Dardos

Síntomas del virus totalitario en México II

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Anteriormente comentábamos sobre algunos rasgos en el ejercicio del poder del régimen Lopezobradorista que dibujan los contornos de un sistema político duro, controlador y con una inercia de acaparar todo en un solo puño.

Por un lado, el Ejecutivo se acercó y abrazó a las Fuerzas Armadas dotándolos de todo tipo de facultades y recursos públicos. A la vez diseñó, empujó y puso en marcha su propia Guardia Nacional, la cual es militar, no civil. Tiene un especial interés en ellos, por eso les incrementó presupuestos, les amplió las responsabilidades como encargarles el Nuevo Aeropuerto y el Tren Maya o nombrar a militares como administradores de 14 APIs en México.

En contraste, para el presupuesto del próximo año viene una reducción de 4.5% comparado con 2020 en Fondo de Aportaciones para Infraestructura Social, el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y de las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (FORTAMUN), y el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los Estados y del Distrito Federal (FASP). Pero eso no es todo, desaparece el Subsidio para el Fortalecimiento del desempeño en materia de Seguridad Pública (FORTASEG). Un programa que por cierto, este año fue bien aprovechado para darle buenas unidades a los policías de Hermosillo.

En medio de esta enfermiza idea controladora, López Obrador también ha mantenido esa táctica de atacar y debilitar a instituciones, los contrapesos. Está el caso del Instituto Nacional Electoral y el Instituto Nacional de Acceso a la Información, a los cuales se les redujo el presupuesto en 6% y 5.4% respectivamente. Organismos por los cuales los ciudadanos lucharon durante años, herramientas de nuestra democracia.

El mismo caso de las Organizaciones de la Sociedad Civil, las cuales abarcan todo el espectro que el gobierno con su tortuguismo es incapaz de actuar. Son cerca de 32 mil las registradas. Pero también las OSC han sido atacadas por el Presidente, al señalar que son discrecionales, opacas y corruptas, por tal razón ahora todas las aportaciones serán directas a la gente. Lo cual es un disparate, puro clientelismo electoral.

Hace unos días, Hatziri Recillas, directora de Desarrollo y Finanzas Dakshina A.C., denunció que desde la Cámara de Diputados en el Paquete Fiscal 2021 viene una reforma al ISR que le pega a las OSC. Actualmente las donatarias están exentas de pagar Impuesto Sobre la Renta (ISR) hasta 10% sobre el total de esos ingresos; pero en la miscelánea fiscal propone una base de hasta 50%, lo que implica que podrían ser tasados con hasta 30% de ISR. Una sobrerregulación que seguro les pegará. Pero a los diputados ni les preocupó aprobar en lo oscurito, sin consultar, al más puro estilo “4-T”.