desintoxicación es recomendable para cualquier persona, pero conviene especialmente a las que sufren enfermedades aguadas y crónicas, siempre bajo supervisión médica y especialmente las que afectan el sistema digestivo, pues son consecuencia en la mayoría de los casos haber seguido estilos alimentarios y de vida congestionantes. Las personas con apego excesivo a una comida o sustancia determinada también pueden beneficiarse de una cura depurativa.

Hay muchas estrategias para desintoxicarse y todas son eficaces. La más suave, como beber medio litro más de agua al día, ayuda a eliminar toxinas. Si se sustituyen las raciones de proteínas y de productos lácteos por otras de frutas y verduras se reduce la congestión y favorece aún más la eliminación. Yendo más allá hasta el ayuno total, se obtienen cada vez mayores resultados. (Si es un paciente con tratamiento médico o un trabajo muy extenuante no se recomienda).

No obstante, la depuración no es una terapia sin riesgos. Si se lleva ayuno a los límites poco razonables, o si se abusa de los laxantes o los enemas el cuerpo puede dejar de obtener lo que necesita e incluso puede salir perjudicado (por ejemplo, cuando el cuerpo empieza a quemar proteínas de los músculos o de los órganos).

Por eso conviene asegurarse de que la dieta depurativa elegida sea inocua o, mejor aún, es aconsejable dejarse asesorar por un médico naturista, especialmente si se tiene un peso muy bajo, si tiende a sentir frío, si se sufre de una enfermedad crónica o grave debe consultar a su Dr.

Las sustancias residuales que no han sido eliminadas se acumulan sobre todo en los tejidos adiposos, por los que sufren de sobrepeso u obesidad poseen una carga tóxica mayor. Lógicamente les interesa liberarse de ella, pero deben hacerlo de modo gradual. Un ayuno radical hace que, de pronto, fluyan demasiadas toxinas acumuladas en los tejidos grasos hacia el torrente sanguíneo, lo que puede suponer un riesgo. En cambio, las depuraciones ligeras hacen que salgan poco a poco, sin mayores consecuencias para los órganos y sistemas corporales. Cualquier persona que come 4000 calorías al día de una dieta grasa, dulce y mal equilibrada experimentará una positiva desintoxicación si comienza a comer 2,000 calorías.

La cura depurativa puede realizarse siempre que note un estado de congestión o síntomas de sobrecarga como dolores de cabeza, fatiga, molestias intestinales o constipados repetidos.

Por otra parte, existen determinadas épocas del año para realizar las dietas depurativas, a principios de la primavera y también de otoño en que las curas depurativas están más indicadas y resultan especialmente eficaces.

*Otoño: Realizar una cura de 7 a 10 días de duración entre el 11 de septiembre y el 5 de octubre tomando algunas de las siguientes medidas.

*Una cura de uvas, frescas, enteras y en jugo.

*Frutas y verduras frescas, crudas y cocinadas.

*Jugo de limón y manzana por la mañana.

*Verduras y futas por la tarde y noche.

*Dieta de cereales integrales, calabazas y verduras (es una desintoxicación ligera)

*Una mezcla de las mencionadas se pueden acompañar de plantas medicinales en infusiones.

DIENTE DE LEÓN: La raíz de diente de león es beneficiosa para el hígado, el gran órgano depurador. Favorece la eliminación de líquidos y tiene efecto tónico. Muy recomendado cuando hay impurezas en la piel.

JENGIBRE:  Estimula la circulación, la digestión y la sudoración, además de ser un laxante suave y ayuda a los mareos.

A mediados de otoño cura depurativa de tres días con jugos naturales de frutos, o verduras.